En Maracay, uno de los centros industriales más importantes del país, se viene desarrollando desde hace 5 meses una de las luchas más emblemáticas de los trabajadores venezolanos. Allí casi 600 trabajadores ocuparon la empresa ante la “desaparición” de los patronos de la familia Pocaterra Branger, conspicuos representantes de los “Amos del Valle”, y desde entonces están produciendo con la gestión y control de ellos mismos, con el apoyo y dirección irrestricta de su sindicato y del Comité de Fábrica.
Este proceso es un ejemplo para todas las demás empresas recuperadas en los últimos años por los trabajadores. Es un emblema para Sideroca, Invetex, Inveval, Invepal, entre otras, así como para todos los trabajadores y trabajadoras del país. Es una demostración fehaciente de que los trabajadores sí pueden dirigir una empresa, que no necesitan patronos para hacerlo, y tal como lo hicieron los trabajadores petroleros durante el paro-sabotaje, están en capacidad de organizar la producción del país, y en suma, dirigir el destino económico y político del país. Es una demostración de la superioridad del control obrero directo y democrático sobre las formas cooperativistas, tal como lo atestigua la crisis de las empresas que antes mencionamos, las cuales se han tenido que organizar en el Freteco, para intentar darle respuesta a los innumerables problemas por los que atraviesan.
En Sanitarios Maracay, todas las decisiones se toman democráticamente en asamblea. La situación económica de los trabajadores ha ido progresivamente mejorando. Es una experiencia extraordinaria visitar su gigantesca planta, capaz de producir para el mercado nacional e incluso exportar, y ver como se han transformado las relaciones entre los trabajadores desde el momento en que la comenzaron a controlar; cómo se organiza la producción, o como funciona el comedor. Es una escuela de formación para una sociedad distinta, para una sociedad sin explotadores ni explotados, una sociedad donde la producción de cada empresa no sea para la ganancia voraz e individualista, sino para satisfacer las necesidades del conjunto de la población.
De lo que suceda en Sanitarios Maracay dependerá el futuro de las empresas recuperadas y de las luchas por venir de los trabajadores venezolanos, así como la lucha por el socialismo sin patronos, sin burócratas ni corruptos. Sin embargo, este conflicto ha sido invisibilizado completamente. Un cerco mediático se cierne sobre él, así como una total indiferencia de parte del gobierno.
Conversamos con José Villegas, secretario de Organización del sindicato de Sanitarios Maracay, quien afirmó: “Este conflicto es emblemático para los trabajadores venezolanos, si se pierde, nunca más los trabajadores intentarán tomar y controlar una empresa”.
¿Cuál es la situación actual del conflicto y de la empresa?
El gobernador del Estado, Didalco Bolívar, hace dos meses nos ofreció adquirir el Feldespato, la materia prima para producir la barbotina, que es la base para la elaboración de las salas de baño, pero eso se volvió pura bulla y demagogia. Lo cierto es que no ha cumplido con ese ofrecimiento. Ante eso, decidimos comprar, con lo obtenido a través de las ventas de los últimos meses, 360 toneladas de la arcilla (Feldespato). La empresa que suministra este producto accedió a vendérnosla, a pesar de que los Pocaterra tienen una deuda de 170 millones de bolívares. Con este material podemos producir por unos 4 meses más, utilizando un 30% de la capacidad instalada de la empresa, lo cual nos permitiría aumentar de Bs. 60.000 a Bs. 200.000 el salario semanal de los trabajadores, y mantener las bolsas de comida que entregamos a cada trabajador semanalmente, las cuales están entre Bs. 45.000 y Bs. 50.000. Imagínense cuánto podrían ganar los trabajadores si tuviéramos los recursos para comprar más materia prima y poner a producir la empresa a toda su capacidad.
¿Y cuál es la actitud de los trabajadores?
Bueno, te puedo decir que a pesar de todos los obstáculos y vicisitudes por las que hemos atravesado durante estos cinco meses, los trabajadores seguimos con una moral muy alta. Convencidos de que nuestro triunfo será también el de los compañeros y compatriotas de las otras empresas recuperadas o cogestionadas, y que será un ejemplo para todos los trabajadores y trabajadoras. Una demostración de que los obreros sí podemos dirigir una empresa, y por qué no, hasta el mismo poder político del país.
Y este sentimiento de los trabajadores no es casual. Por primera vez después de muchos años trabajando en esta empresa, somos nosotros mismos quienes decidimos todo lo que se hace en la empresa; todo se decide en asamblea, democráticamente. En este momento, junto al Comité de Fábrica y el sindicato, estamos organizando la producción con la materia prima que adquirimos recientemente, así como acciones legales e información a las comunidades sobre nuestra situación.
¿Cómo se ha evidenciado lo que dijiste sobre la “superioridad” del control obrero?
A diferencia de las empresas recuperadas y gestionadas a través de cooperativas, en las que los sindicatos desparecieron, nosotros hemos mantenido nuestra organización sindical, que ha sido un apoyo fundamental en empujar junto al Comité de Fábrica esta experiencia. Por otra parte, no estamos cogestionando la empresa con el gobierno, somos los trabajadores en asamblea quienes dirigimos de manera autónoma todo el proceso productivo. Estos hechos han posibilitado que los 510 trabajadores que hoy tiene la empresa, hayamos podido pasar de Bs. 10.000 semanal que ganamos al principio, a ganar Bs. 60.000, y que hoy nos estemos planteando pasar a ganar Bs. 200.000, además de la bolsa de comida para cada trabajador y del almuerzo que se sirve en el comedor de la empresa.
¿Ha habido algún tipo de presión contra ustedes?
Sí, fíjate que en estos días vino un supuesto alguacil de un tribunal a decirnos que el Banco Venezuela iba a demandar a Sanitarios Maracay por una deuda que tienen los Pocaterra con ese banco transnacional por unos 2 millones de dólares. Pero también hemos tenido presiones de empresas del Estado como Elecentro e Hidrocentro, por consumo de electricidad y agua. Estos patronos fueron tan irresponsables que tenían deudas con todo el mundo, por ejemplo, a Elecentro aún le adeudan 160 millones de bolívares. Nosotros hicimos un acuerdo con esa empresa por dos meses pero ya se venció. Ahora el Comité de Fábrica y el sindicato están discutiendo esta situación y luego lo someteremos a la consideración de la asamblea de trabajadores para adoptar una posición frente a este problema.
¿Y el gobierno regional?
Bien, gracias…Después de prometernos la materia prima, más nunca el gobernador Didalco Bolívar ha dado señales de vida respecto a Sanitarios Maracay.
¿Qué nuevas acciones tienen previstas?
En lo inmediato nos estamos preparando para la convención de la UNT de Aragua, de la cual forma parte nuestro sindicato. Esto será entre el 12 y el 14 de abril. Allí, sin duda, discutiremos una política de respaldo a nuestro conflicto de forma más global, así como mantener y profundizar el apoyo de nuestra central sindical, paralelamente a la preparación de las elecciones para legitimar a la coordinación de la UNT en el Estado, como parte de la defensa de la autonomía de la central y de la realización de elecciones en la UNT nacional. Luego, junto a los camaradas de Freteco, tenemos previsto realizar una marcha a Caracas de todas las empresas tomadas y recuperadas por los trabajadores, hasta el Milco, el próximo 24 de abril.
¿Y qué le plantean ustedes al gobierno nacional?
Bueno chico, nosotros le exigimos al gobierno del presidente Chávez que no siga indiferente a nuestra situación. Planteamos que de una buena vez el gobierno expropie a Sanitarios Maracay sin indemnización. Mientras esto no se concrete seguiremos en la incertidumbre. Necesitamos que el gobierno adquiera la materia prima para producir a plena capacidad, lo cual puede permitir crear más empleos, y que al mismo tiempo lo que producimos pueda ser adquirido por el gobierno para desarrollar un plan nacional de construcción de viviendas, escuelas y hospitales. No estamos de acuerdo con la cogestión ni con cooperativas, nuestro modelo ha demostrado que es el más conveniente para los trabajadores, y es el único que puede minimizar la burocratización y la corrupción. Queremos seguir controlando y gestionando la empresa a través del Comité de Fábrica y el sindicato, y tomando todas las decisiones democráticamente en asamblea. Como yo siempre digo, en Sanitarios Maracay tomamos la decisión de avanzar hacia el socialismo, y así lo estamos haciendo. Aunque estamos conscientes que el socialismo no es una sumatoria individual de fábricas expropiadas, sino que tiene que ser una política nacional de expropiar a nivel nacional a los bancos, las grandes empresas y las transnacionales, y ponerlas a funcionar bajo control de los trabajadores.