Las novedades del último mes en el terreno económico llevan a importantes niveles de incertidumbre. Se disparan los precios de los productos indispensables para la vida cotidiana, se negocian bonos de PDVSA o de la República muy por debajo de los precios del mercado, descapitalizando al país. Y se empieza a producir un default selectivo, por ahora con deuda comercial con Rusia. Al tiempo que hay síntomas alarmantes de que se profundiza la escases de productos esenciales[1].
Las preguntas que aparecen inmediatamente son: ¿Continuará al ritmo actual la escalada en los precios de los bienes esenciales? ¿Hasta dónde? ¿Puede el país seguir asumiendo sus pagos de deuda? ¿Afectará la situación de impago a Rusia las comprometidas importaciones de trigo a ese país?
En este contexto económico de características inciertas, es que se desarrolla el llamado a Constituyente del presidente Maduro. Un llamado que tiene múltiples resistencias y un importante nivel de rechazo. Que hasta ahora no ha logrado encaminar la resolución de la profunda crisis política que atraviesa el país y que está llevando a que las protestas opositoras ya lleven 90 días continuados. La pregunta, en este caso es: ¿Cómo afectará al desenvolvimiento económico la Constituyente?
El ritmo inflacionario se ha disparado a una velocidad preocupante desde el año 2012. Mientras que en ese año la inflación fue de 20%, en 2015 fue de 180%. Lo que convirtió a la inflación de 2015 en la más alta desde que el país empezó a registrar esta estadística en 1950. Estos datos que mencionamos son del Banco Central de Venezuela y los del 2015 son los últimos publicados por esta institución.
Para conocer los del 2016 tomamos un estudio de Visor 360º Consultores, para un trabajo sobre la situación de los alimentos y medicamentos, esta empresa indica que mientras el índice general de precios se habría disparado a 720%, una cifra cercana a la pronosticada en su momento por el FMI, por su parte los precios de los alimentos, comparados con el año 2015 crecieron la exagerada cifra de 1080%. El estudio que toma el periodo 2008 – 2016, muestra cómo a partir de 2012 se rompe la relativa estabilidad de una inflación moderada y controlada para iniciar una curva ascendente pronunciada y peligrosa. A Continuación el cuadro de Visor 360º:
Esa disparada de precios en el año 2016, en medio de un contexto de relativa calma comparado con los momentos actuales, hace preocupante el desenvolvimiento inflacionario para el segundo semestre de este año.
Hasta ahora, comparado con marzo de 2016 a marzo de 2017, según Ecoanálitica la inflación fue de 673%, podemos suponer que los pronósticos que por el momento se conocen para todo el año 2017, preparados por esa misma consultora, por Citigroup, Datanalisis y Goldman Sachs, giren alrededor de un incremento del índice inflacionario entre 880% y 950%. Mientras que otros esperan una inflación que supere el 1000%.
Para ilustrar esta situación se pueden ver los estudios de CENDA que muestran que la variación intermensual entre Abril y Mayo de este año fue del 11,1% de incremento. Entre tanto que un salario mínimo cubre escasamente el 8,7% de la cesta alimentaria.
Otro indicador que cada día se vuelve más crítico, es el de la deuda externa y los pagos de la misma. Tres noticias sobre esto se conocieron recientemente: la primera es la liquidación de Bonos de PDVSA por parte del BCV que los había recibido como pago por la deuda de la petrolera por el financiamiento que le brinda el Banco Central. Estos bonos fueron comprados por Goldman Sachs al 31% de su valor. La segunda es la oferta de una emisión de Bonos por 5.000 millones de dólares de deuda soberana ofrecida a un fondo buitre al 20% de su valor, es decir por 1.000 millones de dólares. Y la tercera es el default de deudas con Rusia por la compra de armas por 980 millones de dólares.
Más allá de las características propias de cada una de estas noticias, que no trataremos aquí, el hecho es que dejan a la vista las complicaciones de flujo de caja y la falta de liquidez que sufre el país para enfrentar sus compromisos externos.
En un estudio recientemente publicado, Oly Millán Campos y Paulino Núñez[2] [3] establecen que el nivel actual de deuda soberana externa o externalizable sumada a la de PDVSA alcanza la cifra de 180.000 Millones de dólares. Y el pago correspondiente al servicio de esta deuda durante el año ronda los 20.000 millones de dólares. Ahogo que explica la necesidad del gobierno de realizar operaciones financieras que lindan con la ilegalidad como la citada anteriormente con Goldman Sachs y otros fondos buitres.
Por otra parte la presión para cumplir con el pago de la deuda lleva al gobierno a una reducción todavía más dramática de las importaciones esenciales. Lo que hace que el pronóstico para lo que queda del 2017 sea todavía más oscuro en lo referente al abastecimiento de bienes básicos como alimentos y medicinas.
Mientras tanto la situación inflacionaria también es presionada al alza por la necesidad del gobierno de aumentar el gasto público para garantizar la Constituyente, tanto por la práctica clientelar que ya se comienza a ver para asegurar la participación ciudadana en la elección de los constituyentistas, como para que, durante los trabajos de la misma logre un mínimo acompañamiento "popular" que permita que la nomenclatura gobernante logre los objetivos que se ha propuesto.
Así como en el plano político con la ANC, también en el terreno económico parecería ser que la apuesta del gobierno es a todo o nada. Sin embargo, aunque se logre la estabilidad política con la instalación de la Constituyente, lo que la absoluta mayoría de los analistas considera improbable, esto no garantiza un punto de inflexión hacia la recuperación económica en lo que queda del año.
Por el contrario, de seguir la política actual, o de agregarle a esta política las medidas macroeconómicas que viene exigiendo la MUD, lo más probable es que cada día se profundice más la situación de extremo desabastecimiento, de hiperinflación y de compromiso de la soberanía. Sin embargo, por otra parte aparecen actores que desde el llamado chavismo crítico proponen un programa de emergencia en el corto plazo para ponerle freno al deterioro y el rumbo al colapso[4], estas propuestas se apalancan en la suspensión de los pagos de la deuda externa.
De la misma manera que con la situación política, el pronóstico sobre la economía para lo que resta del año es incierto, de carácter reservado y augura un horizonte más preocupante que la situación actual.
[1] Informes provenientes de Consejos Comunales del Oeste de Caracas y de otros organismos encargados de la repartición de los CLAPs, indican que se ha discontinuado su distribución, extendiendo la entrega de los alimentos de ese programa de un mes y medio a más de dos meses.
[2] Integrantes del CDTM - AYNA Nuestra América
[3] Situación Actual de la deuda venezolana como expresión de un modelo de extracción delictiva de capitales https://www.aporrea.org/economia/a245302.html
[4] Se debe suspender el pago de la deuda externa. http://www.el-nacional.com/noticias/economia/debe-suspender-pago-deuda-externa_190829