Una de las cosas que caracteriza el proceso revolucionario que lidera el Presidente Hugo Rafael Chávez es su definición dentro del pensamiento bolivariano, al menos teóricamente. Esto significa que toda acción política del estado venezolano y, por ende, del gobierno que lo direcciona, debe tener una influencia de la doctrina escrita por nuestro Libertador, Simón Bolívar.
Uno de los documentos más importantes escritos por el Padre de la Patria es el Manifiesto de Cartagena. En él se describen las causas de la pérdida de la primera república, las que resume en cinco: (1°) la naturaleza de la constitución de 1811, contraria a los intereses de la república y favorable a los de los contrarios; (2°) el espíritu de misantropía (aversión a la humanidad) de los gobernantes; (3°) la oposición a la conformación de un ejército para salvar la república y repelir a las fuerzas españolas; (4°) el terremoto y el fanatismo religioso y (5°) las facciones internas dentro de las fuerzas patriotas. Sin embargo, Bolívar reconoce como otra causa que no engloba dentro de las mencionadas: es la referida a “la impunidad de los delitos de Estado cometidos descaradamente por los descontentos”, lo que permitió que estos inquietaran al país y promovieran conjuraciones, obteniendo todas las veces el perdón de jueces, aún en casos de gravedad. De allí que Bolívar escriba que “a cada conspiración sucedía un perdón, y a cada perdón sucedía otra conspiración que se volvía a perdonar”, porque un gobierno filántropo se distingue por la clemencia… “¡Clemencia criminal, que contribuyó más que nada a derribar la máquina que todavía no habíamos enteramente concluido!”
Con esta impunidad y la penetración en el gobierno de factores que se oponían al proyecto de república se crearon milicias indisciplinadas que se oponían a la conformación de un ejército que defendiera el interés republicano.
A escasos días de la anunciada amnistía a los procesados por delitos relacionados con el golpe de estado del 11 de abril de 2002, no he podido salir de mi asombro sobre esta medida clemente del Presidente Chávez. No es la primera vez que Chávez comete este error político. El mismo 13 de abril de 2002, cuando es rescatado por el pueblo venezolano nos sorprende con aquella actitud de pedirle perdón a la oligarquía (¡qué bolas!) en lugar de haber regresado cortando y capando. Este error nos costó a todos los venezolanos el golpe y sabotaje petrolero (diciembre 2002-febrero 2003) y lo sucesivo: referéndum revocatorio, guerra mediática, sabotaje a la seguridad alimentaria, etc. Luego de la conspiración de 2002 vino el perdón que nos llevó a otra conspiración que siguió perdonando hasta llegar a la amnistía de año nuevo.
Lo que si me gustaría saber hasta qué punto el discurso de Chávez es pura retórica bolivariana, porque de ser conocedor del pensamiento bolivariano, como de hecho lo ha demostrado, sería una contradicción que actuase fuera de sus principios, considerando que el Manifiesto de Cartagena es uno de los documentos esenciales que, incluso, demarca errores que el actual gobierno viene cometiendo.
Con la amnistía se está repotenciando al enemigo fascista, luego del triunfo del 2D. ¿Qué estará pensando Chávez? ¿Con quién estará verdaderamente? Este tipo de acciones crea desconcierto, desmoralización y desconfianza en el líder; lo que significa que los sectores revolucionarios, comprometidos con la destrucción del capitalismo y la construcción de una patria socialista estemos alertas ante un golpe de timón.
Espero que esta suma de errores, explicados a la luz del Manifiesto de Cartagena, no sea el preludio de la pérdida de la quinta república y que se rectifique a tiempo con medidas más contundentes que conlleven a la unidad del pueblo revolucionario y a la construcción de la patria socialista.
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