La Central Obrera Boliviana (COB) acusó al gobierno del presidente Evo Morales de buscar quebrar el espíritu revolucionario del sindicalismo y lograr la división de los sindicatos para neutralizarlos y asumirlos bajo la gestión gubernamental.
Jaime Solares, ejecutivo de la COB, dijo que ya se alertó al presidente Evo Morales, en una carta, para que no se preste al juego sucio de dividir a los trabajadores y muchos menos a los sectores sindicales. “Los trabajadores no vamos a permitir la destrucción de la COB”, dijo al exhortar a los trabajadores a reconocer como único referente revolucionario a la entidad laboral y a rechazar los intentos divisionistas.
El dirigente de la COB ratificó para este viernes la convocatoria a una huelga de 24 horas en protesta por el incumplimiento de las promesas electorales del gobierno en torno a la nacionalización de los hidrocarburos, el aumento general de sueldos y salarios y la redistribución de las tierras y latifundios, y en contra de las transnacionales y el neoliberalismo que siguen haciendo gemir al pueblo.
Frente a la reactivación de la lucha popular, el gobierno puso en marcha desde la pasada semana una ácida campaña contra la COB y los sindicatos que creen que el único camino revolucionario es mantener su independencia de clase y pugnar por un gobierno propio de obreros, campesinos y clases medias empobrecidas y no por regímenes que proclaman el populismo pero mantienen en pie el capitalismo neoliberal.
Solares también cuestionó las intenciones del autodenominado Estado Mayor del Pueblo, conformado por el Movimiento al Socialismo (MAS, el partido de Morales) y todas las organizaciones sindicales y populares que controla. Este Estado Mayor ha convocado a un reunión ampliada de sus casi 30 organizaciones para contrarrestar las movilizaciones y protestas de la COB y de los sectores que luchan por sus reivindicaciones sociales.
Solares dijo que el gobierno de Evo Morales y el MAS buscan acabar con el sindicalismo revolucionario y tener sindicatos sumisos a su antojo. 'Pido a los trabajadores, mineros, campesinos, gráficos a no dejar que los dividan'.
'El referente revolucionario es la COB, aquí no hay coordinadoras ni Estado Mayor, eso surgió cuando existían dirigentes traidores al interior de esta entidad que se vendían a los neoliberales, sin embargo, hoy la Central Obrera tiene hombres insobornables y que darán dura pelea a este Gobierno incapaz', agregó.
El dirigente cuestionó esta actitud al Ejecutivo y le exigió, por el contrario, cumplir con las demandas de los sectores sociales como la agenda de octubre (nacionalización y fin del neoliberalismo y del latifundio) y advirtió que la COB no permitirá que se le mienta al pueblo como pretende hacer con la Asamblea Constituyente.
Este lunes, el Estado Mayor del Pueblo convocó a todos los sectores sociales, sindicales y políticos de izquierda a defender al gobierno del presidente Evo Morales, del “neoliberalismo estadounidense y boliviano, que busca debilitar las políticas de cambio que lleva adelante la nueva administración de Estado”.
Según los organizadores de esta instancia, como Román Loayza, ex senador del MAS y dirigente campesino, la decisión fue asumida por el accionar de algunos dirigentes sindicales del sector salud, del magisterio y de la COB, a los que acusaron de buscar un protagonismo mediático cometiendo “los mismos errores que en las décadas de los años 70 y 80 y sin identificar al enemigo principal que es el neoliberalismo”.
El propósito de las acciones del frente liderado por el MAS parece muy claro. “Esto significa usar la persuasión, la lucha ideológica, la batalla de ideas con quienes están equivocados y la realización de movilizaciones sociales frente a una estrategia de desgaste que forma parte de una conspiración que empezó desde que el presidente Morales asumió el gobierno”, agregó.
Frente a esta advertencia, Solares dijo que “los amarillos y los que detentan hoy el poder a nombre del pueblo quieren dividir la COB, como lo está haciendo el gobierno con el Estado Mayor, generando un paralelismo sindical y eso no lo vamos a permitir. El 21 la marcha va a ser pacífica y si nos provocan la confrontación será culpa del gobierno”.