Otra Vez La Universidad
Héctor Navarro Díaz
De nuevo, como en nuestros tiempos de estudiantes universitarios por allá en los años sesenta y setenta, la Universidad, el concepto universitario, está o debería estar en plena discusión, al menos en espacios universitarios. En aquellos tiempos de Renovación Académica, que además lo eran de lucha armada, se escenificaban por ejemplo las luchas por la autonomía, por el cogobierno universitario, las discusiones sobre los mecanismos de ingreso y el recuerdo siempre presente de la Reforma de Córdoba; la Universidad y el pueblo, juntos, era la consigna de todas las luchas. Desde luego se produjeron enfrentamientos, pasión, y muchos allanamientos policiales, pero al final, con excepciones, se imponía la democracia, la admisión de la crítica y el respeto por el otro. Las discusiones estaban presentes en todos los ámbitos universitarios y era imposible estar al margen. Todo ello concluyó con el allanamiento de la UCV a principios de los setenta, la destitución de las autoridades e imposición de "autoridades provisorias" respaldadas por los soldados ocupando jardines, salones e incluso dependencias administrativas, muchos estudiantes presos y la imposición de un modelo anti autonómico que, si se quiere, persiste hasta nuestros días. A la UCV le fue arrebatada la Zona Rental y el Jardín Botánico, circunstancia ésta que persistió hasta los primeros días de la presidencia de Hugo Chávez cuando él, en persona, asistió a la UCV para devolverlos formalmente.
La discusión hoy, necesaria discusión y debate con participación de todos, sin embargo, lamentablemente no es sobre democracia ni sobre autonomía. La Universidad no se está discutiendo, no se está criticando. La discusión está en manos, por una parte de un gobierno que absolutamente no cree en democracia y pretende imponer SU modelo universitario que, por cierto, fue rechazado rotundamente y en forma pública por Hugo Chávez cuando en el año 2010 la Asamblea Nacional (de control absoluto del PSUV) aprobó un proyecto de Ley de Educación Universitaria anti autonómico al extremo. Por la otra parte, de autoridades universitarias que se acostumbraron a su propia eternidad en el poder, lo cual tampoco es ni autonómico, ni democrático ni universitario. Es una discusión de la cual no forman parte los universitarios y evidencia de ello es la poca participación especialmente estudiantil y profesoral en las distintas actividades que se convocan.
La Universidad debió responder de inmediato en el momento en que se vencieron los períodos de las distintas autoridades. Responder con movilizaciones, con decisiones, instrumentando procesos electorales amplios, democráticos ajustados a la Constitución y la Ley y no lo hizo. La Universidad está en mora consigo misma y con el pueblo, con Venezuela porque debió dar respuesta a su propia necesidad de democracia, democracia verdadera para criticar, para aceptar la crítica incluida la autocrítica que son elementos esenciales para el hecho científico. Esta mora es responsabilidad de las autoridades y no bastaban meras comunicaciones formales hacia el Gobierno y hacia el TSJ y esperar por respuestas que nunca llegaron. Debieron proceder de hecho porque lo que estaba y está en juego es la existencia misma de la Universidad. La Democracia no es un mero hecho formal. La Democracia es esencial.
Lo anterior no significa que con una intervención al estilo de lo que sucedió tantas veces durante los gobiernos adecos y copeyanos, se van a resolver los problemas. Estos problemas, como en todo el país, no son de exceso de democracia sino de falta de ella y, por supuesto, no es con menos democracia como se resolverán.
A los días que corren el Gobierno de Nicolás Maduro adelanta procesos, contrarios a la Ley, de sustitución de autoridades que debieron, por distintas razones, dejar sus cargos en varias universidades autónomas como la Universidad Simón Bolívar y la Universidad del Zulia, y, con base en sentencia del TSJ materialmente imposible de cumplir por parte de las universidades y ese es su diseño y propósito, se anuncia ya la intervención generalizada y esto será así simplemente porque quienes toman las decisiones no tienen en su sangre la esencia de la vida universitaria y no comprenden el valor de la Ciencia y la Tecnología que no puede desarrollarse sin democracia verdadera, democracia del pueblo. Esto no será detenido salvo que una verdadera y genuina dirección universitaria sea capaz de diseñar e instrumentar, urgentemente, formas de lucha democráticas y muy incluyentes que convoquen de inmediato a toda la comunidad universitaria a participar en una gran jornada nacional de discusión universitaria y, vía democrática, reemplazo general de autoridades con períodos vencidos. La solución al problema universitario está en las propias universidades y no podemos dejarla a otros.
Universidad Central de Venezuela, Febrero 2020.