El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ha decidido hacer un regalo de Acción de Gracias a los pobres de Boston y Nueva York y de paso aguarle la tradicional fiesta familiar estadounidense a su jurado enemigo George W. Bush. "¿Es Papá Noel socialista?", se cuestionaba el periodista Greg Levine, en la página web de la revista Forbes. "Depende de a quién se pregunte", se respondía. "El invierno puede ser un poco menos duro para los más necesitados de Boston y Nueva York gracias a la generosidad -o cálculo político- de Hugo Chávez".
Cuando Bush se siente hoy a la mesa en su rancho de Crawford (Tejas) para degustar junto a su mujer y sus hijas el pavo de Acción de Gracias no sólo volverá a tener a la activista contra la guerra Cindy Sheehan recordándole al otro lado de su valla los casi 2.100 soldados muertos en la guerra de Irak. Además, le resonará en los oídos la frase pronunciada por Chávez: "Queremos ayudar a los más pobres de Estados Unidos". Provocador como siempre, Chávez asegura: "En invierno hay gente que se muere de frío en Estados Unidos". Dicho y hecho: como "ayuda humanitaria de emergencia", Venezuela suministra desde el pasado martes combustible muy barato (entre 60 y 80 centavos más barato que en los puntos de venta) a 45.000 hogares, hospitales, escuelas... de Boston y Nueva York. Hay quien ve política en el asunto y quien se agarrará a aquello de "ande yo caliente...". Venezuela es el cuarto exportador de petróleo a EE UU.
El ex militar que se refiere a Bush como Señor peligro y que define a Estados Unidos como la "mayor organización terrorista del mundo" ha iniciado la "petro-diplomacia" calentando los barrios pobres de América. El carburante se facilita por medio de la compañía Citgo (que controla el 7% de la capacidad de refino de EE UU), subsidiaria de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y que planea extender su servicio a otras ciudades de norteamérica. "Las compañías petroleras tienen que ayudar a la gente", aseguró Félix Rodríguez, presidente de Citgo, en una rueda de prensa en Boston retransmitida en directo por la televisión estatal de Caracas. "Nuestra única preocupación no son sólo los negocios", estableció Rodríguez.
Con esta venta rebajada de crudo, Chávez ha irrumpido de lleno en el debate encarnizado que se vive en Washington sobre qué deberían de hacer tanto las petroleras como el Gobierno para ayudar a los consumidores ante los precios de los carburantes. La calefacción costará tres veces más este año tras el paso de los huracanes Katrina y Rita por el Golfo de México. El combustible venezolano será distribuido por las organizaciones no gubernamentales Citizens Energy Corporation y Mass Energy Consumers Alliance, que poseen una larga trayectoria en la protección de las comunidades de bajos ingresos. En el acto inaugural del suministro en Boston estuvieron presentes ayer los legisladores demócratas Bill Delahunt y Joseph Kennedy, hijo de Robert Kennedy. "He escrito cartas a todas y cada una de las compañías de petróleo pidiéndoles que nos dieran un respiro en los precios tras ganar decenas, si no centenares, de miles de millones", dijo Joe Kennedy. "No tuve respuesta de ninguna de ellas", prosiguió Kennedy, al frente de Citizens Energy Corporation. "Excepto de Citgo", agradeció el senador demócrata a la empresa venezolana.
El regalo navideño obedece, según informó la Embajada de Venezuela en Washington, a una promesa hecha hace dos meses por el líder de la revolución bolivariana al embajador venezolano ante la Casa Blanca, Bernardo Álvarez. La embajada recalca que este programa es una respuesta al alza de los precios del crudo y la escasez de combustible en EE UU después del devastador paso de los huracanes Katrina y Rita.