La Capitanía General de la Provincia de Caracas o Venezuela fue creada por Cédula Real expedida en San Idelfonso, el 8 de septiembre de 1777. En ella, el Rey de España resolvía: "La absoluta separación de las provincias de Cumana, Guayana, Maracaibo, e Islas de Margarita y Trinidad, del Virreinato y Capitanía General de la Nueva granada". En 1786, el partido capitular de Barinas y su distrito, fue erigido en provincia y entró a formar parte, como tal, de la Capitanía General de Venezuela. En 1797, España perdía la isla de trinidad, la cual pasaba bajo el dominio de Inglaterra. Para 1812, según los cálculos transmitidos al Barón Alejandro de Humboldt, por Don Andrés bello, Don Luis López Méndez y Don Andrés López Fajardo, se señalaba en Venezuela más de 62000 negros esclavos de los cuales contaba 40000 la provincia de Caracas, 22000 las otras. La población total de venezuela era de 785000 habitantes, incluidos los negros esclavos que, como hemos visto, constituyen el 8%; el resto se repartía de esta manera: Unos 400000 mulatos, zambos y mestizos, unos 120000 indios puros y solo unos 200000 blancos entre europeos, isleños y criollos.
Se importan negros esclavos a venezuela desde mediados del siglo XVI hasta mediados del siglo XVIII. En 1797 quedó prohibida la trata de negros, pero es probable que se continuara importando esclavos de contrabando y en pequeñas cantidades.
El 5 de julio de 1811, se declaró la independencia de "La confederación Americana de Venezuela en el continente meridional" como reza en esa fecha el acta del congreso, el cual fue convocado bajo el nombre de " Diputación de la Provincia de Venezuela" por la junta suprema conservadora de los derechos de Fernando VII, hábil disfraz tras el cual escondieron al gobierno central sus aspiraciones de independencia los ricos cabildantes promotores del 19 de abril de 1810, fecha en la que fue creada la mencionada junta suprema. Al poco tiempo se desata la guerra civil entre partidarios de la independencia y partidarios de la corona española. La Republica recién creada se perdió dos veces y dos veces fue reconquistada por los patriotas Libertadores. Esta guerra sangrienta y fratricida que asoló a Venezuela durante 10 años (1811-1821) tuvo sus prolongaciones en las expediciones Republicanas que fueron a Perú, Ecuador y Bolivia y fue epílogo a las sucesivas revoluciones que hasta la guerra de la Federación barrieron la antigua organización social de la colonia. Tal proceso histórico significó entre muchos otros acontecimientos fundamentales el término de la esclavitud en venezuela. Desde los albores mismos de la Republica, Bolívar proclamó dos veces la abolición de la esclavitud; en 1812, al pisar tierra firme en carúpano y en 1816 en Ocumare, esta última vez cumpliendo así con el ofrecimiento que le hiciera a Petión, su buen amigo de Haití.
MANIFESTACIONES CULTURALES Y RELIGIOSAS EN LA COLONIA.
El culto Vodú de Haití, la santería y el ñañiguismo cubano, la macumba y el candombe brasileño constituyen las más importantes manifestaciones culturales y religiosas aparecidas en las indias como consecuencia del trasplante de poblaciones y su confrontación con el cristianismo. La conquista y colonización de América, apoyadas por las misiones destruyeron creencias y mitologías aborígenes, cuanto mayor fuera la coherencia religiosa indígena que tuvieran que encarar los conquistadores y misioneros, mayor destrucción cumplieron estas en una hazaña de intolerancia característica de las elites pudientes del catolicismo.
En informe del Fray Antonio Alcega enviado al Rey de España en 1608 se señala:"…Le tengo hasta hoy quemados por mi persona 1114 santuarios, casas e ídolos, además de otros 400 que por mi comisión se quemaron…"
Entre las 63 normas llamadas "Ordenanzas de Mérida redactadas por el juez visitador Alonso Vásquez de Cisneros entre 1619 y 1620, encontramos en "Religión" el numero 25:
"…Deben sustituirse los nombres de los indios por nombres cristianos y destruirse sus santuarios…"
Ante la imposición violenta o aparentemente conciliadora del cristianismo los indios no opusieron, como los negros traídos de áfrica, un poder de resistencia anímica capaz de elaborar en la sombra y bajo apariencia de catolicismo, religiones propias. El vodú, la santería y la macumba se conformaron como sistemas religiosos coherentes fundamentados en los cultos del lugar de origen y sincretizada con el catolicismo. El ñañiguismo tiene otras características.
Si bien estas religiones no cumplen ya como en la era de la esclavitud un papel de resistencia africanista contra el blanco opresor, sus proposiciones responden a una conciencia mágica, atávica (ancestral), muy viva aun en el pueblo latinoamericano.
SONES DE NEGRO
El aporte africano a nuestra música constituye un elemento bien definido como para distinguirlos de otros. Este abarca tres aspectos fundamentales: El ritmo, las danzas, y los instrumentos.
El ritmo
En los sones de negro"…sobre un fondo polirrítmico de tambores se eleva la voz del solista al que contesta un coro…" Algunos cantos negros son pentatónicos, otros responden a modos antiguos y hay algunos que parecen más bien gritos y ladridos como canto imitativo y primitivo. Las combinaciones rítmicas de estos elementos se ajustan a un sentido total en cierto modo superior a la medida, sin que ello anule su independencia
La danza
Existen numerables bailes de tambores, una variedad grande, recogen figuras y movimientos en los que predomina por lo general una inspiración africana, pero en los que se encuentran también formas coreográficas de origen hispano o bien de carácter mestizo con alguna aportación indígena. Por ejemplo en los sones de negro se suele zapatear lo cual sugiere una procedencia española y los movimientos de la pelvis o las figuras imitativas de labores de cacería muy bien pudieran provenir de áfrica.
Los instrumentos
Los tambores que se tocan en los sones de negro son iguales a los originales de áfrica allí están; los culo e puyas, el puyas, el cruza, el cumaco etc.
Tamunangue: Danza de arte popular
En 1609 luego de aquella destrucción cultural y africana el Fray Antonio Alcega para lograr un mayor control y someter al indio o al negro a los servicios del blanco logra la creación de la cofradía de San Antonio de Padua, la cual tiene su sede en el convento de San Francisco del tocuyo, dirigida para entonces por un mayordomo español. Fue una hermandad para negros y morenos esclavos que se relacionaban y generaban acercamientos que dan origen a encuentros festivos en las afueras de las haciendas surgiendo una danza que los blancos llamaron sones de negros.
Durante el gobierno del Obispo Fray Antonio de Alcega se mostró un gran interés por acabar con la idolatría de los indios que estaba arraigada en su conciencia, además de las creencias animistas de los negros e incluso de algunos españoles. Es natural que así fuese, puesto que de España venia la norma de evangelizar al indio para lograr de esta forma el doble propósito de su sometimiento al trabajo y de la caquetizacion del alma.
El Tamunangue en honor a San Antonio de Padua, cuyo nombre verdadero fue Fernando de Bulloes (bouillon) y Traveira de Azevedo (Portugal 1195-1231), ha desempeñado históricamente una importante función en la conformación cultural de nuestro pueblo, concretamente en la fijación de valores y normas de comportamientos que forman parte de una ideología y que tienes sus expresiones concretas en estereotipos de veneración, misticismo, contemplación, enajenación y arrebato, no obstante, existen en esta danza de arte popular elementos libertarios, de animosidad religiosa y de rebeldía indo-africana (introducidos fundamentalmente por el cimarronismo) que canalizados adecuadamente contribuyen a definir y fortalecer una política cultural hacia las masas en función de elevar su nivel de conciencia en relacion al rol protagónico y participativo en las luchas actuales por el Socialismo y la vida.
Por una opción espiritual ecuménica que valore la diversidad
Referencias bibliográficas.
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- Liscano Juan. Barlovento Colección Urquia Nro. 2. fondo editorial ALEM. Los teques Estado Miranda. 1997
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