Si algo no debemos desdeñar de la derecha apátrida es su ácida capacidad para activar los laboratorios de desinformación y guerra sucia cuando la ocasión le brinda espacios para ello, por minúsculos que estos parezcan. Con Llafrancis Colina, moderadora del programa Zurda Konducta, no fueron la excepción.
Colina, ampliamente conocida como "La negra", cometió el "pecado" de ejercer su derecho a la libre expresión. Denunció por la calle del medio (como a diario hacemos todas y todos), a quienes ultrajaron el acuerdo alcanzado con el Gobierno nacional para acordar precios en rubros y medicamentos, intentando con esa acción desestabilizadora sumar serio descontento en el pueblo que como bien dice Fernando Buen Abad "no solo resiste sino que resiste con dignidad".
¿Por qué quisieron cayapear a Llafrancis? Por decir la verdad. Por ponerle nombre y apellido a quienes satánicamente atentan contra nuestra sana alimentación y nuestra salud; por desnudar con el remoquete de "jamontoday" y "quesotoday" (hasta gracioso le quedó), a cuanta malandra y malandro burgués y explotador que pretende que tiremos la toalla estrangulándonos el estómago, los sueños y las esperanzas de disfrutar de una vida normal.
Antes lo han hecho con otros, hoy contra ella y mañana emprenderán contra quienes, de igual manera, salten al ruedo exigiendo respeto y poner las cosas en su lugar.
¿Acaso es mentira que nos pulverizaron el medio Petro del que dependemos, salarialmente hablando? ¿alguien se atreve a dudar por un instante –por un segundo, carajo-, que el "jamontoday" y el "quesotoday" son hermanos de sangre del "golpismotoday" oxigenado por la bombona imperial a la que apelaron las y los entreguistas plenamente identificados por el pueblo?
Llafrancis no mintió, pero como lo meneó al mejor "estilotoday" del asunto, les tocó la llaga e intentaron pasarle factura.
Les tengo una mala noticia a quienes se regodearon con el chalequeo a la citada dama: muertos sus 15 minutos de sadismo, ahora nos toca a nosotras y nosotros. Más que de un cuarto de hora, nuestra formación para el aguante es infinita. Échenle metra, que acá los esperamos con las molondronas bien puestas.