5 de noviembre de 2015.-
PARTE I (leída 14.250+ veces)
PARTE II (leída 11.230+ veces)
PARTE III (leída 7.400+ veces)
Presidente Nicolás Maduro, con el debido respeto rogamos a Usted y a su equipo cercano y de mayor confianza detener su mirada sobre estas líneas, leer estas revelaciones que amenazan con un escándalo muy negativo para el Proceso Bolivariano, y revisar además las comunicaciones en los enlaces proporcionados al inicio de este texto para tener una mejor idea de lo que vamos a contarle.
Sabemos que Usted es un hombre muy ocupado en los asuntos del Estado, la mayoría de ellos muy importantes y urgentes en este momento crítico de escenarios mundiales desfavorables, desafortunados ataques y sabotajes a nuestra economía, de constantes reproches mediáticos a la más mínima iniciativa gubernamental, de insultos, burlas y toda clase de críticas de mal gusto a su persona y a su gobierno. Eso está mal porque daña la nación entera, y es odioso porque siempre apunta a tergiversar, exagerar y torcer los hechos ante la opinión pública. Pero ese ruido permanente contra el cual Usted tiene que alzar la voz a diario para defender la Revolución Bolivariana en Venezuela causa un daño ínfimo si se compara con el mal progresivo y silencioso de las conspiraciones. Estas últimas suelen gestarse desde adentro, y el registro histórico de la humanidad revela que las traiciones que las impulsan vienen siempre del entorno más cercano. La sabiduría de los dichos populares siempre es profunda e infalible, como aquella que encierra el refrán "De mis amigos me libre Dios que de mis enemigos me libro yo".
Presidente Maduro, Usted tiene los medios para averiguar quiénes están detrás de la quiebra intencional de la empresa estatal QUIMBIOTEC, por favor, no espere que sea demasiado tarde para destapar esa olla podrida.
Después de varios meses haciendo denuncias a voz en cuello, tememos que a Usted aún no lo hayan enterado bien de la crítica situación por la que está pasando QUIMBIOTEC, C. A., la única empresa biotecnológica exitosa de la historia nacional, 100% estatal, venezolana y socialista. No conocemos ninguna otra empresa similar que produjera tanto en Venezuela, ni que llegara a tener un impacto social tan directo SALVANDO, con los derivados sanguíneos que producía, MILES DE VIDAS de venezolanos y extranjeros (porque además fue exportadora). Mídase su éxito por la sola proeza de llegar a abastecer a plenitud todos los hospitales, centros de atención médica y ambulatorios del Sistema Nacional de Salud Pública con sus productos Albúmina Humana, Factor VIII e Immunoglobulinas, todos envasados e identificados con la etiqueta del corazón rojo, la estrella y la leyenda "Hecho en Socialismo".
Hemos visto además como se venía desarrollando desde el año 2011 una conspiración silenciosa para destruir desde adentro, con intereses que entonces parecían turbios pero que hoy podemos ver con claridad, este modelo de servicios que la ciencia y la tecnología pueden proporcionar a la sociedad. Es propicia la ocasión para recapitular, Señor Presidente, que en Venezuela existen varios ejemplos de desarrollos útiles y bondadosos a la sociedad acometidos por hombres y mujeres, casi siempre desconocidos –distintos a aquellos figurones que constantemente se hacían y aún se hacen su propia propaganda- que trabajan en las instituciones científicas y tecnológicas de Venezuela, la mayoría de las cuales fueron creadas por el estado, antes y durante la Revolución Bolivariana, y que son mantenidas con fondos públicos con la esperanza de que en ellas se siga generando conocimiento (útil, por definición) y que el mismo se aplique para objetivos nobles y beneficiosos a la humanidad. No está bien seguir creyendo que es inútil invertir en el desarrollo y mantenimiento de las ciencias básicas, sin las cuales nunca habría conocimiento nuevo y tecnología novedosa que aplicar. Se impone, como acto de humildad, reconocer que el discurso de que los "batas blancas" han sido unos inútiles a la Patria, fue un constructo de exageración con fines propagandísticos de algún ideólogo trasnochado que vino con su mala racha a asesorar equivocadamente al Presidente Chávez (quien dicho sea de paso, aplaudía la obra de QUIMBIOTEC y llegó a elogiar con orgullo muchas investigaciones y otras obras adelantadas en el IVIC). Ya ve Usted que fue en el IVIC, un instituto público, fundado con gran visión en 1954 por un gobierno nacionalista, estigmatizado hasta el cansancio durante la Cuarta República, como una dictadura de derecha, siempre mayoritariamente orientado a las ciencias básicas, donde se gestó y desarrolló exitosamente QUIMBIOTEC desde la década de 1980.
Esta empresa lamentablemente empezó a declinar hasta el colapso actual cuando en el 2011 fue no solo despojada de su institución nodriza, el IVIC, sino absurdamente intervenida por fuerzas policiales secretas (SEBIN) comandadas desde posiciones ministeriales superiores por personajes que Usted mismo podría descubrir muy fácilmente, y a quienes se les encargó con la complicidad de los auditores internos de turno inventar una historieta de mal gusto, forjar un expediente al cual le faltan muchos documentos probatorios, con el cual justificar acciones brutales y devastadoras para la compañía. Así, en conjunto con los funcionarios de ocasión lograron defenestrar sin razón ni explicación gran parte del plantel gerencial fundador, violando los códigos de la Revolución Bolivariana en cuanto al respeto por los seres humanos, por su dignidad y por sus derechos en materia laboral. Despidieron gerentes a quienes nunca se les pagaron completamente los beneficios que les correspondían por sus muchos años de servicio. Por si fuera poco, varios de ellos han sido posteriormente acusados legalmente de manera infundada y mañosa de presuntos manejos dolosos y asociaciones para delinquir y están siendo perseguidos. Hoy, a cuatro meses de la captura insolente y ofensiva de dos de estas personas, las compañeras Yadira Naranjo y Susana Rodríguez, desde la Coordinadora Simón Bolívar redactamos para Usted esta cuarta carta pública de desesperación y preguntamos ¿qué pasa en este país con el Estado de Derecho?, ¿Cómo es posible que en la República Bolivariana de Venezuela el presunto inocente no pueda estar en libertad, llevando una vida normal, mientras las instituciones competentes adelanten sanamente y sin obediencia a sórdidos encargos las investigaciones que sean necesarias para aclarar si aquel ha cometido una falta punible o no?
Sabía Usted, Presidente Maduro, que muchos trabajadores de QUIMBIOTEC a quienes han mandado a su casa por no haber en que ocuparlos en unas instalaciones que están paralizadas desde hace meses, están preocupados por su destino y su futuro, por su empleo, por su sueldo, por una aclaratoria creíble acerca de los motivos por los cuales se han llevado presas a dos de sus compañeras. La vocería de los líderes de su Sindicato Bolivariano ha salido públicamente a expresar sus preocupaciones creyendo, como todos lo hacemos en Venezuela, que existe libertad de expresión, consiguiendo en retribución amenazas verbales de agentes del SEBIN (quienes después de cuatro años "encaletados" emergieron del inframundo en el que operaban y ahora se reúnen a la vista de todos a conciliar estas acciones con la Presidencia de QUIMBIOTEC) en las que se les ha impuesto no hablar del asunto de las dos trabajadoras presas ni mezclarlo con el deplorable escenario de inseguridad y falta de confianza en el futuro que ha generado una empresa en bancarrota. Recordamos muy bien este tipo de acciones de amedrentamiento en las épocas pretéritas de la Cuarta República, cuando campeaban los abusadorcitos de la Seguridad Nacional, la Digepol, la PTJ y la DISIP. El Comandante Chávez nos había prometido que esto no volvería a suceder jamás. Y aun así se rumora y se teme que también pondrán presos a los directivos del Sindicato. Tenemos dos inocentes presas, es increíble que ni la Defensoría del Pueblo –que conoce del caso-, ni la Fiscalía –a la cual se hicieron llegar recaudos probatorios de su inocencia- hayan hecho algo visible para su puesta en libertad. Apenas el viernes 6 de noviembre tendrán la primera audiencia en los Tribunales de Los Teques, después de varios meses presas, aunque la ley venezolana enuncie que se deben presumir inocentes hasta que se pueda comprobar lo contrario. ¡Ni siquiera han empezado el juicio! ¡que pesadilla la de Susana y Yadira!
Es más que un rumor, además, que por haber detenido sus operaciones QUIMBIOTEC, que todavía tiene que pagar a su personal cada quincena, aunque no produzca ni venda nada, perdió su capital y está pidiendo plata a su padrastro, el Ministerio del Poder Popular para Educación Superior, Ciencia y Tecnología, para honrar el pago de salarios. Hacía más de una década, quizá exageramos y nos quedamos cortos, dos décadas que QUIMBIOTEC no pedía un crédito al estado para cubrir los sueldos de su plantilla. Era UNA EMPRESA PÚBLICA adulta e independiente que se estaba pagando sola, no UNA OFICINA CLIENTELAR de un ministerio. ¡Por Dios!, Presidente, ¿cuánta gente ha sido injustamente removida de sus cargos sin motivo alguno en las instituciones públicas?, y aquí no se ha hecho nada para cambiar a un equipo de ineficientes; ni se vislumbra la intención de traer un funcionario capaz de tomar las riendas y reemplazar de inmediato a los culpables de esta tragedia histórica para la ciencia y la tecnología venezolana.
Vienen Comisiones del Ministerio. Salen Comisiones del Ministerio. Un burócrata gris y nefasto, desgastado por tanto cargo que ha ocupado, oye los planteamientos de los trabajadores y sencillamente no hace nada. Los comisionados oyen pero no escuchan. Después van y se encierran con la Presidenta y la Gerente General. ¿A quién le creen?, ¿será verdad que intentan salvar la empresa? ¿Van a ser capaces por lo menos de salvar su honrilla? Hay una complicidad incómoda entre los funcionarios ineficientes responsables de la quiebra inminente de QUIMBIOTEC –que son quienes deberían estar presos por la lesión social, evidentemente criminal, de tener a miles de enfermos al borde de la muerte por falta de derivados sanguíneos, y quien sabe de cuantos que ya han muerto—y un ministerio que perdió el control. No hay tales medicamentos en ninguna parte del país, la gente se está muriendo.
Presidente Maduro, queremos creer que Usted no tiene nada que ver con lo que acaba de acontecer. Un viceministro de salud (o sea un miembro de otra pandilla, otro ministerio al cual no está adscrita QUIMBIOTEC) acaba de hacer entrada campal en el edificio de la Planta de Derivados Sanguíneos de QUIMBIOTEC acompañado de representantes ejecutivos de una transnacional, OCTAPHARMA (https://en.wikipedia.org/wiki/Octapharma), el monstruo empresarial más agresivo en el área de los derivados sanguíneos (http://www.hebdo.ch/hebdo/cadrages/detail/les-vampires-de-lachen), el cual aparece registrado en Suiza, y que monopoliza mundialmente la compra y venta de proteínas humanas en el despiadado mercado global de la industria farmacéutica(*). Hicieron el recorrido, y se les explicó con lujo de detalles a estos distinguidos ejecutivos capitalistas, todo lo que se hace (perdón, hacía) en QUIMBIOTEC. O sea, ya ni siquiera se vale el espionaje industrial, nosotros revelamos nuestros secretos a nuestros enemigos. ¡Este es el colmo de esta farsa!.
Nuestra Ley de Transfusión y Bancos de Sangre (http://es.slideshare.net/YAPR/ley-de-bancos-de-sangres) es explícita en cuanto a que sólo el Estado Venezolano puede ocuparse de su objeto, para lo cual deja claramente establecido que toda actividad relacionada con el mismo, incluyendo el fraccionamiento de Plasma, no puede ser lucrativa. QUIMBIOTEC es una compañía estatal SIN FINES DE LUCRO. Entonces, la temeraria acción de pasear por nuestra PPDS a los buitres de OCTAPHARMA es una afrenta a la SOBERANÍA NACIONAL y quizá forme parte de una genialidad surgida en conciliábulo entre los oscuros personajes, traidores a la patria, que ya hemos mencionado, para solucionar de una vez por todas esta lloradera que tenemos en la Coordinadora Simón Bolívar, en Aporrea y en el Sindicato Bolivariano de Trabajadores de Quimbiotec: vamos a entregar a QUIMBIOTEC por un plato de lentejas nada más y nada menos que a OCTAPHARMA. En el mejor de los casos pondremos (y esto es una profecía) en manos de OCTAPHARMA el 49% de las acciones de nuestra compañía que fue 100% venezolana, desde antes de nuestro querido y recordado Comandante Chávez, y para que este contratito funcione (es decir, no solamente sirva para arrancar la PPDS sino para que le quede a algún vivito venezolano, una buena mordida) se pondrá en mano de unos "vampiros suizos" o de sus actores colombianos, el control de todos los procesos de producción.
Hacía tres semanas que no le escribíamos Señor Presidente y en tan corto tiempo empezó a suceder lo que nos temíamos y sobre lo que tímidamente nos atrevimos a hablar con anterioridad.
Han quedado cada vez más lejos los días en que QUIMBIOTEC se batía a espada en las batallas internacionales. Recordamos que el megaconsorcio transnacional británico-sueco ASTRAZENECA (https://www.astrazeneca.com/, https://en.wikipedia.org/wiki/AstraZeneca) se dedicó en 2007 a absorber otras compañía más pequeñas de inmunoderivados, y bajo su dominio cambiar sus intereses de mercado y sus líneas de producción. Una de aquellas plantas desactivadas, con capacidad para procesar un millón de litros, fue adquirida por QUIMBIOTEC en una negociación, aprobada por el MPPCyT y por el Presidente Chávez, que tomó meses (2008-2009) pero que fue altamente ventajosa para Venezuela ya que terminamos pagando solo una pequeña fracción del valor real de dichos activos y pudimos con ello proponer y conseguir, con la aprobación de los países miembros del ALBA-TCP (http://alba-tcp.org/), que QUIMBIOTEC se convirtiera en el epicentro de la producción de derivados sanguíneos para los países colegiados en el ALBA. Usted tiene que acordarse de esas gestiones en la Cumbre de Cochabamba, Sr. Presidente, porque fue Usted el Canciller que encargó a la Dirección del IVIC de hacer ese tremendo esfuerzo de negociación internacional.
¿Quién se atreve a olvidar que en Suiza, país notorio por encubrir las mayores operaciones financieras del globo, también fuera creada la Cruz Roja Internacional, campeona universal de la actividad humanitaria?. Esta nación de corderitos siempre escudados en su cacareada "imparcialidad política" también también se hizo notable por haber llenado hasta las náuseas las arcas de sus bancos con el dinero saqueado de toda Europa en las dos guerras mundiales del siglo XX. Nos preguntamos si una QUIMBIOTEC privatizada y en manos de los suizos nos garantizará estar realmente orientada a honrar ese alto compromiso de SOLIDARIDAD LATINOAMERICANA que en principio se fundaba en la opción no liberal ni capitalista de los acuerdos de comercio entre los pueblos, una visión opuesta al ALCA (https://es.wikipedia.org/wiki/Área_de_Libre_Comercio_de_las_Américas) y que fue el motivo fundamental del lanzamiento del ALBA por los Comandantes Hugo Chávez y Fidel Castro.
¿Usted cree, Presidente Maduro, que los suizos, austríacos o franceses, van a pagar salarios ministeriales a sus gerentes en Venezuela y que no van a asegurar con buenas pólizas de vida y seguros internacionales de HCM, bonificaciones y otros beneficios en euros o dólares al personal gerencial que van a traer del extranjero para poder arrancar de nuevo la producción de derivados sanguíneos en QUIMBIOTEC? Ellos necesitarán también competir laboralmente con sus pares internacionales y cumplir las condiciones que les permitan –como era en la QUIMBIOTEC VENEZOLANA- contar con las certificaciones de calidad mundial, que exigen aseguramientos para protejer a sus gerencias de eventuales demandas internacionales (tan usadas por los leviatanes de las farmacéuticas para quebrar a su competencia). Cuando no es así, no se puede entrar en el negocio, ningún país va a comprarle un solo frasco. Es la realidad. ¿Y de dónde van a sacar el dinero para pagar esas grandes exigencias gerenciales, y las ganancias que exige el Capitalismo, sino es de la producción que logren? ¿Y cuáles van a ser ahora los precios de los derivados sanguíneos en Venezuela?: porque no creemos, Presidente Maduro, que una transnacional suiza vaya a tener el criterio social que movía el corazón del Comandante Chávez. No lo tienen mucho ni la Nestlé, ni Rolex, ni Davidoff, ni Leica, ni Schindler, ni SwissArms, ni Holcim, ni Syngenta, ni la Victorinox. Entonces ¿cuál es la doble moral de los "encaletados" que comandaron la expulsión de nuestra gerencia venezolana de QUIMBIOTEC en el 2011 y a quienes persiguen judicialmente y ponen en prisión porque tenían un seguro internacional de vida entre sus beneficios, aprobado por una junta directiva 100% venezolana en 1995? Nos cuesta tragar que los venezolanos no merezcamos compensaciones salariales decentes, los suizos si (aunque estén en Venezuela y no en Suiza).
¿O es que para que no ocurra tal barbaridad que deje en ridículo a los policías de QUIMBIOTEC y a sus titiriteros van a hacer otra cosa peor?. Averigüe, respetado Presidente Maduro si las intenciones no serán rematar los equipos e instalaciones de QUIMBIOTEC para montar allí otro negocio que verdaderamente le interese a los suizos.
Por cierto, Presidente, la planta de UN MILLÓN DE LITROS de plasma nunca se instaló. Está arrumbada en un galpón, envuelta y todavía embalada, lista para ser revendida.
______________________________
(*)OCTAPHARMA es la compañía más agresiva en el mundo del plasma. Fundada en 1983 y registrada en Suiza. Wolfgang Marguerre es su único dueño. Este misterioso y despiadado Nosferatu alemán-francés, a pesar de "hacerse el suizo", se encuentra fuertemente ligado a intereses económicos de Austria y Francia. Marguerre es un multimillonario que fue sacando a los socios iniciales con quien fundó Octapharma y se quedó con la compañía. Entre los vampiros del negocio es a quien hay que tenerle más cuidado. Octapharma dejó de pertenecer a la asociación que agrupa a los productores de plasma,www.pptaglobal.org/ , la PPTA. Las malas lenguas dicen que la sacaron por sus prácticas