La Paz, 24 de mayo. El quinto Encuentro Mundial de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad concluyó en Cochabamba con la recomendación de crear una agencia informativa latinoamericana, un observatorio de medios y un tribunal que sancione moralmente a los medios de comunicación que mientan u oculten la verdad en su cobertura informativa.
En el cónclave de dos días participaron cerca de un centenar de intelectuales y periodistas provenientes de 25 países, entre los que destacaron el sociólogo brasileño, Theotonio dos Santos; el filósofo y teólogo belga, François Houtart; el argentino Atilio Borón; así como los ministros de Cultura de Cuba, Abel Prieto; de Venezuela, Francisco Sesto, y de Ecuador, Antonio Preciado, que en su declaración final se inclinaron por asegurar el derecho a la información como un derecho humano fundamental.
En el documento, que recibió esta mañana el presidente boliviano Evo Morales en la sede de gobierno, los integrantes de la Red de Redes en Defensa de la Humanidad se manifestaron "contra el poder sin control, no democrático e impune de los grandes medios de comunicación que intentan imponer su visión de la realidad y sus valores", acorde a "intereses económicos y políticos de accionistas, financieros y anunciantes". Sin embargo, "las trasnacionales mediáticas están perdiendo credibilidad y se ha echado por tierra el mito de la invulnerabilidad de los medios".
"En América Latina hay dos polos equidistantes: por un lado el refuerzo a la soberanía, y por otro, la renuncia al espacio público. Por ejemplo, mientras México está renunciando a ese ámbito para entregarlo a perpetuidad a dos consorcios mediáticos, en Venezuela se está recobrando una concesión que imponía la dictadura de la palabra y la imagen únicas (RCTV). Como dijo el presidente Hugo Chávez, ahora no estamos luchando contra la libertad de prensa, estamos restableciendo esa libertad", cita el texto.
Se plantea que es "de primer orden demostrar la ilegitimidad del sistema actual donde los medios están al servicio de los poderosos", en medio de "una enorme concentración antidemocrática y es abrumador el control del capital financiero sobre los grandes medios". Además, se denunció a instituciones y grupos de prensa "que en nombre de un distorsionado concepto de la libertad de expresión sirven a estructuras económicas imperialistas, como Reporteros sin Fronteras y la Sociedad Interamericana de Prensa".
Asimismo, se condena el asesinato, la persecución y la exclusión de los medios de comunicación, de periodistas que han hecho y hacen de su ejercicio una tradición de lucha por los mejores intereses de sus pueblos, y asientan que los estados tienen el deber de garantizar el derecho a la información y la democratización de los medios y el acceso a todos los sectores sociales.
Aclaran que el modelo de comunicación que defienden no es "el del 'socialismo real', controlado por una elite política que renunciaba a la pluralidad y a la comunicación verdadera con sus pueblos. Reconocemos que la neutralidad y la imparcialidad no existen: toda información tiene una intencionalidad oculta o manifiesta".
Entrevistado por los medios después del acto con Morales, el ministro venezolano Francisco Sesto negó que la cancelación de la concesión al canal televisivo RCTV a partir del próximo domingo atente contra la libertad de expresión, y comparó a esta televisora con "un mal inquilino" al que se le cancela un contrato de arrendamiento.
A su vez, el presidente Morales reiteró su queja respecto de que uno de los "principales enemigos" de su gobierno son "algunos medios de comunicación", si bien destacó que esto no es responsabilidad de los trabajadores de los medios sino de "sus propietarios" que buscan mantener sus privilegios.
El ministro cubano de Cultura, Abel Prieto, destacó en entrevista con La Jornada, que de este encuentro haya surgido un plan de acción en el que resaltan la creación de una agencia informativa, un diario digital que se buscaría sea mundial, el Observatorio de Medios y el Tribunal. Este último, dijo, podría aliarse a otros ya existentes, como el Tribunal de los Pueblos.
El observatorio, comentó, "cuando se compruebe una mentira flagrante, que el medio está haciendo una campaña de propaganda, cuando esté aplicando, eso decía Chomsky, un modelo de propaganda, (podría) llevar todas esas pruebas ante un tribunal moral y juzgar a esos medios. La idea es que la mentira no quede impune, de que haya una base ética a la hora de informar".