Para quienes ven lo que no hay de verdadero e ignoran lo que hay de verdad verdaíta. Jamás antes ni después podría frenarse la devaluación galopante que venimos sufriendo como podríamos hacerlo de ahora en adelante.
Digamos que podríamos afirmar sin gratuidad alguna que, de potencia industrial, camino que hemos emprendido, pasaríamos a ser eje del mundo económico, asiento del Macizo Guayanés representante genuino del origen mismo de la Tierra.
Decimos, de hora en adelante, bajo el mismo criterio paritario[1] expresado en la fórmula que divide nuestros Bs. F entre la cantidad de $ conocida como Reservas Internacionales, a estas divisas estadounidenses perfectamente le añadiremos, de entrada, 100 MM de Petros, o sea, unos 6M MM de dólares adicionales, según, por ejemplo, un precio del barril de petróleo estimado = 60 $.
Y hay más, durante varios años próximos el Estado venezolano podría hacer uso de hasta 5 M MM[2] de barriles de petróleo ya comprometidos como respaldo petrolero para nuestras emisiones de Petros. Eso significa la bicoca de unos 300 M MM de dólares adicionales, bajo la misma hipótesis de 1 barril = 60 $.
Eso rige bajo el supuesto negado de que todos los Petros fueran utilizados para comprarnos petróleo. Eso no va a ser así, ya que el Petro es, por encima de todas sus potencialidades utilitarias, una moneda, y como tal será expresión de valor y unidad de pago ante el Comercio Internacional, y asimismo podrá dársele otros usos financieros aplicables a las monedas y valores financieros convencionales.
Y conste que estamos haciendo abstracción de nuestras reservas gasíferas, las auríferas, coltaníferas, etc., mismas que se pierden de vista, habida cuenta de que Guayana es un foco permanente de producción de minerales y elementos constitutivos del propio planeta habitamos todos los terrestres.
[1] Se trata de un criterio que venimos cuestionando como una de las causas secundarias de la presente crisis inflacionaria.
[2] Esta es sólo la reserva de uno de los campos petroleros de la Faja Petrolífera