México: La revolución no ha terminado

Los trágicos hechos relacionados con los asesinatos y desapariciones de estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, municipio Iguala del Estado de Guerrero, México recupera para el análisis del México de comienzos del siglo XX el magnífico libro del profesor universitario y militantes troskista argentino-mexicano Adolfo Gilly, quien, en su libro "La Revolución Interrumpida", (Mexico,1971) demostraba ya en los años 70’s del siglo pasado, que el proceso de confrontación social y política que en esos años sacudía a México no era sino una derivación de la gran explosión social que supuso la legendaria Revolución Mexicana, considerada la primera revolución social del siglo XX, por los actores involucrados y las transformaciones políticas sociales, económicas y culturales que inicialmente fueron impulsadas en México y que esa Revolución, aún con sus desviaciones y retrocesos, seguía presente en el ideario y la acción política del pueblo mexicano.

Apelando al título del libro de Gilly , los conflictos que se debaten en el México de hoy son una latente y explosiva expresión de una Revolución Interrumpida y traicionada, cuyas profundas raíces tienen que ser ubicadas en el mismo sistemas colonial impuesto por el bárbaro Reino de España y que fue, en lo esencial, continuado después de la independencia por las poderosas familias de empresarios mineros y latifundistas "gachupines" mexicanos, descendientes de conquistadores y colonizadores, que dirigieron y financiaron la guerra de independencia contra sus enemigos de la genocida Corona Española, con el fin de asumir la totalidad del control político y económico del inmenso territorio mexicano, desbordante de riquezas minerales y tierras de labranza, pero que mantuvieron casi las mismas condiciones de explotación de la mano de obra de los pueblos originarios, mestizos y esclavizados africanos existentes en los 30º años de dominación colonial española.

La historia del México poscolonial es una sucesión interminables de tragedias nacionales y de intervencionismos extranjeros - por lo demás muy parecidas a las demás nacientes repúblicas "hispanoamericanas" - ; primero con la imposición como gobernante de Maximiliano de Hamburgo como Emperador por un sector de las elites mexicanas, una sucesión de revueltas, asonadas y rebeliones promovidas por caudillos militares y latifundistas sedientos de poder, dictaduras interminables como las de Santanna y Porfirio Díaz, las agresiones de su vecino: los Estados Unidos de América, que invadió dos (2) veces su territorio, robándose el inmenso espacio constituido por los Estados de California, Texas, Arizona y Nuevo México hasta alcanzar, en el año de 1.994, la incorporación de México al neocolonial Tratado de Libre Comercio de América del Norte, (NAFTA, por sus siglas en inglés) y, la "Guerra Cristera" en los años 20’s del siglo pasado, promovida desde el Vaticano con el fin de recuperar las tierras y fortunas robadas al Estado y el pueblo mexicano

La Revolución Mexicana fue un proceso histórico impulsado por sectores nacionalistas y democráticos de la naciente burguesía industrial, la intelectualidad progresista, los campesinos sin tierras, núcleos avanzados del incipiente proletariado industrial mexicano y nacientes partidos y movimientos revolucionarios inspirados en la Primera Revolución Rusa, dirigidos a enterrar el viejo orden colonial-feudal imperante en México, desalojando del poder y el control de la riqueza agraria, minera y comercial, a los grupos capitalistas nacionales y extranjeros y construir un México con Soberanía, Justicia y Dignidad , que bajo las ideas de José Vasconcelos, la acción política del dirigente obrero Flores Magón y la Casa del Obrero Mundial y el liderazgo social y militar de los Generales Emiliano Zapata y Pancho Villa, dieron batalla a los viejos y nuevos caudillos de la oligarquía mexicana y a los que traicionaron la Revolución Mexicana

Pero esa Revolución interrumpida y traicionada fue defendida con dignidad y valor en 1.938, por el general progresista Lázaro Cárdenas - quien nacionalizó el petróleo y expulsó a las empresas extranjeras – y cuyo ejemplo fue sostenido en las huelgas de los mineros Cananea, las guerrillas campesinas de Genaro Vásquez y Lucio Cabaña, en Guerrero y Oaxaca, la rebelión Estudiantil de 1968 – ahogada en sangre el por el ejército del presidente Díaz Ordaz -, la insurgencia urbana de la Liga 23 de Septiembre, el movimiento estudiantil del 86-87 de la UNAM, la articulación de las luchas de ferrocarrileros, mineros, electricistas, telefónicos maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, CNTE, y más recientemente, por la rebelión indígeno-campesina del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, EZLN, que en 1.994 se levantó en armas contra el Estado por la aplicación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, NAFTA; movimientos y procesos de luchas políticas y sociales, pacíficas, violentes y armadas que han mantenido la histórica resistencia de amplios sectores y generaciones del pueblo mexicano contra el Estado Corporativo y Patronal construido por los hijos bastardos de la Revolución Mexicana y sus nuevos aliados del Gran Capital Monopolista, aliado del imperio estadounidense.

La represión policial mafiosa contra los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, municipio Iguala del Estado de Guerrero, República Mexicana, es un crimen político que se explica por el creciente compromiso de lucha de la juventud normalista mexicana opuesta a reformas educativas restrictivas de los derechos de los pueblos originarios y de sus maestros y contra la corruupción de los gobernantes locales aliados de las mafias de narcotraficantes y, debe ser entendida como parte inseparable de la confrontación histórica entre los dos México de siempre: el de las clases Propietarias y sus aliados dominantes extranjeros y, el México de los trabajadores y trabajadoras, el de los pueblos originarios y el de la juventud y los estudiantes rebeldes que siguen resistiendo la opresión, la explotación y la represión del Estado Mexicano, defendiendo la identidad, la dignidad y La Soberanía del pueblo mexicano, reivindicando la figura martir de Cuatemoc y levantando las banderas libertarias de Morelos, Flores Magón, Emiliano Zapata y Pacho Villa.

 



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Yoel Pérez Marcano


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