20-03-25.-Publicamos a continuación el Pronunciamiento del Comité por la Libertad de lxs Trabajadorxs Presxs condenando los traslados ilegales de venezolanos a El Salvador que lleva a cabo el gobierno de Trump en acuerdo con el gobierno de El Salvador de Nayib Bukele, y exigiendo respeto a los derechos humanos.
El Comité por la Libertad de lxs Trabajadorxs Presxs se pronuncia de manera firme y categórica en contra del traslado ilegal de venezolanos detenidos en Estados Unidos a El Salvador. Este acto no solo representa una violación flagrante de los derechos humanos, sino que también transgrede los principios fundamentales del debido proceso, que deben ser garantizados a todas las personas, sin distinción alguna.
Es inaceptable que el propio presidente Donald Trump ignore la instrucción de un juez que prohíbe estas deportaciones de personas, evidenciando un desprecio por el estado de derecho y por la dignidad humana. La acción de trasladar a estos individuos a un país donde su seguridad y bienestar pueden estar en grave peligro es una transgresión intolerable.
Exigimos el cese inmediato de estos traslados ilegales, así como la liberación de todos aquellos venezolanos cuyos derechos humanos y debido proceso han sido violentados. No podemos permitir que la injusticia se perpetúe; cada individuo merece ser tratado con respeto y dignidad.
Es aberrante observar cómo la privatización del sistema carcelario se convierte en una expresión grotesca del tráfico humano, evidenciada en el acuerdo entre Estados Unidos y El Salvador para el envío de reclusos. Este tipo de acuerdos no solo deshumanizan a los individuos involucrados, sino que también convierten a las personas en mercancías, vulnerando su integridad y dignidad. La mercantilización del sufrimiento humano es una afrenta a todos los valores civilizados y debe ser condenada enérgicamente.
Estas deportaciones ocurren en un contexto donde se está llevando a cabo una criminalización sistemática de los venezolanos en Estados Unidos y otros países, vulnerando así sus derechos humanos. Esta situación está atravesada por una profunda aporofobia, clasismo y racismo que perpetúan estigmas dañinos. Los venezolanos no somos delincuentes; ser migrante no es un delito, y ser venezolano tampoco lo es. Es fundamental reconocer la dignidad inherente a cada persona, independientemente de su origen.
Los derechos humanos son universales y deben ser defendidos sin límites y sin fronteras. Cada ser humano, independientemente de su nacionalidad, estatus migratorio o creencias políticas, merece vivir con dignidad y respeto. En este sentido, hacemos un llamado a la comunidad internacional y a todos los defensores de los derechos humanos para que se unan en la lucha contra estas injusticias.
Es imperativo que todos nos comprometamos a defender los derechos fundamentales de cada individuo. La justicia y la protección de los derechos humanos son valores que trascienden fronteras y deben ser promovidos y defendidos con firmeza. No podemos permanecer en silencio ante tales abusos; debemos alzar nuestras voces en solidaridad con aquellos que son despojados de sus derechos.