En nuestro día a día, en cualquiera de nuestras conversaciones con amistades, vecinos, familiares; está presente el tema de las colas para comprar los alimentos, que si suben o no el precio de la gasolina, el muy buscado y escaso cemento, los bachaqueros y la impune especulación. Ya se están observando algunos cambios con las acciones gubernamentales, estos temas tienen que discutirse seriamente; la falta de alimentos en los anaqueles en reiteradas oportunidades se ha denunciado, pero nada efectivo se ha hecho para solucionar este problema que genera malestar social. Se habla de los bachaqueros, acaparadores, revendedores, etc.; sabemos que existen, donde operan y todo lo necesario para actuar jurídicamente contra ellos, pero nada pasa; la impunidad se ha convertido en algo normal y cotidiano, la actuación gubernamental debe ser mucho más efectiva; caiga quien caiga, basta ya de que el pueblo pague las consecuencias de la nefasta impunidad.
Se hace urgente arreciar un plan de fiscalización y supervisión en todas las cadenas de distribución y venta de alimentos, ropa, calzado, electrodomésticos, estabilizar los precios y mejorar la distribución de lo mencionado en los espacios de la vida del venezolano, desde lo urbano a lo rural. Mejorar la calidad de vida de la gente, que el salario mínimo alcance para hacer mercado, el compartir de las familias, etc.
En varias ocasiones se ha dicho que se está acumulando una bomba de tiempo que en cualquier momento podría estallar y cuando el pueblo se arrecha y se organiza, no hay fuerza alguna que lo detenga. Es necesario un debate nacional, donde todos los sectores participen y se aporten soluciones efectivas a los males que cada día cobran más fuerza y se vuelven invencibles: escases, especulación y usura. Nuestros gobernantes están en la obligación de escuchar las demandas del pueblo y más allá de eso, sentir las penurias de la gente, bañarse de honestidad y eficiencia para trabajar en beneficio del colectivo que requiere soluciones, menos verborrea teórica, sino, más práctica verdaderamente eficaz. No se entiende como hay que patear la calle para conseguir cemento y terminar pagando por una paca 450bs, cuando el precio está regulado.
Pasa el tiempo y lo cotidiano se vuelve color de hormiga para el pueblo, no basta rezar dijo Alí, hacen falta muchas cosas para conseguir la paz, solo queda la organización popular para afrontar los actuales problemas y los que están por venir, ya está cobrando fuerza las elecciones para la A.N, algunos partidos e iniciativas propias, asoman sus posibles candidatos, se ven cambios institucionales cuadrando indirectamente futuros candidatos, con ello la demagogia y el clientelismo entrará en el juego, “ojo pelao” decía el comandante Chávez, ya se le nota el bojote a los dinosaurios y a los comerciantes de la política, es la hora del pueblo, organización y claridad política para afrontar el presente y el futuro, las revoluciones y las historias las escriben los pueblos. En momentos de lucha, es importante tomar en cuenta lo que decía el Che: “Si no existe la organización, las ideas, después del primer momento de impulso, van perdiendo eficacia”. Eficiencia y eficacia es lo que demanda el pueblo, la sombra nos está venciendo.
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