Advierten las fuerzas armadas que no permitirán vulnerar la Constitución con planes separatistas
En la plaza San Francisco, de la capital de Bolivia, indígenas de El Alto FOTO Reuters
La Paz, 23 de mayo. Evo Morales, principal dirigente de la oposición en Bolivia, encabezó este lunes una marcha multitudinaria por la unidad del país y en contra de cualquier intento de golpe de Estado, mientras las fuerzas armadas manifestaron su preocupación por el proyecto separatista de la rica provincia de Santa Cruz y el gobierno de Carlos Mesa denunció "aprestos" golpistas de sectores "radicales".
Morales, además, dio al Congreso un plazo de cuatro días, aunque podría extenderse hasta el lunes debido a que jueves y viernes son feriados, para que convoque a una Asamblea Constituyente.
"Cuando se trata de los intereses de la oligarquía (el Congreso) en un día resuelve los problemas, pero cuando se trata de hacer modificaciones profundas, con principios de equilibrio, no quiere", dijo Morales al criticar las demoras en que el Congreso apruebe la ley que convoca a la Asamblea.
El líder de los productores de hoja de coca advirtió que el movimiento campesino está dispuesto a "masificar las marchas", si el Legislativo no atiende las demandas.
Sin embargo, aclaró que la marcha de miles de campesinos que este lunes llegó a La Paz tras recorrer 200 kilómetros no busca el cierre del Parlamento, que "es el símbolo de la democracia".
Morales marcó así distancia con Jaime Solares, secretario general de la Central Obrera Boliviana (COB), quien sí plantea el cierre del Congreso y la expulsión del presidente Carlos Mesa.
Además, Morales reclama el 50 por ciento del negocio del gas para el Estado, en contraste con la posición de la COB, que es la de una nacionalización a ultranza.
"Morales parece vocero del Congreso y de la derecha", opinó Roberto Cruz, uno de los líderes de El Alto allegado a la COB.
Ante unos 15 mil campesinos, mineros y sindicalistas que se congregaron en la céntrica plaza San Francisco, el líder del MAS defendió la Constituyente para "refundar" el país, y llamó a "la unidad de todos los sectores (...) para no permitir la división de Bolivia".
Evo, como se le conoce popularmente, reiteró su llamado al presidente Mesa de enviar al ejército a ocupar pozos petroleros, en lo que denominó una "nacionalización de hecho", lo que fue aplaudido por los manifestantes.
Al rechazar un golpe de Estado, dijo: "cuando hay militares, hay paramilitares. No queremos dictaduras ni paramilitares".
La Paz también se vio colapsada este lunes con manifestaciones de vendedores ambulantes, maestros y otros sectores que unieron sus demandas con el pedido de la nacionalización de los hidrocarburos, y que enfrentaron a la policía cerca de la Plaza de Armas.
Mientras, El Alto inició un paro general y el sindicato de comerciantes dispuso un paro de 24 horas en las afueras de La Paz, por lo que puestos callejeros y mercados públicos permanecieron cerrados.
Solares, por su lado, llamó este lunes: "el pueblo al poder, los humildes al poder, ya no vale recular, tenemos que avanzar".
El presidente Mesa amagó con dimitir en marzo pasado ante la inminente aprobación de una ley de hidrocarburos a la que calificó de "suicida", aunque establecía 18 por ciento de regalías y 32 por ciento de impuestos, por considerar que espantaría la inversión extranjera.
Mesa se abstuvo de promulgar la nueva legislación, lo que que hizo el presidente del Congreso, Hormando Vaca Diez, merced a sus atribuciones constitucionales.
La conflictiva situación política en Bolivia pareció ahondarse con la denuncia del ministro de Gobierno, Saúl Lara, de la existencia de "aprestos" golpistas de sectores "radicales", a los que se negó a identificar. Hay gente, dijo, que "ha estado buscando de manera intensa algún contacto con algún nivel de las Fuerzas Armadas y otros de la policía".
Algunos sindicatos y las juntas vecinales de El Alto han señalado a Hormando Vaca Diez, primero en la línea de sucesión presidencial, como uno de los impulsores de planes golpistas. El dirigente Elioro Equiaza, de El Alto, sostuvo que buscará evitar que el jefe del Congreso "busque respaldo en las fuerzas armadas para dar un golpe de Estado que lo lleve a la presidencia".
Rechazan alentar la ruptura
Pero el ministro de Defensa, Gonzalo Arredondo, aseguró que "pensar en un golpe de Estado está completamente fuera de lugar", mientras que el comandante en jefe de las fuerzas armadas, contraalmirante Luis Aranda, negó que la institución castrense aliente la ruptura del proceso democrático, restablecido en 1982 luego de casi dos décadas de dictaduras militares.
"En el vocabulario de las fuerzas armadas no existe la palabra golpe", afirmó Aranda.
La zozobra en el país más pobre de Sudamérica se agudizó luego que el sábado la Asamblea Provisional Preautonomista (APA) de Santa Cruz, que agrupa a los sectores más poderosos de la rica provincia, convocó a un referendo sobre autonomía para el 12 de agosto.
Un día más tarde, un Comité Cívico Pro Intereses del departamento de Tarija, donde se halla la reserva de gas más importante de Sudamérica, se sumó a Santa Cruz.
Al respecto, las fuerzas armadas advirtieron en un comunicado que no admitirán ninguna decisión que vulnere la Constitución y llamaron a los sectores regionales y sociales a que "conduzcan sus justas demandas por la vía del diálogo y la concertación".