Cartagena: grave error en la tierra del terror

Una América reunida en la Cumbre de Cartagena bajo el mando supremo del Imperio que prohibió la presencia de Cuba, en un país, como Colombia, martirizado por las masacres, el presidio masivo, las torturas y otras formas de terror, sería una América insensible que avergonzaría a Simón Bolívar.                                       

El lacayo y la emperatriz, exponentes de la falsa pompa capitalista, se reúnen en un escenario cínicamente sencillo.

Ver en calma un crimen, es cometerlo –José Martí

1-. LA TIERRA DEL TERROR

Este lunes, antes del amanecer, un bombardeo aéreo mató a 36 combatientes revolucionarios en el municipio de Villa Hermosa, Departamento del Meta. La semana pasada otro bombardeo mató a 36 combatientes en el Departamento de Arauca, cerca de la frontera con Venezuela.

Esos ataques aéreos tan precisos y mortíferos a los campamentos rebeldes están dirigidos por los satélites del Imperio. El régimen terrorista de Bogotá dice que esos ataques, y otros en los últimos años, son realizados por sus aviones de guerra, pero fuentes confiables afirman que son perpetrados por la aviación del Imperio. Si esto fuese cierto, Colombia se ha convertido ya en otra Libia.

A pesar de esta orgía de sangre ordenada por el diabólico Santos con la complicidad directa del Imperio, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia liberaron a diez de sus prisioneros menos de 24 horas después de la más reciente masacre. El régimen terrorista no ha liberado a uno solo de sus miles de prisioneros de conciencia.

El régimen le ha prohibido la entrada en las cárceles a la senadora Piedad Córdoba y a los grupos internacionales de derechos humanos, por lo que se deduce que la situación en las mismas debe ser infrahumana.

Además de las masacres perpetradas por el régimen que se han puesto en evidencia por las tumbas colectivas secretas que se han ido conociendo en los últimos años, se sabe que en las cárceles se practica la tortura y que numerosos prisioneros han muerto a causa de las mismas.

En una medida dictatorial muy parecida a la del Acta Patriótica del Imperio, el régimen de Santos considera terroristas, que no merecen ser amparados por la Convención de Ginebra, a  miles de prisioneros de guerra y presos políticos. Sólo hay dos países que hacen esto, Estados Unidos y Colombia. Sólo dos.

Se cree que de una población penal de 102,300 personas, alrededor de 22,000 están en presidio por numerosos motivos relacionados, directa o indirectamente, con la lucha revolucionaria. El régimen terrorista de Bogotá los considera presos comunes.

En una brillante entrevista que el camarada Aníbal Garzón Baeza le hiciera al abogado colombiano Eduardo Carreño, miembro del Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo”, con más de 35 años de experiencia en las duras vivencias del conflicto colombiano --que está apareciendo en Kaosenlared desde ayer--, el doctor Carreño manifestó:

--Desde el surgimiento de los movimientos guerrilleros en la época de los años 60 hasta la fecha, las organizaciones de Derechos Humanos hemos ido recogiendo la información del número de víctimas existentes y podemos afirmar que del año 65 hasta el 2011 unas 250,000 personas han sido ejecutadas extrajudicialmente, permaneciendo el 99% de los casos en la impunidad.

Ése es el país en que los gobernantes de América se van a reunir del 14 al 16 de abril para hablar de paz y cooperación interamericana. 

2-. EL DIABLO DE LA SANGRIENTA MIRADA

Santos le dijo al presidente Raúl Castro que no pudo invitar a Cuba a la cumbre porque “no hubo consenso” entre los gobernantes del Continente. Eso es, por supuesto, mentira. Todas las naciones de América, con excepción de EU, tienen relaciones con Cuba, aun la Colombia del régimen narco-paramilitar, y el Chile y Panamá de Piñera y Martinelli. Ya por el solo hecho de mantener relaciones diplomáticas, ninguno de esos gobiernos se hubiera negado a la presencia de Cuba en Cartagena.

Se le niega la entrada a Cuba sólo porque así lo ordena la Casa Blanca y el úkase imperial le fue transmitido al Presidente de Cuba por Santos en la visita que hiciera a La Habana hace casi un mes.

Grave error del Gobierno Revolucionario de Cuba: esa sangre no debió haber pisado jamás nuestra tierra, en la que un pueblo heroico se ha enfrentado con inmenso valor y sacrificio, por más de medio siglo, al Imperio del que ese sangriento malandrín es su criado más servil.

¿Cómo puede el gobierno cubano enfrentarse al capitalismo y el Imperio y abrazar, a un mismo tiempo, a quien ha asesinado a miles de heroicos combatientes por enfrentarse al imperialismo y el capital? ¿Tenemos que aceptar esa absurda contradicción sin expresar una protesta?

Es como si Fidel le hubiera dado un abrazo a Batista o Daniel a Somoza o Lenin a Kolchak o Robespierre a Luis XVI o Julio César a Casio o Mao a Chiang.  

He dicho muchas veces que soy absolutamente independiente y que si defiendo principios iguales a los del gobierno de mi patria, es por mi militancia antiimperialista, anticapitalista, antibelicista y ecologista. Nada más.

Defender o justificar un hecho del que estamos convencidos que es un error, o callarse ante el mismo, no es militancia, sino fanatismo.

Si he apoyado muchas Reflexiones de Fidel, a través de mis artículos y comentarios en Kaosenlared, el sitioweb de la UNEAC --Unión de Escritores y Artistas de Cuba--, Aporrea y Cubadebate es porque sus argumentos son tan justos y lógicos que me resulta en extremo difícil no defenderlos, como el que hizo en su más reciente artículo cuando, refiriéndose al gobierno de Estados Unidos, dijo:

--Hoy ese Estado le impone al mundo la más brutal y peligrosa tiranía que ha conocido nuestra frágil especie.

¿Cómo puede una persona que tenga un mínimo de razonamiento, en cualquier parte del mundo en que viva, no apoyar esa verdad tan innegable?

A pesar de la repulsiva visita y el abrazo innecesario, Raúl está realizando una buena obra de gobierno, con los inteligentes cambios que mejoran la economía del país, o sea el pueblo, y fortalecen la Revolución y el socialismo.

El úkase imperial que le prohíbe a Cuba asistir a Cartagena debió ser entregado por la Canciller de Colombia, María Ángela Holguín, al Canciller de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, en una reunión privada en territorio neutral, la Ciudad de México por ejemplo, y ahí hubiera terminado todo. No había que manchar la tierra cubana con las huellas sangrientas de un asesino.      

3-. EL DESENCUENTRO DEL ENCUENTRO

El Imperio ha agredido a casi todos los países de América desde fines del Siglo XVIII (invasión a Puerto Plata, en 1794, cuando Santo Domingo era aún colonia española) y hoy amenaza a Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador y otros países. En la primera oportunidad que se le presente, agredirá a uno o varios de ellos, sobre todo a Venezuela, como ha hecho en Iraq, Afganistán, Pakistán y Libia, y como pudiera hacer en Irán, Siria, Yemen y Argelia. 

Si no se celebra la reunión de Cartagena, o si se hace con diez o doce países ausentes, los gobernantes de América le estarían enviando un fuerte mensaje al Imperio en estos términos: “no vamos a reunirnos con el gobierno más agresor de la historia, y sepan Obama y su probable sucesor que si atacan a uno de nosotros, como ha hecho el Imperio tantas veces en el pasado, sería una declaración de guerra contra todos nosotros”. El Imperio no tiene soldados para enfrentarse a todo el Continente.  

A quien más le conviene esa actitud es a Venezuela porque si hay un país al que el Imperio le convendría atacar es a uno de los más grandes productores y exportadores de petróleo del mundo que, además, tiene muchas otras riquezas.

Ese fenómeno se pudiera producir si el presidente Chávez gana o pierde las elecciones de octubre. Si las gana, la oposición diría que fue fraude, protestaría en masa y el Imperio se aprovecharía de esa situación. Si las pierde, millones de venezolanos que, por primera vez, han tenido un gobierno favorable, no se van a conformar y pudiera haber una rebelión popular para que Chávez se mantenga en el poder. Ésa sí sería una Revolución, que el Imperio trataría de destruir por todos los medios, pero no podría hacerlo si tuviese, para ello, que atacar al Continente.

De ahí que sea necesario que América le envíe un claro mensaje a Barack Obama, quien traicionó al pueblo de Estados Unidos convirtiendo a su gobierno en uno de los más terroristas de la historia.

Si los gobernantes asisten a Cartagena estarían solidarizándose con la agresión a Cuba y  la política criminal y terrorista del gobierno colombiano. El Imperio no va a interpretar esa “cumbre” como un acto de solidaridad americana, sino como una señal de debilidad colectiva, así como deduciría que el fracaso de la misma, o sea la no-asistencia general, significaría una América de pie, vibrante, heroica, decidida a guerrear contra la guerra, o sea el Imperio. La historia prueba que han sido las actitudes pacifistas las que han aumentado la ambición de los imperios y aprontado las guerras. Los imperios respetan el coraje.

Si Venezuela quiere enviar un mensaje inconfundible al Imperio ultra-agresor, éste es el momento de hacerlo, convenciendo a los gobernantes de los países del ALBA y la CELAC para que no asistan a la reunión. Que se quede Santos con sus muertos y sus torturados y sus miles de presos, acompañado sólo de su amo.

Cuba, que ha liberado a todos los pocos presos de conciencia que le quedaban en los últimos meses, es excluida de una magna reunión en el país que tiene más presos de conciencia que el resto del mundo junto. ¿No se dan cuenta los gobernantes de América que eso es, además de una infamia, una ridiculez?

Si fracasa Cartagena –triunfando América--, Estados Unidos no va a dejarle de comprar petróleo a Venezuela ni maquinarias a Brasil ni alimentos a Argentina ni cobre a Chile ni café a Colombia ni bauxita a Jamaica ni harina de pescado a Perú ni manufacturas a México ni cinc a Bolivia ni químicos a Ecuador… ni ninguno de los productos que necesita de los otros países del Continente.

Estados Unidos le compra a Ecuador más del 35% de sus exportaciones. La ausencia en esa reunión de Correa –el único gobernante que ha tenido la decencia de anunciar a tiempo que no va a ir--, no afectaría en nada ese comercio porque no le convendría a Estados Unidos, cuyo gobierno ha funcionado siempre por intereses, no por principios. Aquí la conciencia es el dinero.  

4-. LAS VÍCTIMAS

Hay un motivo más importante que la insolencia criminal del Imperio y la ausencia de Cuba para que se suspenda ese evento, y es que celebrarlo en la Colombia de hoy es una terrible ofensa a la memoria de los miles y miles de civiles inocentes, entre ellos muchos niños, que han sido asesinados por Santos desde que llegó a la Casa de Nariño y desde antes, cuando era el esbirro mayor de Uribe.

Es una burla a las decenas de miles de presos políticos que han llenado y llenan las cárceles de todo el país, algunos de ellos torturados hasta la muerte. Hay más presos políticos en Colombia, digámoslo otra vez, que en todos los países del mundo juntos.

Santos y Uribe han perpetrado crímenes horrendos contra el pueblo colombiano. Fueron los organizadores reales de los grupos narco-paramilitares que han aterrorizado a la población campesina y obrera por muchos años, asesinando a miles de personas, entre ellas a cientos de niños. Fue, precisamente, Santos quien, como Ministro de Defensa del régimen terrorista de Álvaro Uribe, tuvo bajo su directa responsabilidad perpetrar miles de asesinatos en su mayoría de dirigentes obreros, activistas campesinos, luchadores sociales y dirigentes estudiantiles, que lo único que buscaban era el mejoramiento social de las clases y los grupos que representaban.

Santos ha justificado todas las masacres que ha perpetrado el Imperio desde el 2,001: 11 de Septiembre, Afganistán, Iraq, Pakistán y Libia, y hoy apoya, más que ningún otro gobernante del mundo, a los regímenes terroristas de Barack Obama y Benjamín Netanyahu en sus campañas contra los pueblos de Irán, Yemén y Siria. ¿No les preocupa a los gobernantes de América convertirse en cómplices de tanto crimen, de tanta sangre, de tanto luto, de tanta lágrima? ¿No merece ese pueblo tan sufrido de Colombia un poco de respeto y comprensión?

5-. LA ANTIDEMOCRACIA

Lo voy a decir una vez más, aunque ya luzca un poco aburrido –la verdad sólo aburre a quienes profesan la mentira--: el gobierno de Estados Unidos, que le prohíbe a Cuba asistir a la cita cartaginesa “porque no es un país democrático”, es, por su parte, el más antidemocrático del mundo porque dirige un país en que nueve de cada diez obreros carecen de derechos laborales, o sea no pertenecen a sindicatos; en que hay un desprecio generalizado hacia la cultura; en que los jóvenes se gradúan de segunda enseñanza –y muchos, de carreras universitarias-- sin saber en qué continente está Francia ni quién fue Pasteur.

En que hay dos millones de seres humanos sin techo, muriéndose de frío en el largo invierno de las ciudades y los campos del norte del país; en que la inmensa mayoría de los presos comunes que se hallan en presidio no hubieran sido condenados de haber tenido una defensa legal apropiada; en que cincuenta millones de personas no tienen seguro médico y los que lo tienen --sobre todo los viejos, que tenemos Medicare--, corren el riesgo constante de enfermarse y ser asesinados por estos médicos-comerciantes que forman más del 90% de todos los del país y lo único que les interesa es hacer fortuna, no salvar vidas, y por dinero son capaces de asesinar hasta a su propia madre.

En que se consumen más drogas que en todos los demás países juntos del planeta, por las características tan singulares que tiene el sistema de capitalismo salvaje en que millones de ciudadanos tratan de escapar, aunque en forma dañina, del salvajismo; en que sólo los que tienen mucho dinero pueden aspirar a algún cargo electivo a nivel local, estatal o federal, y suelen ganar siempre los más acaudalados –como acabamos de ver con el triunfo de Mitt Romney, quien tiene una fortuna personal superior de unos 200 millones de dólares, en las primarias republicanas--; en que menos de la mitad del electorado acude a las urnas porque, obviamente, a más de la mitad le interesa un comino el ‘multipartidismo’ y la ‘democracia representativa’, como en unas elecciones recientes que hubo en Hialeah, ciudad vecina de Miami, cuya población es en un 90% de emigrados cubanos, en su inmensa mayoría ciudadanos de este país, o sea con derecho al voto, en que sólo el 29% de los electores acudió a las urnas.

En que su gobierno dedica una gran parte de su presupuesto a destruir ciudades y sitios históricos de cultura milenaria y asesinar cientos de miles de civiles inocentes en varios países del mundo, mientras le niega asistencia económica a hospitales, universidades, instituciones culturales y artísticas, asilos de ancianos, centros infantiles, y mucho más. Por supuesto que las guerras le producen hartas ganancias a la industria bélica, columna dorsal del Complejo Militar Industrial-Terrorista … lo otro no. ¡¿Es a esta letrina social a lo que se llama democracia?!

6-. EL DERECHO A LA LIBERTAD

El pueblo colombiano tiene derecho a rebelarse contra esa pandilla de malhechores, sometida al Imperio, que tantos crímenes ha perpetrado para mantener por tanto tiempo su nefasto poder. Insisto en que la burguesía colombiana ha sido la más insensible de este Continente desde la época del traidor Francisco de Paula y Santander, hace dos siglos.

Si los gobernantes de América asisten a Cartagena, estarían aceptando el mando supremo del Imperio, se harían cómplices de los crímenes de Uribe y Santos y aceptarían que Cuba no ha asistido sólo porque así lo ha ordenado el Imperio.

Esa América ya no sería América sino el traspatio sombrío del país que se ha robado el nombre de América 

carlos.rivero@att.net



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Carlos Rivero Collado


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