Las palabras del presidente Chávez amenazando con nacionalizar a Sidor, hicieron estallar la rabia contenida de miles de trabajadores de nuestra principal industria siderúrgica.
Desde 1998 cuando Sidor fue nacionalizada por Caldera, una nube negra de explotación ha caído sobre los trabajadores sidoristas. Miles fueron despedidos. De más 11 mil obreros que laboraban por aquel entonces, la nómina se redujo a un poco más de 5000, mientras que más de 9000 se encuentran hoy tercerizados, trabajando en condiciones precarias para distintas contratistas, y sin los beneficios de la contratación colectiva de Sidor.
Por otra parte, este vaciamiento de trabajadores ha tenido su contrapartida en el acrecentamiento de condiciones laborales cada vez más inhumanas y de explotación que rayan en lo absurdo. Los sidoristas han hecho estudios que evidencian que se ha producido una desmejora del 300% en muchos de los beneficios que tenían los trabajadores. Los Centros de Acción Social que beneficiaban a las familias de los trabajadores desaparecieron, así como también las actividades deportivas y de recreación para sus hijos. Hasta el preescolar fue demolido por la empresa. Beneficios como la Cláusula 14, la meritocracia y los bonos nocturnos han desaparecido o se han visto disminuidos. Es decir que desde que la empresa fue privatizada la explotación se ha incrementado brutalmente, al mismo ritmo infernal en que lo han hecho los beneficios para la transnacional argentina Techint, uno de los más poderosos grupos económicos de ese país, hoy envuelto en acusaciones de soborno y corrupción.
Asimismo, la transnacional que controla Sidor, no tiene ningún interés en beneficiar al país, por ello exporta la mayor parte de lo que produce y luego lo vende al Estado venezolano 3 ó 4 veces más caro, de hecho, controlan el muelle por donde salen los productos. En la práctica, de cada 100 vagones de mineral de hierro que se extraen del cerro San Isidro, la mitad se le regala a esta transnacional explotadora, gracias a los acuerdos establecidos desde la IV República.
Todo esto no hace más que poner en evidencia que no existe un capitalismo bueno y otro malo. El hecho de que se trate de empresas latinoamericanas no cambia la lógica perversa del capital, que es la explotación despiadada de los trabajadores para maximizar las ganancias. Con estos “chupasangres” es imposible hacer una integración que beneficie a los pueblos.
Ya los medios de comunicación han anunciado que el presidente Kirchner pegó el grito en el cielo y salió en defensa de la transnacional Techint. Un representante de la empresa se apresta a venir al país para negociar con el gobierno venezolano. El PRS llama a los trabajadores de Sidor a no aceptar un nuevo engaño ni cantos de sirena de estos explotadores. Los sidoristas junto a sus familias y las comunidades de Guayana, deben continuar movilizados hasta echar a esa transnacional explotadora de nuestro país, y lograr que Sidor sea nacionalizada sin indemnización, y puesta bajo control de sus trabajadores.
No es posible avanzar al socialismo manteniendo la propiedad privada de las empresas en manos de patronos y trasnacionales explotadores.
Llamamos a todas las organizaciones populares del país, a los sindicatos y demás organizaciones sociales, a solidarizarse con la justa lucha de los trabajadores de Sidor, siguiendo el ejemplo de la UNT de Carabobo y de los petroleros, agrupados en Opción Clasista de los Trabajadores en Puerto la Cruz, hasta imponer la expropiación de dicha empresa.
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