Insistimos de manera recurrente que en economía, la peor decisión es no tomarla en el momento que es necesario y pertinente; a tales efectos la medida asumida e implementada de fijar unilateralmente los precios para enero con referencia a los que había el 15 de diciembre debió hacerse mucho antes, seguros estamos que hubiera producido efectos positivos y resultados concretos contra el desorden económico que tuvo su génesis desde el llamado Dakaso hace aproximadamente tres años.
Cuando decimos desorden económico, lo hacemos dados los niveles de producción y distribución que se han observado, ahora que esta información desde el punto de vista cuantitativo se trastoca y diluye a fenómenos que conocemos como el contrabando, el acaparamiento, y las desviaciones que se producen en la red de distribución, que ilustran una situación de escasez que no es precisamente por no producción y/o importaciones, situación que se agudiza en tiempos electorales como ya conocemos.
Para las autoridades económicas y el gobierno en general no se le ha presentado fácil la solución a estos desordenes en la economía, a veces se ha atacado la acción fiscalizadora de manera ineficiente y sin acciones concretas en el momento de buscar donde están las verdaderas causas de todo ello, más si sabemos que los actores intelectuales los motiva el hecho político subversivo y sin ninguna razón económica que justifique el alza indiscriminada de los precios.
Por otra parte, y hay que decirlo que el gobierno en cuanto a las decisiones a tomar en oportunidades se hacen tardías, aún conociendo que en economía no influyen un salo factor que genera situaciones agravantes para la marcha de la economía, no obstante, hay decisiones intermedias que a veces son evidentes y necesarias en un momento dado.
Ahora bien, la unidad de la razón bolivariana es inembargable y hace la fuerza necesaria, para integrar todas las fuerzas, sobresaliendo el poder popular organizado y al efecto las leyes dictadas por la ANC, son de aplicación inmediata, sobremanera la modificación a la Ley del Sundee, que permitirá que la actuación de control se permita actuar en detrimento de la impunidad.
Es por estas razones entre otras, que humildemente acompaño al gobierno en las acciones que ha comenzado a aplicar y aplaudo toda actitud que conlleve a desenmascarar a los autores intelectuales estén donde estén, en el campo empresarial y en el político. De manera tal que de una vez por todas se acabe con este desorden en la economía y avancemos en el derecho del pueblo a participar.
