¿Nuevas Elecciones y Nueva Coyuntura?
Héctor Navarro D.
Nos encontramos, como muchas veces en nuestra historia, en las cercanías de un proceso electoral y para nada resulta extraño el uso de la expresión coyuntura y más concretamente de "coyuntura electoral". La coyuntura debería ser una "combinación de factores y circunstancias que, para la decisión de un asunto importante, se presenta en una nación" (DRAE). Sin embargo, no es ese el caso en nuestra Venezuela en cuanto a las elecciones anunciadas para el próximo 21 de noviembre. Cualquier radiografía de la situación política y social nacional nos ofrece los siguientes indicadores que han venido mostrando diferentes encuestas y que cualquiera puede corroborar simplemente mediante la conversa con vecinos, compañeros de cola, de larguísimas colas, como las de la gasolina, de la reclamación por años de los no servicios de CANTV o de la aglomeración cotidiana en búsqueda de atención médica de cualquier hospital público: 1) La gran mayoría de los venezolanos sentimos que la gestión de Nicolás Maduro ha sido la de quiebra del país, la aniquilación de la producción en todos los renglones, el desbaratamiento de toda la institucionalidad, poniéndola en manos de personas sin capacidad técnica y sin probidad y en donde la corrupción se ha hecho presente constantemente, para entregar el país simplemente a intereses internos y externos de todo tipo, como ocurre actualmente con PDVSA en proceso de venta como chatarra, y todo ello se manifiesta directamente en una respuesta que ha sido constante en el tiempo por lo menos en los últimos cinco años: rechazo a Maduro por parte de los venezolanos votantes, incluso superior al 80%; 2) Simultáneamente las encuestas también señalan que el rechazo a los factores tradicionales de la oposición y su liderazgo se encuentra ubicado en cifras similares, e incluso posiblemente peores, que las mencionadas para el caso de Maduro y su gobierno y esto es atribuible a la falta de credibilidad por inconsistencia o ausencia de propuestas concretas en función de la solución de los gravísimos problemas de la patria y su gente, sumando a ello los graves escándalos por corrupción en empresas que estaban irregular e inconstitucionalmente administrando como CITGO y MONOMEROS.
Los dos indicadores simplemente muestran el poco interés que a un poco menos de un mes, despiertan en el electorado las elecciones del próximo 21 de noviembre, de manera que estaremos viviendo una gran ausencia de electores que podría ser superior al 50%. Si, además, la oposición persistirá, como se ha anunciado, en llevar en casi todos los casos varios candidatos para el mismo cargo a ser electo mientras que Maduro y su gobierno llevan uno solo, el resultado está clarísimo: abrumadoramente los que hoy gobiernan, siendo solamente una minoría más, se mantendrán en el poder y estarían "legitimados".
Pero hay un segundo aspecto a considerar: en vísperas de elecciones de la importancia que todos afirman poseen las que se avecinan, ¿qué hay acerca de las propuestas de unos y otros para sacar al país, en el ámbito que le corresponde, de la gravísima situación en la cual se encuentra? En el caso de los candidatos de Maduro y su gobierno eso está claro: los que nos han metido en esta crisis no pueden pretender que ahora nos sacarán de ella. ¿Pero en la oposición, qué ofrecen para el caso de aquellos pocos que puedan alcanzar la cuotica de poder que seguramente, además, será mediatizada por el nombramiento de un "protector"?; y como segunda interrogante: ¿Qué se proponen hacer, independientemente de los resultados electorales, para cambiar el rumbo desastroso que lleva el país impuesto simultáneamente por la derecha que nos gobierna y por la derecha que aparenta oponérsele?
Esa opinión mayoritaria manifestada en las encuestas y corroborada en cualquier calle, en cualquier esquina, en cualquier centro de trabajo, que expresa el cansancio de los venezolanos por los desmanes y engaños de las derechas (de gobierno y oposición), tiene una única lectura: MADURO DEBE DEJAR DE GOBERNAR. Es por ello que hay que insistir en que el candidato natural del pueblo, el que la gente siente verdaderamente, consiste en la salida del poder de Nicolás Maduro y de quienes lo acompañan y que eso es posible, constitucionalmente hablando, mediante el REFERÉNDUM REVOCATORIO el cual plantea una vía expedita, para lograr ese objetivo pero que requiere de voluntad política de los partidos que se dicen de oposición. Lamentablemente ninguno de ellos se ha manifestado siquiera en función de esa posibilidad, la ignoran abiertamente y debemos preguntarnos si, al final, no se trata por una parte, del temor histórico de esos sectores, de que el pueblo tome las decisiones y, por la otra, de una gran complicidad entre los que gobiernan y los que pretenden estar en la oposición, en la ruina de los venezolanos, en el reparto del país y en la entrega de sus riquezas.
Sin la verdadera participación popular no existe una verdadera coyuntura en estas elecciones.