La verdad de Kalinina

En esta ocasión no hablaremos de "osamentas", "restos humanos", "esqueletos" ni "huesos", eso lo dejamos para la crónica roja. Lamentablemente son palabras que atraen la curiosidad de la gente y también de cierto periodismo.

Hoy desgranaremos la verdad de Kalinina Ortega y los hechos que rodean su desaparición. La exitosa periodista, retirada pero muy activa a sus 76 años, se esfumó un día de 2016. Dicen que salió de su casa ubicada en San Bernardino, donde vivía desde hace más de 40 años.

Nos interesa ahora sistematizar algunos hitos que marcan momentos importantes en el seguimiento a este caso y que, extrañamente, no fueron tomados en cuenta por el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas, CICPC. No soy policía, solo periodista, pero es inevitable comparar con esas series de TV donde resuelven crímenes y desapariciones solo atando cabos sueltos y, por supuesto, con una investigación independiente.

Un detalle que llama la atención en la tragedia de la familia Ortega es la indiferencia no solo de los medios de comunicación (de donde viene Kalinina) sino de la sociedad en general. Ni siquiera el diario El Nacional, donde tuvo mucha influencia y hasta un libro escribió en coautoría con su director, Miguel Henrique Otero , se hizo eco la noticia.

Con frecuencia se denuncian desapariciones de personas pero a veces alguna encandila más que otra, bien sea por la relevancia del personaje o por las circunstancias. La de Kalinina prácticamente pasó desapercibida hasta que el 27 de febrero de 2022 (en un mes más, el 23 de marzo cumpliría 82 años) un señor encargado de cuidar la casa (que no es jardinero como dicen algunos medios, sino zapatero) se puso a arreglar el patio y notó que su perrito (no un perro callejero como también dicen algunos medios) estaba escarbando en un sitio. Cuando se dio cuenta del interés canino, y conociendo la situación, se puso alerta. Casi a la misma hora llegó un amigo de la familia que siempre lleva comida a la gata de Kalinina. El hombre se percató de la novedad y notificó a la abogada de los Ortega y ésta a las autoridades. Los periodistas de sucesos dieron la información por redes sociales y ahora "Kalinina Ortega" y "San Bernardino" son tendencias en twitter...Casi seis años después.

Y parece que Kalinina, quien firmaba sus notas con un simple y contundente "K.O", decidió tomar las riendas y cantar su verdad al mundo, esa a la cual, como buena periodista, nunca renunció.

Hitos de este caso

1- En su cuenta de twitter Kalinina hacía diversas denuncias sobre algunas personas de la comunidad que la agredían por ser ella de izquierda. También escribió a "mi presidente Maduro" y al ministro Ernesto Villegas para que la ayudaran a reparar el techo de su casa. Ella nunca recibió respuestas a sus quejas. Estos mensajes hacían sospechar que la periodista pudo haber sido agredida por alguien de su vecindario. No obstante, el CICPC nunca investigó a ninguno de sus vecinos o las casas contiguas.

2- Quien hace la denuncia el día 4 de octubre de 2016, nueve días después de presumir la desaparición, es una persona conocida de Kalinina llamada Gersi Dávila. Dávila dijo que la periodista salió a cobrar la pensión y no regresó. Kalinina vivía sola, tenía un carácter fuerte y determinado, pero siempre estaba en contacto con sus hermanos. Dávila fue quien recibió en la casa de Kalinina a las autoridades y según el testimonio de su hermana Nadestha, todo estaba en orden incluso encontraron su cartera y documentos personales. Los familiares de la periodista nunca habían visto a Gersi Dávila, la conocieron después de los hechos. La relación de Kalinina con esta persona, según su hermana Karelia Ortega, está asociada a una Fundación que creó la periodista: FUNKALOR para hacer trabajo social en la zona. La sede, con el consentimiento de su dueña, sería la propia casa de Kalinina. Fue así como Dávila y otras personas allegadas al gobierno local, comenzaron a frecuentar la vivienda para poner en marcha el proyecto de la comunicadora. Instalaron reja con candado al pie de la escalera que conduce al segundo piso, donde ubicaron la Fundación y, de esta manera, controlaban el acceso. El CICPC nunca investigó, ni tomó declaraciones a la gente que frecuentaba la casa. Tampoco evaluó físicamente el lugar, no llevaron perros sabuesos pese al pedido de la familia.

3- Tras la desaparición de Kalinina, Gersi Dávila cambió las cerraduras de la residencia y un familiar suyo, que aún habita allí, se mudó a la segunda planta donde funcionaba la Fundación. Ante el cambio de cerradura, Igor Ortega, hermano de la comunicadora le preguntó a Dávila "¿Y si llega Kalinina cómo va a entrar?"

4- La hermana menor de Kalinina, Nadeztha Ortega, quien entonces vivía en Puerto La Cruz, decidió venirse a Caracas y habitar la residencia para resguardar el espacio y las cosas de la periodista. Tuvo que compartir la casa con el allegado de Gersi Dávila. Nadeztha, junto a la abogada de la familia, Ninoska Silva, asumió el proceso legal aunque en el CICPC le decían que eso le correspondía a Dávila porque figuraba como la denunciante. Un peregrinar que se hizo parte de su vida. Buscar a un desaparecido es lo más penoso que hay. Cada día le tocó ir a hospitales, a la morgue, al CICPC, a la fiscalía, a los tribunales. Sin recursos económicos aquello se hizo más cuesta arriba. El asunto dormía "el sueño de los justos" porque, además, tampoco existía en los medios de comunicación sino muy débilmente. Si los medios no cumplen su rol de visibilizar las injusticias ¿para qué existen? En 2017 propusimos a la Fundación Premio Nacional de Periodismo otorgarle una mención especial a Kalinina Ortega, quien tenía sobrados méritos para ello, y además buscando revivir el suceso. Nunca respondieron.

5- Cuatro veces fueron cambiados los detectives asignados, entre los cuales figuran Harrison Estrada y Freiner Moreno. En 2019 prácticamente declararon cerrado el asunto.

6- En 2019 Nadeztha Ortega, asistida de manera gratuita por el Dr. Roberto Urbano (ya que no poseían recursos), abogado y amigo de Kalinina, solicitó al Tribunal Sexto Administrativo de Los Ruíces la Declaratoria de Ausencia (artículo 434 del Código Civil) de su hermana para poder cerrar ese ciclo y disponer de los bienes materiales. Muchas veces acudió al citado juzgado, sin éxito.

7- El 8 de octubre de 2020, hubo una luz en el camino. Se logró que la fiscalía ordenara al CICPC la reactivación del proceso, pero nada pasó. El Fiscal 54 Juan Carlos Urbano, con competencia en víctimas especiales, se quedó esperando y también su plan para investigar y hacer las experticias que nunca procedieron.

En esta investigación periodística, hemos pretendido reconstruir los hechos de acuerdo con entrevistas realizadas (todas publicadas en este portal) en diferentes momentos de estos casi seis años, a Karelia y Nadeztha Ortega, hermanas de la desaparecida. De éstos se desprende lo que tantas veces denunció Nadeztha Ortega: negligencia de las instituciones que administran justicia en Venezuela.

Al margen de lo que determinen los resultados periciales de aquellos restos humanos hallados en "una" casa de San Bernardino, según la orden del Fiscal General Tarek Saab, en su también muy tardío pronunciamiento, Kalinina Ortega no quedará en el olvido y su verdad, insistimos, por dura que sea, resplandecerá.

Comienza otro capítulo: ¿qué y cuándo pasó? ¿Qué le hicieron a la periodista Kalinina Ortega? ¿Quiénes y por qué?

¡Justicia para Kalinina!



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Luisana Colomine

Profesora de géneros periodísticos y periodismo de investigación en la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Comunista.

 @LuisanaC16

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