He publicado en Aporrea desde casi su inicio a la cual llegue por sugerencia del amigo Mario Silva, quien me motivo a publicar en este medio mis muy humildes opiniones, he recibido desde insultos hasta grandes elogios por mis escritos, los primeros los considero un éxito pues significa que han llegado a aquellos que le fueron dirigidos de los segundos me siento orgulloso de que mis torpe letra haya gustado.
Hoy quiero narrar lo que me paso y lo hago con una profunda preocupación en el alma.
Hace una semana a las 8 y 5pm fui detenido por unos motorizados los cuales me encañaron con grandes pistolas, obligándome a bajar de mi jeep wagoneer del año 1978, la revisaron y me revisaron, en mi cartera 72 bolivaritos y un celular nokia que lleva conmigo más de cuatro años. Se montaron en mi camioneta y se la llevaron, el último antes de partir en una moto me miro y apuntándome con la pistola me dijo…..viejo pendejo ni una bala vales.
8 y 20 de la noche, parado en la calle sin plata, sin camioneta, sin celular y sin documento de identificación, quedo el pobre pendejo que no vale una bala.
Treinta y cinco cuadras a pie hasta mi casa, contadas una a una me sirvieron para pensar y pensar.
Que nos está pasando a donde estamos llegando. Aquí hay un pueblo que lucha día por la revolución Bolivariana que es la única salida que tiene este país, rendirnos al imperio es perder al país en eso yo estoy totalmente claro y la gran mayoría de los Venezolanos estamos claros, también sabemos que la única persona con la visión el empuje y el ideal claro de salvar este país es el presidente Hugo Chavez Frias, cualquier otro está llamado al fracaso.
Pero que pasa en nuestras calles, por que más y más venezolanos mueren cada día a manos de hampa definitivamente desbordado, como llegamos a este punto, en donde se perdió el camino.
Al día siguiente de lo que me paso, escuche por el canal ocho la declaración de un funcionario de la comisión para la reforma policial o algo así, hablando de los derechos humanos de los detenidos y acusados y como la policía debería cuidar y proteger a estos elementos y como la policía debería ser persuasiva en su actuar ante los delincuentes. Esas declaraciones simplemente me parecen ante toda estúpidas y propias de esos burócratas que tanta daño le hacen a nuestra revolución. Si Ud. ciudadano actúa apegado a la ley, Ud. nunca será molestado por un policía, si Ud. es detenido por un policía sus razones habrá y debe ante todo someterse a la autoridad de la autoridad policial, si Ud es sospechoso de un delito debe acatar y ser sometido a la autoridad policial hasta que se aclaren los hechos. No puede la policía actuar sin la autoridad necesaria contra aquellos sospechosos de algún delito.
El hampa está desbordada por un inadecuado manejo de la fuerza pública y la implementación de justicia, la policía nacional y el CICPC tienen un claro campo de acción para atacar este problema y no pueden ser maniatados con la bandera de los derechos humanos.
Las instancias judiciales deben actuar expeditamente para solucionar el mar de juicios pendientes y los casos que se ameriten juicio en libertad o libertad plena deben ser fijados, pero los caos de fuerza mayor donde hay armas de fuego y victimas involucradas deben llevar el debido proceso. Hay que separar al hampa de alto riego del hampa común y los presos de delitos comunes. No es lo mismo un estafador que un asesino. Para esos delincuentes de delitos menores hay miles de planes de acción, para aquel que ha matado una o más veces las penas deben ser cumplidas cabalmente y estar plenamente justificadas su posible libertad.
El mencionado funcionario hablaba de que los portes de armas en Venezuela llegan a 20.000, con una población cercana a los 30 millones estamos hablando de que menos del 1% está armado legalmente, lo cual es un logro si contamos que muchos de esos portes son de policías y militares con armas particulares además de su reglamentaria. Creo que el Darfa y Cavim han hecho un excelente trabajo en la reglamentación y control de armas. Pareciera que este burócrata no lo considera así. Yo particularmente creo que el problema no son las armas autorizadas, son las armas no autorizadas las que han llegado de alguna oscura forma a manos del hampa y debería ser la preocupación de las autoridades identificar como esas armas han llegado al hampa y han entrado al país donde se lleva tan bien el control de armas.
Otro aspecto que me llamo de rabia es saber lo que ganan los funcionarios policiales y el estado en que trabajan.
Al momento de poner mi denuncia en el CICPC, edificio anexo de la sede principal, me enfrente a una cola en la cual uno escucha historias de ciencia ficción y que son una cruda realidad. Después tengo que subir una pila de pisos, pues el ascensor hace meses no sirve y no pienso en mi que fui esa vez, pienso en los funcionarios que todos los días varias veces deben echar pie por esa escalera para arriba y para abajo. Me entero por boca de un policía nacional, que los obligan a cargar el arma sin estar montada, me explica que sin balas en la recamara o sea ya con una clara desventaja contra el delincuente, decisión esta de la famosa junta de regulación policial o algo así (Mas burócratas), cómo puede un funcionario policial hacer frente a un procedimiento si ya de entrada las lleva de perder.
Yo soy un pobre viejo que no vale ni una bala, pero pienso que las cosas las estamos manejando mal en cuestión de seguridad ciudadana, la seguridad pública debe ser llevada por policías así de simple, no militares y menos por activistas de derechos humanos, pues en Venezuela se ha implementado una máxima que el derecho humano del delincuente está por encima de la víctima. Esos burócratas que con la falsa y rasgada bandera de los derechos humanos han maniatado a los cuerpos policiales, son los únicos responsables de que cada día a los ciudadanos se nos estén violando los derechos humanos por parte del hampa.
No soy tan pendejo para pensar que con el actuar represivo de los cuerpos policiales son habrá perdida de gente inocente, pero creo que esas pérdidas serian un mínimo comparado con la pérdida de vidas inocentes a mano de un hampa amparada en los derechos humanos.
Tampoco soy partidario de sacar a las fuerzas armadas ala calle, no es su función ni están preparados para enfrentar este problema así de simple. No considero adecuado que las calles sean patrulladas con fusiles de asalto los cuales no son para esta función. Hay que ser razonable con los elementos necesarios para un efectivo resguardo. Hay una gran diferencia entre un policía y un militar, son entornos totalmente diferentes, nunca debemos olvidar eso.
Como siempre muchas gracias por leerme.
El primer paso que debe dar un revolucionario es cambiar internamente y aceptar la revolución como una nueva vida y nunca per atrás, pensar en nosotros sobre el yo.
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