El día que el campesino venezolano y su familia reciban la asistencia financiera, técnica y médica que amerita y sea el único dueño de la tierra y de su conuquito más nunca emigra a la ciudad y habrá comida por carajazo. Mientras el subdesarrollo y el atraso habiten en las humildes barracas del trabajador del campo venezolano nunca les abandonarán las alpargatas, el sombrero ruyío y el pantalón color tierra. No se puede aceptar que el campesino en pleno Siglo XXI use la hoz, la guadaña y el trillo para segar y trillar los granos que cosecha. Un país que se precie de veras debe apoyar y respetar al hombre del campo porque se lo merece y por ser, quien provee de alimentos al hambre de la ciudad. Debe. En principio donarle la tierra y después proveerle de créditos agropecuarios a tasas solidarias, y asistencia técnica y financiera.
Creo en la Revolución Campesina contenida en confortables viviendas dotadas de servicios públicos eficientes y de todas las comodidades de un hogar de clase media. Creo en Asentamientos Campesinos provistos de avenidas y calles amplias y pavimentadas, inter y extra-urbanas. Con modernos y bien equipados centros médicos-asistenciales. Con buenas carreteras de acceso para acopio de las cosecha; nada de las desastrosas Vías de penetración.
Creo en el campesino con buena casa, con escuela para sus hijos, con parques infantiles, con teatros, casa de cultura, museos; con una televisora que proyecte su folklore, su vida cotidiana; con centros de abastecimiento donde adquiera todos los insumos para su hogar y su trabajo, con tiendas de ropas y calzados para todos los gustos, con escuelas de música venezolana, con escuelas, liceos y universidades, con bancos, con instituciones púbicas que permitan realizar trámites de compra-venta-, emisión de documentos, certificación de contratos; con Seguridad Social, con protección y cuido policial. Con cines con la misma cartelera de las grandes urbes. Con amplias y cómodos espacios públicos para el ocio y la recreación, con canchas deportivas mixtas, con gimnasios cubiertos para deportes en invierno. Creo que el campesino debe ser asistido regularmente en técnicas de siembras y tratamientos adecuados y ecológicos de la tierra, uso de pesticidas y abonos.
Creo en la Revolución Campesina con siembras dotadas de sistemas de riego por aspersión, por acueducto o por suministro por bombeo desde lagunas alimentadas por el invierno. Creo en alquerías con formato moderno y pulcro de administración. Creo en un campesino dotado de todas las comodidades y beneficios que le permita su desarrollo social, económico, cultural y deportivo. En un campesino y su familia sana y saludables, con asistencia médica, preventiva y de emergencia a tiempo. Creo en un campesinado con centros de acopio que no les haga caer en las redes de las mafias agropecuarias. Creo en el campesino que tiene carro para pasear con la familia, y con tractores, camiones, trilladora y segadora para el trabajo. Creo en el campesino con agua potable y redes de aguas servidas.
Un campesino que tenga todo en el campo no tendría porque venir a la ciudad a menos que lo haga por turismo.
TINTERO
El Consejo Federal Campesino instalado por el Presidente Maduro tiene que ser la espita de la Revolución Campesina. Las condiciones están dadas. Sólo se requiere voluntad política, talento y cojones de torero en medio de la plaza con un miura sin vara y sin banderillas. De 700 kilos.
TINTERO II
Diosdado, con su Mazo dando, todos los miércoles en horas de la noche, se ha convertido en una alternativa informativa todos los miércoles. Como periodista, creo, sin temor a equivocarme, que ese espacio televisivo de VTV es uno de los pocos programas en sintonía real con el sentimiento chavista.