¿Cómo olvidar Elías?

Casi que caigo de espaldas como Condorito al comenzar a leer su artículo de hoy, ¡Que no se nos olvide!” (www.aporrea.org/actualidad/a241929.html), pensé que al describir “las causas de la ira popular” (sic) se refería a las actuales condiciones de vida que aquejan a nuestro desgraciado y vejado pueblo. Pensé que Ud. había decidido renunciar a las mieles del poder y se disponía a denunciar las aberraciones del actual gobierno, pero no, me equivoqué de calle a calle, porque Ud. sigue formando parte de ese cogollo que hace “uso desfachatado de las instituciones del Estado al antojo de intereses personales o grupales” (sic) como lo expresa en su artículo.

La única diferencia entre el ayer que Ud. describe y el presente que se reproduce al calco es que Uds. aún no han ordenado “la brutal masacre con que fue respondida la rebelión popular del 27 de febrero de 1989” (sic) pero ya sentimos que la están preparando, basta con observar la presencia de unidades policiales y militares, fuertemente armadas y preparadas con equipos anti-motín, destacadas a lo ancho y largo del país para proteger todos los supermercados de chinos y portugueses que dominan el mercado nacional de víveres a los cuales diariamente acudimos en busca de comida que generalmente no encontramos. Sus “leales y patriotas de pacotilla funcionarios” están prestos a reprimir a un pueblo que ya va a explotar producto de la hambruna a que ustedes sistemáticamente lo someten.

No se nos olvida tampoco, señor Elías Jaua, que la presente hambruna es fundamentalmente producto de su nefasta y corrupta gestión como ministro de agricultura y que la “agricultura de puertos” que implementó le ha dado buenos y sustanciosos dividendos a la clase política que hoy es cogollo dentro del PSUV.

Se olvida Ud. de recordar hoy que hace ya veinticuatro meses (dos años), su gobierno desapareció al camarada Alcedo Mora por haber tenido el coraje de denunciar hechos de corrupción que hoy son noticia diaria de la PDVSA roja-rojita que Ud. usufructúa. También se olvida que la incondicional Fiscal General de la República y demás “autoridades gubernamentales” se niegan a investigar a sus captores y probables asesinos.

Recuerde Ud. que Alcedo ya temía su captura por parte de la DIGEPOL (disculpe, siempre se me olvida que cambio de nombre: SEBIN) pues cometió el error de denunciar ante sus superiores inmediatos en la Gobernación del estado Mérida el robo de gándolas cargadas de gasolina, planificadas por altos gerentes de PDVSA en asocio y con la complicidad de la Gerencia de Prevención y Control de Pérdidas de PDVSA y la Guardia Nacional, para descargar su preciada mercancía del otro lado de la frontera colombo-venezolana, en los tanques de la estatal Ecopetrol, después de haber pasado inadvertidas por todas las alcabalas dispuestas para evitar tal vil fechoría. Error Elías porque el gobernador es primo del más sospechoso corrupto de PDVSA, el señor Ramírez, y su jefe inmediato gerente también de PDVSA en comisión de servicio en la gobernación.    

Pero si preciso que Ud. tiene razón cuando hace historia de las rebeliones populares acaecidas en el país contra sus opresores. Mosca pues porque la rebelión está a reventar y Ud., por si lo olvida, forma parte de este oprobioso régimen: ya basta de desprecios, burlas y falsas promesas.

Elías, el hambre, la falta de medicinas, la inseguridad personal (ya tememos por igual a malandros y policías) y la desesperanza, entre otros muchos males que se acumulan y “pisan” al pueblo, suman fuerzas a esa rebelión popular “que se levanta” y para la cual ustedes pretenden estar preparados para reprimir pero por cobardía maleta en mano esperan su desenlace.

“La patria no sigue llorando a sus hijos e hijas” (sic) asesinad@s el 27 de febrero de 1989 por un gobierno tan opresor como el presente; Elías la población está encolerizada contra sus actuales asesinos y eso les debe preocupar profundamente ya que sus compinches no tienen la voluntad política, ni la capacidad, ni el honor de ocuparse por un pueblo que les dotó de todo el poder político y económico en aras de su emancipación y Uds. lo traicionaron.

¡Sabino nos señaló el camino, me señaló el camino, nos señala el camino!

Hijo de pueblo.



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Pancho Alegría


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