Judicialización política con los jueces de paz

Mientras más hablen de paz, más pronto impondrán la guerra

Recordando aquellos momentos en los cuales papá daba ejemplo de arduo trabajo para proveer de los recursos básicos que garantizara una convivencia armónica y digna aunado siempre al bastón de fortaleza de mamá que también laboraba mancomunadamente, que increíble dúo, daban ejemplo digno para la formación de principios a una chorrera de hermanos; quienes aprendimos sobre el respeto, la responsabilidad, el trabajo, la solidaridad, la convivencia social, la paz y la tranquilidad; éstos sin dar respuesta a los políticos de turno que como ahora mismo, enguerrillan al pueblo para aprovecharse del poder. Siempre nos educaron para ser verdaderos ciudadanos y  ése fue el común denominador de la mayoría de familias en el vecindario. Quiénes se salían de esos principios ya no eran bien visto. 

Y ese par eran campesinos muy sabios, domiciliados en la ciudad por un mejor porvenir  para la familia, que orgullo. Así transcurrieron las décadas, de los mayores aprendizajes que dejaron fue mantenerse al margen del tira y encoge politiquero, solo se enfocaban en trabajar en sus oficios y luchar desde el Espíritu, de manera independiente para el sustento. Y sus mejores ejemplos en lo social fue, tajantemente ejercer el sufragio con convicción, puesto que ya habían vivido la dictadura y sabían lo cruento que fue la imposición por la fuerza de formas de gobierno tiránicos, en la cual, mediante la seguridad nacional con la creación de una policía política impedían el derecho de la participación de las personas a disentir del gobierno ultraderechista, asumir con criterio público la política fue inexistente; pero sabían que todo eso siempre se desvanecía, de allí es que nació luego la propuesta adeco-copeyana de 1958, en nombre de una “revolución de derecha” que también traicionó al pueblo venezolano. Solo llegaron a referir que yo recuerde de muy niña, mientras los gobiernos más hablen de paz, es porque vamos hacia la guerra. 

Ya más de siete décadas, hoy de forma acelerada, con nuevas figuras y en otro contexto nos están llevando a un estadio político represivo seudoizquierdista, en nombre de un “proceso revolucionario” invocando la paz en sus continuos doble discurso. A éstas alturas los pueblos muy bien sabemos que el constructo de  paz, no necesita de jueces, mucho menos de policías, porque es un principio innato de las personas cuando se logra la armonía social que se obtiene eficazmente, cuando se garantizan los derechos ciudadanos de las familias, pero que sencillo es, lamentablemente quienes vienen ejerciendo el poder gubernamental no tienen los intereses políticos para dar esa garantía; puesto que, de igual forma, buscan es aprovecharse del poder, muy indigno el papel que están haciendo; ahora llaman a elegir “jueces de paz locales” rojos rojitos y no dan cabida a la Democracia Participativa  y Protagónica Comunal.

Lo que van a “elegir” con un rector (Elvis Amoroso) del CNE desaparecido en alianza “cívico-militar”, es la nueva policía política que les debe garantizar el poder por las buenas o por las malas, como ya están acostumbrados a imponerse.  Todo esto se desvanecerá, por tanto, sólo queda trabajar para sacar el sustento y luchar hasta vencer desde el espíritu. Es urgente una Junta Patriótica https://www.aporrea.org/ideologia/a336567.html  que realce el trabajo del Bloque Histórico Popular.

 


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Yasmeli Pernía Guillén

Activista por la Contraloría y la Auditoría pública y ciudadana. Merideña. Militante de Marea Socialista

 yasmeli2673@gmail.com

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