¿Reconversión o transformación?

Los que tenemos acceso a las redes y nos inmiscuimos en el tema País como un todo, hemos notado el sobrecalentamiento acerca del tema conversión monetaria (3era versión) las noticias van y vienen, dando tumbos, se hacen eco asiduos escritores de las redes y también es esparcido en grupos de amigos, familiares, ventas, educación, entre otros. Pero al venezolano de a pie (que somos la mayoría) ¿nos interesa una conversión del Bolívar o esperamos una transformación de la economía?

Nuestro sistema económico y social, ya esta preparado para una conversión del Bolívar, sería la tercera en menos de 15 años, Bolívar Fuerte (3 ceros menos), Bolívar Soberano (5 ceros menos) y vendrá otro adjetivo al Bolívar u otra moneda, caería en especulación si me hago eco de las redes. Quiero recalcar que ya estamos preparados, en el vocabulario común, de la calle, no se habla de millones de bolívares aunque sabemos que todo cuesta millones de esa moneda, 1 $ son 4.050 Bs -aproximadamente al momento que estoy escribiendo- y todos sabemos que en la transferencia hay que agregar 3 ceros adicionales. Es decir, nuestro vocabulario y cerebro precisa perfectamente las centenas y pudiera ser también el orden de miles.

Es ingenuo pensar que hoy los decisores se aproximan a una política económica con rasgos Socialistas, lo que si esta en discusión tanto en el alto gobierno como en el venezolano de a pie es cuanto capitalismo es necesario, desde un capitalismo "salvaje" duro hasta uno moderado, en el primero no hay respeto a los derechos del trabajador por parte del patrono, y las instituciones que velan por ello voltean para no ver, este modelo económico oprime muy rápido a la sociedad, la subyuga y a costa de ello incrementa el capital, se vale del plusvalor aumentado. El capital siempre obrará en su reproducción ilimitada.

Por otro lado un capitalismo moderado, requiere de un Estado fuerte y soberano. Dónde las instituciones de protección de la sociedad funcionen y hagan respetar las leyes, a través de la acción y la credibilidad. El gobierno no puede despojar al Estado de herramientas de Poder, que permitan negociar hábilmente con el capital. Por ello es necesario crear niveles de independencia económica, paradójicamente afecta tanto al capital público como al privado. Dicha independencia se logra con una política económica, mucho más allá de un maquillaje de conversión monetaria. Lo contrario, de no empoderar económicamente a la sociedad, el gobierno estaría obrando en favor de un capitalismo duro, donde toda una sociedad y generaciones estaríamos expuesto a la neoexclavitud del capital privado y del mismo Estado.

No se trata de llover sobre mojado, escribía hace unos años acerca de la necesidad de equilibrar y re-acomodar la política económica en beneficio de los más necesitados como la re-estructuración de los subsidios o las alianzas del gobierno con el capital privado, entre otros temas. Hoy el escenario es distinto, sobre el mismo terreno y agravado.

La coexistencia de una dualidad monetaria Dolar-Bolívar, Dolar-Pesos, Dolar-Petro, Dolar-Real, Dolar-Oro, Dolar-Bitcoin, etc, nos hace coincidir en el dólar como moneda de referencia y anclaje, en el BCV está la posibilidad técnica y en los políticos la posibilidad real de complementar una política económica en equilibrio con el capital privado pero en favor de empoderar económicamente a la sociedad.

Los subsidios deben re-estructurarse una vez más, son focos de corrupción público y notorio, que generan un hueco en el gasto público y desconfianza en las instituciones. Activar los mecanismo de capital ángeles y la cartera de créditos es imperante para que la capa profesional y emprendedora entregue productos y servicios a la sociedad con innovación venezolana, así como ir con disciplina y rigurosidad a subsectores primarios que son potencialmente rentables en las circunstancias País. Mejorar el ingreso real de los trabajadores del Estado para hacerlo base de su sustento y parte del ingreso familiar que le permita una transcurrir de vida digno y no en la mendicidad. Lo último es base fundamental de cualquier institución que quiere crear capital intangible robusto, en fin, hacer un Estado fuerte que le haga frente al capital privado sino este lo descoserá por la hebra más delgada, el trabajador en la individualidad.



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