REVOLUCION CON HAMBRE NO DURA

Revolución con hambre no dura

"Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra". Biblia: 2 Crónicas 7:14

He notado con preocupación, como algunos escritores de este prestigioso portal, del cual soy asiduo colaborador, toman con cierta ligereza la situación crítica de hambruna que está viviendo el país, y cito con esto al reciente artículo del compañero Henry Escalante, titulado: ¡Hambre!. Quizás el compañero Henry lo dijo en tono sarcástico, y con cierto aire de humor, pero la situación en nuestra patria está bastante complicada, ya que el conseguir alimentos para nosotros se nos hace cuesta arriba.

Soy de los que asume la tesis de que estamos inmersos en una gran guerra económica, todo esto, por la necesidad que tiene la derecha y aun más, el mismo imperialismo norteamericano de sacar de manera rápida al presidente Nicolás Maduro del poder, y eliminar todo rastro de Revolución Bolivariana que exista en el país y en América Latina; pero aun así, hay ciertas consideraciones que hay que tomar concienzudamente, sobre quien cumple el rol protagónico de alimentar la guerra económica que los más de treinta millones de venezolanos estamos padeciendo.

En Venezuela existen quince centrales azucareros, de los cuales, el gobierno nacional tiene diez bajo su control, estos fueron militarizados desde el año 2013, por estar supuestamente usados por cierta dirigencia interna a utilizar el acaparamiento como medio para operar. Resulta interesante notar que hoy en día, solo tres de estos centrales funcionan, y solo trabajan al 20% de su capacidad operativa. Entre los problemas que enfrentan los productores de caña se encuentran los retrasos en el suministro de insumos, como herbicidas y fertilizantes, que Agropatria despacha durante la cosecha. También afecta la falta de repuestos de alta rotación que tienen paralizados los tractores, cosechadoras y camiones. Hoy en día el azúcar no se consigue, y cuando aparece el precio oscila los 4000 bs por kilo, quedando los venezolanos sin poder gozar de tan necesitada materia prima para su consumo. (Desde Yaracuy me comentan que a los panaderos les venden las gandolas completas de azúcar en 50 millones de bs y la compran para no cerrar sus negocios).

Con respecto a la harina de maíz precocida, hay que explicar que existen veinte y siete plantas instaladas en el país, de las cuales el gobierno nacional maneja 18 de estas unidades a nivel nacional, y 9 las trabaja el sector privado. Las compañías que controla el estado son: La Corporación Venalcasa que controla doce plantas productoras de harina de maíz precocida (Valle Guanape, Francisco De Miranda, Aragua De Barcelona, Leander De Socopo, Bravo Casique, Guanare, Colonia, Chaguarama, La Veguita, Juana La Avanzadora, La Paragua Y Zamora Vive), mas las ultimas expropiadas en el año 2009 y que se encuentran bajo control militar y que son Maizera, Proarepa (Ricamasa) y Pronutrico (Doña Rosa). A pesar de que el gobierno controla el 68% de la producción nacional de harina de maíz precocida, cuando usted se dirige a cualquier supermercado del país, y observa las "colas" para comprar la harina, solo se observa la harina de empresas polar. Esto es para analizar…….

Un ejemplo más para demostrar quién es el culpable que alimenta la guerra económica, basta con comparar los precios de los carros Chery en sus tres versiones, ARAUCA, ORINOCO Y X1. Estos vehículos cuya importación, administración y venta, la tiene el gobierno nacional, no se consiguen al precio que ha fijado el estado y cuyo monto oscila el millón doscientos mil bolívares por el Orinoco siendo este el más costoso. En la calle estos vehículos se consiguen en 9 millones de bolívares o más siendo esto el equivalente a unos 600 meses cobrando el sueldo mínimo sin derecho a comer. Es decir, trabajar por 50 años consecutivos sin comprarse alguna otra cosa.

Pareciese que la misma guerra económica la mantiene el gobierno nacional, porque no se observa alguna acción contundente que el presidente Maduro impulse, para acabar con tanta incertidumbre y hambre que tiene azotado al país. Al revés, quisiera alertar a Venezuela, porque la situación va a recrudecer aun mas, ya que, el ejecutivo inicio la importación de comida para subsanar la grave crisis que hay, gastando los dólares que entran diariamente por concepto del petróleo, manteniendo una economía de puertos dañina que obliga a los pocos empresarios nacionales que quedan a cerrar las puertas y emigrar, pero aun, con todo esto; se observan los sectores agrícolas venezolanos totalmente abandonados, sin los tractores Veniran, y sin los fertilizantes inexistentes de Agropatria.

La consecuencia del desastre económico, el aumento sin base del sueldo mínimo y por ende el descontrol de la inflación, la falta de inversión al sector agrícola para erradicar el hambre, el otorgamiento de divisas a empresas irreales y la impunidad de quienes desfalcaron al país (no hay ni siquiera un chinito de RECADI), la falta de control de los precios de los productos entre otros han desencadenado una delincuencia generalizada. Los índices de violencia han aumentado en un 500%. Muchos venezolanos profesionales al no tener la posibilidad de desarrollarse han tenido que emigrar, tomo como ejemplo al de mi hermana, quien es ingeniero petroquímico, y después de ingresar decenas de currículos en empresas estatales como PDVSA, PEQUIVEN, y vivir en el país que tiene la mayor reserva de petróleo del mundo, tuvo que irse de su patria, a ser una sub empleada, en un área que no le compete. La materia prima se le vende regalada a potencias extranjeras, para que se nos devuelva en productos terminados, sumamente costosos, esto es el sistema anormal…………..

En Venezuela la principal causa de los problemas que mantienen en jaque a la tierra que vio nacer al ilustre Simón Bolívar, no es la guerra económica, sino una grave crisis moral, donde una elite que trabaja en el gobierno y en ciertos sectores económicos, se enriquece, mientras el pueblo, victorioso históricamente, se ve cada día más flaco y desnutrido.

Post data: soy revolucionario y profundamente chavista; pero observo cada día como la inacción, la falta de bolas y la poca capacidad de administrar el erario público, envía a Venezuela al despeñadero. Muchos politiqueros y tecnócratas de oficio dirigen las riendas del país, pero aun no he visto al primer ministro o diputado haciendo cola para comprar harina, ni quejándose del alto costo de la vida. No se ven las soluciones para acabar con el hambre ni la miseria. Las víctimas del ayer, son las mismas de hoy: nuestro pueblo. Es hora de dar el golpe de timón.

 



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Iván Martínez


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