La economía como ciencia social obedece a la acción y decisión de los seres humanos y por ello que la afectación puede producir severas consecuencias al colectivo, nos referimos a consideraciones sobre el como la gente obedece a las reglas que la sociedad impone o tramita, ejemplo simple es sobre la aspiración y las expectativas que se generen en un período determinado.
La guerra económica en contra del país y su pueblo, tiene algún tiempo el Comandante Chávez la denunció años antes de su desaparición física, es decir el imperialismo y sus lacayos no han descansado, modificando estrategias y todo tipo de artilugio, es decir, que el daño o la horadación causada a la economía es severo y en varios frentes.
Mi pregunta, al respecto es simple, se ha hecho suficiente para al menos suavizar esa curva de agresiones ascendentes, se ha elaborado una política que de al traste con tanta vulnerabilidad. En cuanto el nivel de precios, se ha atacado eficientemente las causas fundamentales que aún continúan incidiendo en esa escalada intencional e inducida, preguntamos, se ha atacado la guerra con armas eficientes y con el corazón combatiente, se han utilizado los mecanismos (entiéndase organismos involucrados), se ha hecho uso adecuado de las armas constitucionales que la jurisdicción permite, o sencillamente hay que actualizar las leyes con pertinencia.
La situación planteada requiere de algo más que reflexiones, por una parte en el ámbito político y por otra, la situación económica y social de la gente, esta última independientemente de los resultados electorales recientes que le dan un espaldarazo al gobierno y las fuerzas que lo apoyan. Al respecto, es importante considerar que los hechos sociales son imprevisibles y si se quiere a veces lacónicos y mutables, inclusive en un mismo contexto y tiempo.
El venidero año 2018, presenta un cuadro de elecciones para presidente de la República, se agudizarán los ataques, con una característica especial, aún cuando no es nueva, representa la posibilidad de un cuadro en lo político en cuanto a los actores que probablemente participarán en la contienda electoral, a ello hay que hacerle el seguimiento respectivo. Ante una situación de debilidad de los partidos políticos de la oposición y la incredulidad en que han caído con sus simpatizantes, el desprestigio ocasionado por sus incoherencias y desaciertos, podremos estar en presencia de que esos nuevos actores tomen en sus manos la direccionalidad de la política, en ello, incluimos a medios de comunicación, a factores del empresariado nacional representados en Fedecámaras, Consecomercio, Conindustria, Cúpula de la Iglesia Católica,etc . En este sentido comienzan a hacerse evidentes en los medios declaraciones que son señales de que puedan estar tomando participación directa en la política de manera decidida y directa.
Ahora bien, cuando decimos que la peor decisión es la que no se toma en materia económica en particular, estamos señalando que actúan en contrasentido las soluciones posibles en razón del tiempo y el espacio, veamos dos ejemplos característicos uno, el precio de la gasolina y el otro las decisiones contundentes sobre los precios. Queda entendido entonces que en el caso de la gasolina suficientes razones existen para dicho incremento, necesidad de recursos para los compromisos sociales y el evitar la extracción y contrabando que sigue ocurriendo, y en el caso de los incrementos desproporcionados y recurrentes de los precios, ha ocasionado desbarajustes extraordinarios en el presupuesto familiar en todos los estratos de la sociedad produciendo además desconcierto y en oportunidades rabias circunstanciales por cuanto la gente se pregunta ¿Hasta cuando?.
Ante este panorama, el axioma del título del presente artículo nos invita a proponer en una solución de respuesta a la guerra , medidas que hasta ahora creo que siquiera han sido evaluadas por las autoridades económicas y financieras, como opción válida de respuesta de guerra a la guerra. En varias oportunidades la propuesta a considerar sobre la necesidad de elaborar un decreto Ley que contemple la congelación de precios por rubros específicos con carácter retroactivo a cuatro o seis meses, es decir el precio a esa fecha, en cuyo lapso por el seguimiento realizado se detectó un incremento entre el 80 y el 120%, estos abarcarían productos de primera necesidad y otros sensibles de uso diario como la harina precocida de maíz; incluimos alimentos, higiene del hogar, higiene personal, igualmente productos de charcutería, el agua, jugos y frutas, con respecto a los elaborados a partir del trigo, pan, cachitos, hacerle un seguimiento real de los costos es imprescindible. En el caso de los medicamentos igualmente previo a la posible concertación con los fabricantes.
La congelación de precios con esta alternativa es viable con la revisión de ingresos y el estudio verdadero de los costos. Porque cuando hablamos de congelar precios a esas fechas, los estudios realizados evidenciaron un 80 y120% el aumento que experimentaron a partir de los costos reales.