Semanas atrás, una integrante del grupo marplatense "En el Llano", formado por activistas que trabajan en la ciudad difundiendo el significado de la Cumbre de las Américas, definía la situación social en Mar del Plata como de “tensa calma”.
La frase parecía perfecta el lunes, un día antes del inicio de la Cumbre de los Pueblos y cuatro antes del comienzo de la reunión de presidentes americanos.
La mayoría de los medios nacionales e internacionales hablan de Mar del Plata como una “ciudad sitiada”, difunden las amenazas de bomba realizadas principalmente a centros escolares y espacios públicos, e informan sobre decenas de aviones militares dispuestos a actuar si los mandos consideran que es necesario por el peligro de un ataque terrorista.
Las imágenes televisivas en particular muestran a las fuerzas policiales presentes en puntos de la ciudad, e incluso equipos de “mujeres-buzo” que recorren las cloacas marplatenses para velar por la seguridad de los mandatarios.
Según informaciones que surgen del entorno periodístico, la cantidad de policías en la ciudad esta semana asciende a unos 16.000, aunque hasta hace pocos días se hablaba de 9.000 efectivos.
El gasto en seguridad de la Cumbre sería equivalente al normalmente destinado para un año de presupuesto del gobierno de la ciudad.
Sin embargo, al transitar las calles de Mar del Plata, al fin del primer día de trabajo, la impresión que queda en la retina es mucho menos violenta de lo que uno imaginaba o le habían contado.
No quiere decir que Mar del Plata esté ajena a los dos importantes acontecimientos que ocurrirán estos días. La población que vive en la zona vallada y de entrada restringida, área cercana al Hotel Sheraton (donde se reunirán los 34 presidentes participantes), transita el camino a sus hogares con dificultades, aunque tenga las credenciales que les permiten el paso.
Local de Western Union, sus carteles fueron tapados para "evitar" ser víctima de protestas anti-bush. Foto: Indymedia Uruguay |
La población de esa zona debe esperar la atención de los efectivos de seguridad al llegar al vallado, a veces realizando largas filas, lo que ha ocasionado comprensible molestia. Se ha difundido a nivel periodístico la información de que los residentes en esa zona no podrán salir de ella en alguno de los días siguientes, aunque no se sabe cuál sería.
También hay policías en muchos otros lugares de la ciudad, pero simplemente parados uno junto al otro en grupos de seis o siete, observando atentamente lo que ocurre en su entorno.
Compañeros de Radio Mundo Real fueron interceptados por fuerzas de seguridad cuando transitaban en un taxi hacia el hotel en el que nos hospedamos. Se les pidieron documentos de identidad y credenciales que demostraran que eran periodistas antes de dejarlos ir.
Se escuchan de tanto en tanto sonidos del motor de aviones, que se presume que forman parte de un operativo de seguridad.
Sin embargo, reina la calma, mientras los afiches de repudio al presidente de Estados Unidos, George W. Bush (quien estaría llegando a Mar del Plata este viernes), con sus diversos lemas y diseños, colorean la ciudad.
El complejo Polideportivo de Mar del Plata, sede central de la Cumbre de los Pueblos, comenzó a recibir las primeras delegaciones de participantes, entre las que se destacaba por su cantidad la de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).