En nombre de la libre empresa y de la libertad de mercado, las empresas procesadoras de alimentos, han decidido obtener sus ganancias sobre la vida del pueblo consumidor, en otras palabras no le importa matar de hambre, a hombres, mujeres y niños con tal de conseguir sus jugosas ganancias. Empresas Polar perteneciente al Grupo Mendoza, tiene un amplio prontuario en materia de especulación y evasión de controles, aunado a su posición de confrontación al proceso bolivariano que lidera nuestro presidente Hugo Chávez y ratificado por la mayoría de las ciudadanas y ciudadanos de la República Bolivariana de Venezuela, como quedo evidenciado el pasado 15F.
El boicot en la producción y procesamiento de alimentos de primera necesidad para la población, forma parte del proceso de desestabilización continua, que ha diseñado el Departamento de Estado Norteamericano, para tratar de acabar con la Revolucion Bolivariana, el Grupo Polar junto con CAVIDEA (cámara venezolana de procesadores de alimentos), vienen trabajando en esta dirección desde el año 2002, cuando participaron en el golpe de estado y continuaron con el paro petrolero y el Lock Down contra la economía del país. El grupo polar ha venido penetrando áreas muy sensibles de la economía como los alimentos de primera necesidad, por ejemplo: la harina de maíz para las arepas, la harina de trigo para el pan, arroz y aceite comestible y como broche de oro la cerveza. Esta posición coloca al grupo polar en capacidad de generar situaciones de conflicto, mediante el acaparamiento para crear escasez de alimentos de forma artificial, con lo cual también obtiene ganancias y le crea problemas de inflación al gobierno; esta es la receta de golpe de estado que se aplico en Chile contra el compañero presidente Salvador Allende y forma parte de la agenda conspirativa del pacto de Puerto Rico, con el asesoramiento de la democracia cristiana chile y concretada por el grupo rendom como operación de “guerra sicológica”, con globoterror y Federico Ravell a la cabeza contra el proceso bolivariano.
La Seguridad Alimentaría es un problema de Seguridad de Estado, en consecuencia el gobierno nacional esta obligado a tomar todas las medidas, tanto legales, como operativas para garantizar que los alimentos de primera necesidad lleguen a la mesa de todos los ciudadanos y ciudadanas, si hay que confiscar los productos se debe hacer, si hay que militarizar las empresas debe hacerlo. Ante la posibilidad cierta de matar a un pueblo de hambre, se tiene que hacerse sentir todo el peso del Estado, estamos hablando de un delito de lesa humanidad, la alimentación es un derecho humano que no tiene discusión ni atenuante, el que tiene hambre busca comida donde sea, desde el punto de vista de la conducta humana hay dos elementos que no distinguen al hombre del animal; la sexualidad y el hambre. El hambre puede ser la causal de motines y desordenes públicos de dimensiones incalculables, que es la pretensión de CAVIDEA y del Grupo Mendoza, el cuento de la libertad de empresa y la propiedad privada no esta por encima de la vida de todo un pueblo, ese vulgar chantaje, sumado a la matriz informativa generada por la canalla mediatica, es el patrón de guerra sicológica del grupo rendom.
Las medidas adoptadas por el ejecutivo nacional se quedan cortas, ante perversión y alevosía de cavidea y del grupo polar; no es suficiente la regulación y definir los topes de producción con el arroz y demás rubros de primera necesidad, hay que enseñarles quien manda desde la perspectiva del poder popular; ante la lentitud y complicidad en muchos casos del Ministerio Público, se debe activar la capacidad de defensa del pueblo organizado, no solo la contraloría social. Los Consejos Comunales, la Milicia Popular y todas las expresiones organizativas de la ciudadanía; estamos en pie de guerra contra los hambreadores del pueblo, decomiso y subasta pública ante cualquier hecho irregular con la comida. Si dejamos pasar una sola irregularidad seremos cómplices por acción u omisión, no es un globo de ensayo. Es la conspiración flagrante contra la revolucion Bolivariana.
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(*) Comunicador comunitario
