Nuevamente, la ciudad de La Paz está paralizada, miles de productores vecinos de El Alto, cocaleros de Yungas y el Chapare y trabajadores mineros salieron a las calles para exigir al Parlamento la nacionalización de los hidrocarburos. Los bloqueos se extienden a otras regiones en el occidente y desde la mañana también participan de la misma los vecinos de la ladera oeste de La Paz, una de la zonas más empobrecidas de la sede de gobierno.
En la mañana de hoy, las calles de El Alto y las carreteras del altiplano paceño fueron bloquedas por miles de campesinos que, a la par anunciaron marchas hacia La Paz para sitiar la plaza Murillo.
Las movilizaciones se producen en medio de una fuerte campaña gubernamental que, con el apoyo de los grupos empresariales mediáticos, denuncia una supuesta conspiración para derrocar al presidente Carlos Mesa.
"A estas alturas tenemos la constatación de que los hechos y acontecimientos registrados en la última semana han constituido el intento más claro y serio de una conspiración, cuyo objetivo central estaba orientado al derrocamiento del gobierno del presidente, Carlos Mesa. Los pedidos de renuncia del Presidente no merecieron el apoyo de la ciudadanía", dijo el ministro de Gobierno, Saúl Lara.
El gobierno pidió procesar por sedición al ejecutivo de la Central Obrera Boliviana, Jaime Solares, y al concejal Roberto de La Cruz.
Sin embargo, aún a pesar de las declaraciones y amenazas oficiales, a las que se sumaron parlamentarios del MNR para denunciar un complot del jefe de su partido, Gonzalo Sánchez de Lozada, las protestas sociales se intensifican para presionar al gobierno y al Parlamento a que nacionalicen los hidrocarburos y convoquen a la realización de una Asamblea Constituyente.
Esta mañana, las mujeres de la ladera oeste se sumaron a la protesta, mientras el dirigente campesino Felipe Quispe, anunció que el bloqueo nacional de caminos es la única forma con la que se podrá conseguir las demandas de los sectores sociales.