Recordad que a lo largo de la historia, siempre
Ha habido tiranos y asesinos, y por un tiempo,
han parecido invencibles. Pero siempre han
acabado cayendo. Siempre.
Mahatma Gandhi
La juventud militar venezolana no ha estado ajena a ninguno de los acontecimientos importantes de nuestra vida republicana. Desde principios del siglo XIX hasta el presente, su incidencia ha sido determinante para los cambios necesarios. Obsérvese que no me estoy refiriendo a rangos, habida cuenta que un Primer Teniente puede tener una decrepitud censurable, y un General puede tener el arrojo y la sabiduría de un joven que es capaz de asumir riesgos hasta perder la vida, por la tierra que juró custodiar.
Los episodios de febrero de 1814 en las llanuras de Aragua son un buen ejemplo del sacrificio hasta el martirio, de los jóvenes del seminario de Caracas que ofrendaron sus vidas en la batalla de La Victoria, con José Felix Rivas al frente. El Siglo XX fue testigo de la iniciativa de la juventud militar cuando se sublevó para derrocar la tiranía de Marcos Pérez Jíménez y sus esbirros de la Seguridad Nacional. En efecto, rondaban la frontera de los treinta años, más o menos, cuando Hugo Trejo, Gilmon Báez, Basalo D Andrea, Parada, Pérez Méndez, Testamark, Ely Mendoza, Navarro Torres, Luis E Sucre, y otros importantes oficiales, sub-oficiales, clases y soldados, adoptaron la decisión de derrocar una dictadura.
Hoy, el mejor homenaje al 12 febrero, es seguir el ejemplo de los hombres que los antecedieron, y dar los impulsos convenientes para que la República alcance mayores y mejores estadios de vida. No es aceptable en ninguna circunstancia, estar pasivos ante una realidad que clama al cielo. El profesor Uzcátegui nos presenta un retrato del país que es escalofriante:
"La pobreza en Venezuela para 2018, según las tres principales universidades del país, alcanza el 48% de los hogares. La inflación del año 2018 alcanzó el 1.299.724 % y, según las proyecciones, pudiera alcanzar los 10 millones % en 2019. Una familia necesita 60 salarios mínimos para adquirir lo indispensable para vivir. El 64% de los venezolano/as en 2017 perdió aproximadamente 11 kg de peso y 33% de los niños entre 0 y 2 años sufre de retardo de crecimiento. En un estudio realizado por Caritas, 53% de los hogares venezolano/as ha tenido que recurrir a estrategias de supervivencia como la mendicidad o buscar comida en basureros."
La juventud militar tiene que pronunciarse. Decir basta. No es posible que la situación ruinosa siga su paso de pasión y muerte. No podemos estar pasivos al saber que compatriotas salen por millones buscando una felicidad que el país le ha negado. No puede haber indiferencia, cuando se sabe que este gobierno ha roto de modo inmisericorde el tejido social entre los venezolanos, y ha embestido sin piedad contra la moral de las Fuerzas Armadas. Muchos son los hombres de uniforme que están presos en las mazmorras de las policías del régimen, o en el exilio. La desmoralización y la desconfianza cunde en los diferentes componentes.
Ha llegado el momento de que los venezolanos nos afirmemos como República y remilitaricemos la Fuerza Armada que escogimos para dar la vida con, y por ella. Todo parece indicar que estamos en un momento de encrucijada. O la Fuerza Armada respalda a este elenco de traficantes que administra el estado, o lo desplaza para que se abran los caminos y se despeje un futuro promisor para todos los venezolanos. Hoy la apuesta es por la felicidad o el abatimiento, por el día o por la noche, por un pasado que se extingue o por un futuro que reivindique las palabras del Padre Libertador exaltando la moralización de la República, guiada por las luces de la educación.
En las actuales circunstancias que vive la República, la indiferencia es tan imperdonable como imperdonable es estar a contravía de la historia. En cambio, los hombres y mujeres que emprendan las acciones que correspondan para crear las condiciones que le permitan a los ciudadanos del país alcanzar medios dignos de vida, tendrán ganada la gloria.
Cliver Alcalá Cordones
Mayor General