Con o sin rodeos, misión para los privados de libertad

Los lamentables acontecimientos acaecidos en el actual centro penitenciario el Rodeo, deberían ser en lo adelante el inicio de una nueva visión carcelaria. Si no es mucho pedir y soñar, que sea un modelo de cárcel con la arquitectura propia de la magnánima Revolución Bolivariana, en la cual la visita de familiares, amigos etcétera, en vez de ser traumática, que sea de esparcimiento y regocijo. Un modelo de centro penitenciario no para castigar, que sea para disciplinar una conducta que se desvía y a su vez corregir un error que nos afecta a todos por igual. Un modelo de cárcel en donde la mano de obra fructífera de la población penal esté direccionada hacía la reinserción en la sociedad de donde no debió salir jamás, ya que el tiempo desperdiciado de una masa humana dentro de un presidio es un recurso que vale oro en polvo.

Un modelo de cárcel que minimice el ocio castrador del espíritu armónico, que debe prevalecer en un ser humano privado del tesoro más valioso, como lo es su libertad, que aún perdiéndola por infringir la ley no le multiplique el dolor a su familia, que con suprema quietud y angustia ve a su ser querido purgando una condena en condiciones infrahumanas.

Un modelo de cárcel tocada por una de esas misiones institucionales y revolucionarias, que muy bien pudiésemos llamar: Misión para los privados de libertad.

Sí señor, una misión revolucionaria que sea única en su estilo y exclusivamente para los privados de libertad, como les suelen decir a nuestros hermanos convictos de las cárceles venezolanas de hoy; esa misión debe ser coherente con este nuevo calificativo.

La falta de libertad nos traslada a un mundo paralelo que velozmente nos envejece y nos seca el alma. Alguien dijo en connotación negativa: La vejez es la peor de las desgracias. Yo digo lo siguiente: Si yo llegase a caer bajo la sentencia de culpable por violar algún precepto, y mi recinto de reclusión por el tiempo que sea necesario, no me concede las mínimas condiciones que me permita ser productivo en mi condición de reo, para bienestar propio y el de mi familia, y con la misma ser útil a la sociedad, sin duda alguna de no ser así, entonces yo sería un viejo de mil años de vida inútil en un universo paralelo, y para colmo sumergido en la soledad y en la peor de las desgracias.


julio.cesar.carrillo@hotmail.com


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Julio César Carrillo


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