Nueva York, 9 de enero. El gobierno de George W. Bush criticó hoy la nacionalización de los sectores de telecomunicación y electricidad anunciada ayer por el presidente Hugo Chávez y advirtió que toda empresa estadunidense afectada deberá ser compensada, y en Wall Street cundió la incertidumbre sobre las implicaciones de la propuesta del mandatario venezolano y se desplomaron las acciones de algunas empresas potencialmente afectadas.
Al parecer, la palabra "nacionalización" preocupa en Washington y en Nueva York.
En el primer comentario oficial del gobierno de Bush, el vocero del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Gordon Johndroe, afirmó que habían escuchado la declaración de Chávez, y "también hemos visto los resultados de la nacionalización en otros lugares, y en general este tipo de acciones no producen los beneficios económicos esperados". Su colega Sean McCormack, vocero del Departamento de Estado, reiteró el punto de que las nacionalizaciones "usualmente no benefician a la población del país".
A su vez, el vocero de la Casa Blanca Tony Snow comentó que "la nacionalización tiene una larga historia de fracasos en todo el mundo. Apoyamos al pueblo venezolano y creemos que este es un día infeliz para ellos".
El gobierno de Bush advirtió que, de proceder, espera que Venezuela cumpla con sus obligaciones internacionales. "En este punto, si de hecho se promueve la nacionalización, hay una práctica internacional aceptada en que las empresas extranjeras son compensadas con el valor justo de mercado por los bienes que han sido nacionalizados", subrayó McCormack. "Si las empresas estadunidenses son afectadas, esperaríamos que sean compensadas rápida y justamente", dijo por su lado Johndroe.
A su vez, el secretario de Energía Sam Bodman expresó la inquietud de su gobierno sobre si los planes de nacionalización podrían violar contratos con las empresas petroleras estadunidenses que participan en proyectos multimillonarios de explotación de crudo.
Señaló que él y otros altos funcionarios (mencionó a la secretaria de Estado Condoleezza Rice) probablemente expresarán esta preocupación a funcionarios de Caracas. Venezuela es el cuarto exportador más grande de petróleo a Estados Unidos.
Sin embargo, las mismas petroleras no han solicitado que el gobierno estadunidense intervenga en el asunto, y analistas del sector no expresaron alarma por las declaraciones de Chávez, señalando que no esperan cambios significativos o inesperados en el sector petrolero. "Creo que cuando Chávez dice nacionalizar el sector petrolero, significa lo que ha dicho antes: control mayoritario del Estado", comentó Luisa Palacios, de Barclays, en Nueva York a la agencia Reuters.
Las grandes petroleras trasnacionales con intereses en Venezuela, incluidas Exxon Mobil, Chevron, Total SA, ConocoPhillips, BP y Statoil ASA optaron por guardar silencio ante todo esto.
Pero en Wall Street los analistas y estrategas financieros sí expresaron ansiedad y las acciones de empresas posiblemente afectadas sufrieron en la bolsa de valores. "Estos anuncios desconcertantes de política (en Venezuela) representan un claro giro hacia políticas nacionalistas e intervencionistas más profundas, lo cual puede llevar a una mayor erosión de confianza empresarial y de los fundamentos macro e institucionales del país", escribió el economista Alberto Ramos en un informe de Goldman Sachs citado por Reuters.
"Nadie sabe qué va a suceder y por lo tanto los inversionistas suponen lo peor", dijo Urban Larson de F&C Investments de Boston, en comentarios a la agencia Bloomberg. Claudia Calich, de la empresa financiera Invesco en Nueva York, indicó que "el riesgo político ha alcanzado una nueva cresta después de esto (el anuncio de Chávez). Los inversionistas estarán muy atentos a los próximos anuncios".
Las acciones de CANTV, la empresa de teléfonos venezolana, se desplomaron más de 34 por ciento en Nueva York. La gigante de telecomunicaciones Verizon Communications, de Nueva York, tiene casi 30 por ciento de los intereses en la empresa venezolana, pero ha mantenido cautela antes de pronunciarse sobre la posible nacionalización.
Otras empresas extranjeras con inversiones en Venezuela también sufrieron en las bolsas de valores internacionales, incluida la estadunidense AES Corporation, que controla 85 por ciento de Electricidad de Caracas, Ternium de Luxemburgo con operaciones siderúrgicas en el país, y Crystallex Internacional de Canadá. Otros instrumentos financieros vinculados a Venezuela también sufrieron en los mercados.
Algunos estrategas financieros aconsejaron que los inversionistas internacionales deberían "buscar una salida", aunque ejecutivos de algunas empresas potencialmente afectadas expresaban una actitud más tranquila hasta contar con mayor y más detallada información sobre las propuestas de nacionalización de Chávez.
"Impacto limitado"
Un corredor de una de las empresas financieras más grandes de Wall Street declaró a La Jornada que todo esto "no sorprende mucho a nadie" en el sector financiero, y que no es causa de gran alarma en Wall Street. "No hay gran efecto sobre los mercados emergentes", dijo, y subrayó que el impacto está "limitado a Venezuela".
Pero algunos políticos percibieron esto como más pruebas de que Venezuela "amenaza" a Estados Unidos. El representante federal republicano Peter King dijo al canal de noticias conservador Fox News que "no hay duda de que Chávez es, ante todo, una amenaza económica para Estados Unidos. Tu sabes, nacionalizar industrias claves, criticar a Estados Unidos, su insulto personal contra el presidente Bush en la ONU...". América Latina, agregó, es terreno fértil para el "terrorismo" y "yo te puedo asegurar que Estados Unidos está en guardia en torno a Venezuela, ciertamente tenemos que estar vigilando eso".
Mientras, la Organización de Estados Americanos decidió que era necesario mostrar el apoyo a su secretario general, José Miguel Insulza, ante las declaraciones de Chávez, quien lo calificó de "pendejo" por entrometerse en el asunto de la suspensión de la licencia a una televisora venezolana. Insulza "recibió hoy expresiones de respaldo y reconocimiento de países miembros de la OEA por el trabajo que realiza en beneficio de la democracia y los derechos humanos en la región", comunicó la organización.