LA PAZ, 7 jun (IPS) Bolivia presenta este martes una cuasi acefalía de
gobierno ante la renuencia del Congreso en tratar la renuncia de Carlos
Mesa y al no concretarse el esperado paso un lado de los titulares de las
dos cámaras legislativas para que ocupara la vacante el presidente de la
Suprema Corte, Eduardo Rodríguez.
El presidente del Senado, Hormando Vaca Díez, haba convocado para este
martes a una sesión conjunta de las dos cámaras para considerar la
realización del referéndum sobre la autonomía departamental, pero la
renuncia de Mesa y la ausencia de los parlamentarios de la sitiada sede de
gobierno anticipan que la reunión no se realizará.
Por eso, tampoco se tratará el pedido de renuncia de Mesa.
En medio del nuevo estallido social que ya lleva 16 días, la renuncia a
la presidencia presentada en la víspera por Mesa, la segunda en menos de
tres meses, llegó como una contribución a los esfuerzos de la Conferencia
Episcopal de la Iglesia Católica por hallar una solución concertada a la
crisis. Pero el juego político provoca sorpresas.
El diálogo iniciado a fines de la semana pasada entre los principales
actores en pugna, partidos políticos, empresarios del oriente boliviano,
sindicatos, grupos de la sociedad civil e indígenas del centro y occidente
del país, se encamina a un acuerdo para realizar elecciones anticipadas,
pero ninguno de los candidatos a ocupar el gobierno interino goza de
aceptación, excepto Rodríguez.
La Constitución de Bolivia establece que la sucesión presidencial, en
caso de renuncia, debe ser aprobada por mayoría legislativa y corresponderá
en su orden por el vicepresidente, al presidente del Senado, a su igual de
la Cámara de Diputados y por último al titular de la Suprema Corte de Justicia.
La vicepresidencia está acéfala desde que Mesa, quien había sido
elegido en ese cargo en 2002, reemplazó el 17 de octubre de 2003 al
renunciante y fugado Gonzalo Sánchez de Lozada, del Movimiento Nacionalista
Revolucionario (MNR).
En tanto que la presidencia del Senado está en manos de Vaca Díez, del
Movimiento de la Izquierda Revolucionaria, la de la Cámara de Diputados
corresponde a Mario Cossío, del ex gobernante MNR.
Pero ambos no gozan del respaldo de los miles de campesinos, obreros y
maestros movilizados en la sede de gobierno bajo las banderas de la
nacionalización de los hidrocarburos y la convocatoria a asamblea
constituyente.
El opositor Movimiento al Socialismo, dirigido por el líder indígena y
diputado Evo Morales Ayma, recuperó su espacio perdido en las última
semanas y el lunes marcó el terreno de juego al pedir las renuncias
simultáneas de Mesa, Vaca Díez y Cossío para abrirle el camino a la
presidencia interina de Rodríguez.
Hasta ahora sólo Mesa había renunciado al cargo impuesto en 2003 por el
Congreso para que cumpliera el plazo constitucional de cinco años del
gobierno iniciado por Sánchez de Lozada en agosto de 2002, mientras Vaca
Díez y Cossío prefirieron evitar un pronunciamiento sobre el tema lo que en
ámbitos políticos es interpretado como un deseo de apostar por la silla
presidencial.
Mesa apareció la noche de la víspera ante las cámaras de televisión,
para transmitir su mensaje de renuncia, agobiado por dos semanas de presión
social caracterizada por bloqueo de caminos en varias partes del país, el
cerco a La Paz, la sede del gobierno que está quedando desabastecida de
alimentos, combustibles y sufre cortes en los servicios de agua potable y
energía eléctrica.
En su discurso puso énfasis en el respeto a la vida humana que se
tradujo en una mesurada acción policial para enfrentar las aguerridas
manifestaciones, en las que se registraron sólo una veintena de detenidos y
ningún muerto. Esta referencia es tomada como comparativo de la represión
ordenada por su antecesor en octubre de 2003, que costó la vida de 67 personas.
Mesa había presentado también su renuncia el 6 de marzo ante el
Congreso, que la rechazó. Precisamente, el mandatario aclaró en su mensaje
que su responsabilidad en cargo termina sólo cuando los legisladores la
aprueban, ”por lo tanto estoy aquí y estaré aquí” hasta que eso ocurra, aclaró.
La política boliviana parece marcada por un juego de dominó que
interrumpió el mandato de dos presidentes en los últimos dos años.
Sánchez de Lozada renunció a la presidencia y huyó del país tras una
rebelión popular de más de un mes, iniciada por indígenas y organizaciones
de la sociedad civil en el occidental boliviano y que se extendió a la
ciudad de El Alto, vecina a La Paz, que frustró el plan de exportación de
gas natural a México y Estados Unidos.
La semana pasada, en un intento por disminuir las tensiones, Mesa
promulgó un decreto que fija el 16 de octubre para la realización del
referéndum que decidirá sobre el planteamiento de autonomía
departamentales, solicitado por empresarios y terratenientes del oriental
departamento de Santa Cruz.
Para la misma fecha también se había programado la elección de los
miembros de la Asamblea Constituyente reclamada por organizaciones
indígenas y populares de la región occidental.
Empero, ambas convocatorias fueron rechazadas por los partidos de la
oposición en el Congreso, por entender que esa decisión corresponde sólo a
los legisladores.
Mesa y los sectores sociales movilizados aguardaban una acción
parlamentaria que termine por aceptar el tratamiento de las dos demandas,
en busca de la unidad nacional, pero las diferencias de opinión de los
parlamentarios presionados por sus regiones, impidieron un acuerdo y
frustró en dos oportunidades las sesiones de Congreso.
Portavoces de la Iglesia Católica hicieron un llamado a la pacificación
y pidieron la suspensión de las manifestaciones callejeras, pero al unísono
los sindicalistas y campesinos expresaron se negaron a dejar de lado las
presiones.
El secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana, Jaime Solares,
descartó la posibilidad de dialogar con la Iglesia tras una sesión ampliada
de dirigentes sindicales que exigió continuar con las marchas y bloqueos de
calles.
Las vías interdepartamentales continuarán interrumpidas por la acción
de los campesinos que rechazan la suspensión de las movilizaciones,
mientras que los vecinos de El Alto estudian el pedido de la cúpula
eclesiástica.
El lunes se reportó el cierre de válvulas de gasoductos que transportan
carburantes a La Paz y a la septentrional ciudad chilena de Arica, por
acción de campesinos que tomaron el control de equipos de bombeo en las
localidades de Sica Sica, Sayari y Bombeo.