Unos dos mil indígenas instalaron ayer en Brasilia su Campamento Tierra Libre, enmarcado por estrictas medidas de seguridad y enfocado este año en la lucha contra laexpansión de actividades mineras y agropecuarias favorecidas por el presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro, en detrimento de sus tierras ancestrales, publicó La Jornada.
La expectativa es congregar unos 5 mil indígenas en la capital durante tres días.
A pesar de la tensión, con la presencia de decenas de patrullas y efectivos de seguridad alrededor del campamento, los manifestantes iniciaron sus actividades bailando y cantando para pedir fuerza e invocar protección.