Nadie me lo ha contado, es una experiencia que he vivido hoy (16/02) con motivo de que un buen amigo ha sido hospitalizado en el Hospital Pérez de León de Petare, la cual tengo la obligación de hacerla pública para que, al más corto plazo, las autoridades de la Alcaldía de Sucre, a la cual está adscrito dicho centro hospitalario, tomen las medidas necesarias para que estas situaciones que seguidamente refiero, se corrijan.
Veamos lo que ocurre en el área de hospitalización:
1) Los pacientes que no lleven termómetro no se les puede tomar la temperatura, porque el hospital no dispone de tan importante instrumento médico. Mi amigo debió pedir el favor a un visitante que le comprara uno para dárselo al paciente que comparte con él la habitación donde ha sido hospitalizado, porque ese señor lo requería con suprema urgencia y no tenía el dinero para adquirirlo;
2) El hospital no tiene sábanas, lo cual determina que los pacientes que no las llevan, simplemente porque no las tienen dada su gran pobreza, reposan sobre el colchón desnudo;
3) El hospital no tiene cubiertos, de manera que cuando sirven la comida, aquellos pacientes que carecen de tan importantes utensilios deben comer con las manos;
4) El hospital no tiene agua potable, por lo que los pacientes deben adquirirla en la calle, de donde se hace patente que aquellos que no tengan dinero, pues simplemente deben pedirla como limosna a sus compañeros de habitación y,
5) La asepsia en las salas sanitarias del servicio deja mucho que desear, pues al parecer hay una ausencia total de planes permanentes de limpieza.
Es inadmisible que después de casi seis años de administración municipal revolucionaria todavía sigamos viendo en su red hospitalaria, este tipo de situaciones francamente intolerables y censurables que atentan, sin duda alguna, contra los derechos más elementales del ser humano, como son los de recibir una excelente asistencia médica en cualquiera de sus etapas.
No se trata solamente de remodelar estructuras, lo cual obviamente hay que hacerlo y en este caso se observa que están trabajando en esa institución, por cierto con mucha lentitud conforme a las quejas que pude recibir sino, también, que esos asuntos que hemos reseñado, por cierto de poca monta, no deben pasar desapercibidos porque son básicos y esenciales en toda sala hospitalaria. A esos problemas hay que buscarles inmediata solución, pues son de tal entidad que no aguantan retardos de ninguna naturaleza. De otra parte no comportan ningún tipo de complicaciones, sino de una decisión y de una voluntad de servir al prójimo con eficiencia, tal y como Dios manda y como lo ordena la Constitución Bolivariana.
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