Estos días de abril son sencillamente para la reflexión; los acontecimientos ocurridos en 2.002 dieron muestra de una de las caras más oscuras de la oposición venezolana, se dio bajo la combinación más peligrosa de la derecha económica, política y militar que terminó por acabar con la democracia venezolana mediante un golpe de estado que evidenció las terribles intenciones de los mismos que hoy aspiran a gobernar Venezuela, con el acompañamiento cómplice y servil de los medios de comunicación privados.
Lo cierto es que sólo la astucia del Presidente Chávez, acompañado de la conciencia popular y el apego constitucional de un sector de la Fuerza Armada, permiten hoy en día tildar estos sucesos a modo de historia como un hecho que no puede ser olvidado, y que debe ser entendido como una de las acciones más peligrosas que fueron tramadas desde el exterior y particularmente por la CIA para atentar contra un proceso revolucionario que ya venía en marcha.
Esta situación generó posteriormente consecuencias políticas bien interesantes sobre las cuales podemos destacar: la pérdida de la calle por parte de la oligarquía criolla; pues valdría la pena recordar como aquellas damas encopetadas acompañaban las marchas de la oposición, diez años después las calles son de nuevo revolucionarias y la capacidad de movilización de quienes adversan el proyecto político Bolivariano ha desaparecido; por otra parte la demostración de que el acompañamiento popular al proyecto nacional liderado por Chávez es mayoría, y finalmente la profundización de la revolución Bolivariana como un proceso que transita hacia la construcción de un nuevo socialismo; un socialismo propio. Creo en definitiva que los sucesos de Abril de 2002 dieron el empujón definitivo para trazar el destino originario de la libertad y la independencia.
Hoy diez años más tarde nada más y nada menos que uno de los principales protagonistas del golpe de estado nefasto aspira a ser Presidente de la República, porque pretende defender una constitución que el mismo desechó, y con descaro critica la violencia que tanto pregonó aquellos fatídicos días. Lo acompañan nada más y nada menos que las mismas caras; así que no es difícil imaginar que ocurriría en el país si llegaran a gobernar de nuevo.
Lo cierto es que aunque dicen que cada 11 tiene su 13, no menos cierto es que de las lecciones aprendidas estamos preparados para evitar un próximo 11, y la principal prueba de ello, es que sencillamente las calles son nuestras y la revolución avanza, aunque muchas veces sumergida en sus propias contradicciones a un paso acelerado, con firmeza y consientes de que el horizonte es la patria buena, la patria bonita, la patria grande en fin la patria socialista; por tanto esta frase no es un saludo a la bandera; sino una consigna de lucha para el resto de nuestras vidas.
Independencia y patria socialista. Viviremos y Venceremos
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