Sucre, junio 9, 2005. Hrs. 23:00.- Los sectores oligárquicos y más reaccionarios del neoliberalismo fracasaron en su intento para llevar a la Presidencia de Bolivia a Hormando Vaca Diez y así intentar barrer con la metralla y los tanques la insurgencia popular por la nacionalización del gas y el petróleo.
Los líderes del Congreso, los neoliberales Vaca Diez y Mario Cossío presentaron anoche renuncia verbal a su derecho a la sucesión constitucional y abrieron paso para que Eduardo Rodríguez, el presidente de la Corte Suprema, sea el sucesor del renunciante Carlos Mesa.
Rodríguez -otro neoliberal avalado por la Iglesia, por los sectores reformistas e indígenas del diputado cocalero Evo Morales, de las fracciones más moderadas del empresariado nacional y de las clases medias--, tiene la tarea de convocar a elecciones nacionales para fin de año y así conformar el nuevo gobierno y remozar el Parlamento.
Con estas medidas, los sectores neoliberales y reformistas confían en que se pondrá fin a la rebelión popular que se extiende desde el altiplano hacia los valles en demanda de la nacionalización del gas y el petróleo, y que ahora comenzado a levantar la bandera de la revolución.
Los dirigentes de los sectores más combativos y radicales de la Central Obrera Boliviana (COB), de las Federaciones de Mineros, de Maestros urbanos, de Campesinos de La Paz y de la Federación de Juntas Vecinales y de la Central Obrera de El Alto ya habían advertido por adelantado que no aceptarían ni la sucesión constitucional, con Vaca Diez a la cabeza, ni la realización de nuevas elecciones, dirigidas por Rodríguez.
Todos estos sectores anunciaron que no levantarán los bloqueos ni movilizaciones que realizan por cuarta semana consecutiva exigiendo la nacionalización del gas y el petróleo, a cambio de nuevas elecciones. "Estamos luchando por recuperar los hidrocarburos y no por cambiar un payaso por otro", dijo el dirigente de los maestros de El Alto, Gonzalo Soruco. En este mismo tono se expresaron otros líderes de la COB, de la Federación de Juntas Vecinales de El Alto y de otras organizaciones sociales.
El lider de la Central Obrera de El Alto, Edgar Patana, aseguró que no importaba quién asuma la Presidencia y que la lucha no era por el cambio de presidentes sino por la nacionalizacón de los hidrocarburos. "La lucha sigue", dijo.
Frente a ello, la tarea de quebrar la lucha popular desde abajo correspondería a los dirigentes y sectores vinculados al Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales y que controlan varias federaciones de campesinos, cocaleros, colonizadores y mineros cooperativizados. Los grandes medios de comunicación, la Iglesia y todos los poderes públicos completarían la tarea.
La renuncia de Vaca Diez y Cossío se produjo poco después de que se agigantaran las protestas en todo el país y miles de manifestantes cercaran el centro de la ciudad de Sucre, donde debía sesionar el Congreso. La enorme presión popular, acrecentada tras la muerte de un minero y otros tres heridos, baleados por la Policía, cerró toda opción para que los sectores más reaccionarios y duros de la oligarquía latifundistas y pro petrolera tomara en sus manos el gobierno.
La Embajada de Estados Unidos, el Ejército y las petroleras tenían en Vaca Diez a su principal carta, y como segunda alternativa a Rodríguez; ambas opciones orientadas a desarmar la rebelión popular que ha comenzado a transitar por el sendero de la liberación nacional y social.
La sesión de Congreso se instaló al promediar las 10 de la noche y se aguarda que las iguientes horas serán claves para definir el rumbo de la movilización social y popular y para ver si Rodríguez es empujado o no por la radicalidad de las protestas sociales a usar las mismas armas que Vaca Diez.