Pese a todas las acciones de saboteo, intimidación y desinformación desplegadas durante los últimos meses por el gobierno de Estados Unidos, sus aliados colonialistas de la Unión Europea, los colonizados del grupo latinoamericano-caribeño del "Cartel de los 12" y sus socios subalternos de las viejas elites económicas y políticas venezolanas, el Domingo 20 de Mayo de 2018 se realizó una jornada pacífica, cívica y democrática donde casi el 50% del electorado registrado en el padrón electoral venezolano acudió a las urnas electorales y expresó de manera libre y consciente su voluntad electoral, dándole una mayoría indiscutible del 68% de la votación al candidato del Frente Amplio de la Patria y Presidente reelecto, Nicolás Maduro Moros y, colocando a los dos principales candidato de la derecha electoral, el exgobernador Henry Falcón y el empresario de pastor evangélico Javier Bertucci, en lejanas cifras de apoyo popular.
Si, como corresponde, una victoria democrática se mide por la fuerza y los recursos humanos, financieros, publicitarios y mediáticos desplegados por los actores en la batalla y los resultados cuantitativos y cualitativos alcanzados en ellas, es evidente que la estrategia subversiva desplegada por la alianza imperio-colonialista-burguesa mundial y venezolana contra la Revolución Bolivariana sufrió un nueva derrota política al, no solo no poder impedir la realización de las elecciones del pasado Domingo 20, sino también, relegitimarse la Revolución Bolivariana al comprobarse que participaron en este pacífico, auditado y muy observado proceso eleccionario cerca de nueve (9.000.000) millones de venezolanos y venezolanas dentro del territorio nacional y en diversas partes del mundo, lo que supone una participación superior al 56 % de la media de votantes que han votado en los últimos cinco (5) procesos electorales y referendos realizados en Venezuela relacionados con la Presidencia de la República desde diciembre 06 de 1.998; fecha de la primera victoria del Comandante Supremo Hugo Chávez Frías hasta estas elecciones, no siendo obligatorio el voto, como en otros países de la región.
Esta incuestionable derrota de la campaña de desestabilización económica y subversión de la República Bolivariana de Venezuela, promovida por el gobierno del supremacista gobierno de Donald Trump y ejecutada por su Encargado de Negocios en Caracas, Tod Robinson, es particularmente más clara para el sector más radicalizado de la derecha antidemocrática venezolana que por sexta vez ( Elecciones de Constituyentes de 1.999, Referendo aprobatorio de la Constitución de 1.999, Elecciones Legislativas de 2.005, Elección de Constituyentes de Agosto 2.017 y, Elecciones de Alcaldes de Diciembre 2.017), utilizó la abstención electoral como táctica política para deslegitimar los Poderes del Estado, con el fin de favorecer sus planes subversivos dirigidos al derrocamiento – por cualquier vía y con cualquier medio – de la Revolución Bolivariana.
Pero también, los resultados electorales de éste domingo 20 de Mayo representan una dura derrota para el sector oportunista de derecha representada por el exgobernador del Estado Lara, Henry Falcón que, con su oferta de "Dolarización" de la economía nacional y, sin deslindarse efectivamente de la acción subversiva de la derecha pentagonista y tarifada dirigida por Julio Borges, Leopoldo López Mendoza, Antonio Ledezma y María Corina Machado-Zuluaga, intentó inútilmente darle un "golpe bajo" a sus aliados estratégicos, participando en las elecciones con el fin de alcanzar un elevado resultado electoral – incluso, con una ilusoria victoria - que le daría la "legitimidad" de la representación de la derecha contra-revolucionaria en el escenario político nacional de cara al proceso de la negociación política propiciada por el Presidente Nicolás Maduro Moros; propósito que fue claramente derrotado por sus escuálidos resultados electorales.
El pueblo soberano chavista y no chavista, con sus votos y sus abstenciones, ha hablado y debe ser escuchado: es impostergable dar soluciones a los problemas de la reactivación económica, freno a la especulación y la inflación recuperación del empleo, protección de salario, las pensiones, mejoramiento delos servicios públicos, luchas contra la corrupción pública y privada y derrota de la delincuencia social y política.
