La música es quizás una de las artes que más rápido llega al alma, es el antídoto de la tristeza, es el manantial de la melancolía y a la vez la fuerza de la propia vida.
Ser músico ya sea instrumentista, cantante que no es más que aquellos que usan su voz como un instrumento, es difícil ya que se abren dos luchas las de ser y la de poseer espacio donde poder desarrollar lo que en el fondo uno es y desea perfeccionar, la vida de los hombres y mujeres que han elegido esa profesión como modo de vida es sumamente difícil, sobre todo en países como el nuestro que aún se debaten entre la cultura y la barbarie en medio de una crisis profunda de valores e identidad.
Ser venezolano bajo estas premisas es duro, ya que el cambio de paradigma ha llegado que el venezolano es el lobo del propio venezolano, y no se reconozca entre sus iguales, la identidad nacional no está entre puntos ni rayas, menos en carnet o cedulas la identidad, la nacionalidad está alojada entre el pecho y el alma, y en Venezuela algunos la han extraviado mientas otros la cultivan y la llevan más allá de su cuerpo entregándola y obsequiándola a su público con su voz y su espíritu indomable como buenos venezolanos que fueron paridos en las polvorientas columnas del campo nacional.
En más de mí medio siglo de vida he escuchado y deleitado con muchos tipos de música y de espectáculos he conocido desde tenores hasta cantores de mi tierra. Hay un género que como buen llanero me gusta mucho sobre todo en los espectáculos típicos y son los golpes interpretados por conjuntos y cantores. En nuestra nación hay mucho talento que se ha desbordado a otras naciones, aunque el llano es uno solo dividido por dos países, el nuestro es una matriz de talento, algunos con muchas experiencias, otros jóvenes que la están construyendo. He visto a una nueva generación surgiendo y merecen disfrutarlos como he disfrutado a Noris Valencia una joven cantante con fuerzas, aplomo seguridad en la escenario querida por un público que disfruta su espectáculo y respetada por sus ganas de triunfar, cuantos venezolanos hay que aman a su nación y luchan desde su propia tierra como Noris Valencia como yo o como tú, una cosa es decirse venezolano y la otra es serlo.