El aumento de la participación femenina en el campo nuclear podría contribuir a reducir el riesgo de un conflicto, afirma la periodista Xanthe Scharff en un artículo para Foreign Policy, en el que advierte que "solo las mujeres pueden detener el apocalipsis".
Scharff repasa varias investigaciones que demuestran que, sin "una participación plena" de las mujeres en los problemas nucleares, el potencial de comportamientos arriesgados aumenta y los acuerdos alcanzados tienen menos probabilidades de ser respetados, mientras que "las ideas innovadoras no se escuchan".
Menos exceso de confianza
En este sentido, la autora cita un estudio realizado por la Royal Society, que demuestra que los hombres son más propensos a mostrar un exceso de confianza en escenarios de juegos de guerra simulados. Entretanto, la misma investigación concluyó que el exceso de confianza tiene más probabilidades de llevar a una decisión de atacar al potencial enemigo en caso de un conflicto de alto riesgo.
Por otro lado, estudios en el campo del mantenimiento de la paz sugieren que los acuerdos nucleares bilaterales, así como los compromisos globales como el Tratado de No Proliferación Nuclear, "serían más fuertes con la participación de las mujeres", recoge la periodista.
A pesar de ello, las féminas solo representan alrededor de una cuarta parte de los delegados en las conversaciones internacionales sobre no proliferación, se lamenta la autora de artículo, que recuerda cómo en 2015 fueron 33 los países —incluidos algunos Estados nucleares o con ambiciones nucleares— que enviaron delegaciones compuestas únicamente por hombres a la Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación.
Colaboración e innovación
Por otro lado, el 'think-tank' New America llegó a la conclusión, tras entrevistar a 23 legisladoras estadounidenses de alto nivel en relación a sus experiencias en el campo nuclear, que en las discusiones políticas con presencia femenina la colaboración se valora más que la competitividad, y la innovación es más bienvenida.
De hecho, según New America, las mujeres han desempeñado un papel en la seguridad nuclear y la formulación de políticas desde la década de 1950, cuando constituían el 20 % del personal profesional de la CIA. Es más, algunas mujeres son bien conocidas por sus contribuciones, como la ex subsecretaria de Estado de EE.UU. para Asuntos Políticos Wendy Sherman, a quien el expresidente Barack Obama le otorgó la Medalla de Seguridad Nacional por su contribución a las negociaciones nucleares con Irán.
"El campo de las apuestas más altas"
Las mujeres también han jugado un papel destacado en los movimientos mundiales de paz, incluidas las protestas contra el uso de armas nucleares, como fue el caso de Dagmar Wilson, quien movilizó a medio millón de mujeres estadounidenses contra los ensayos nucleares en 1961.
Sin embargo, al día de hoy las mujeres "afrontan enormes barreras" en la política nuclear, ocupando relativamente pocos cargos de liderazgo en la elaboración de políticas de EE.UU. en este ámbito. A ello se une el hecho de que tienen menos presencia que los hombres en los 'think-tanks' y también en las narrativas de los medios sobre el campo nuclear, destaca Scharff.
En definitiva, los cambios a favor de una mayor participación femenina no solo son una cuestión de justicia social, asegura la periodista, resaltando que la seguridad nuclear "es el campo de las apuestas más altas de todos", por lo que el mundo "no puede darse el lujo de expulsar a la innovación y el talento" de este ámbito.