"Por la gravedad del momento", el presidente Carlos Mesa pidió al secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, a los presidentes de Argentina, Néstor Kirchner y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que envíen observadores al país, en momentos en los que el Congreso Nacional acepte su renuncia al cargo y se elija a su sucesor, en una crucial sesión que tendrá lugar en Sucre.
A través de sendas misivas oficiales, según la agencia ANF, el todavía Jefe de Estado solicitó acreditar a "uno o más representantes (...) como gesto de que la situación de Bolivia es de importancia para el contexto del hemisferio".
Al justificar su solicitud, el mandatario sostiene que "Bolivia atraviesa una de las coyunturas más críticas de su historia republicana" y agrega que hoy el Congreso adoptará "una decisión trascendental para la democracia, la estabilidad política y el futuro de la Nación, en una situación de aguda convulsión y polarización social".
Mesa aceptó este nivel de cooperación internacional, un día después que la Organización de Estados Americanos (OEA) suscribiera una declaración hemisférica en la que se ofrece la cooperación para que Bolivia pueda alcanzar una salida constitucional y legal a la actual crisis que se vive en estos momentos, marcada por la parálisis casi total de las actividades del país.
Las misiones de observación y de asistencia política de la Organización Naciones Unidas, de Argentina y Brasil no son nuevas en situaciones de aguda crisis en Bolivia; de hecho, los gobiernos de Kirchner y Lula ya enviaron de oficio a representantes oficiales al país, en el marco de la reciente aprobación de la nueva Ley de Hidrocarburos.
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