ARS publicidad es la agencia más premiada de toda la historia venezolana. Fundada en 1938 por Carlos Eduardo Frías (nada que ver con el presidente), arrasó con todos los premios de creatividad entre los años 2002 y 2003 (excluyendo su campaña: “Hagamos un Golpe”). Entre sus principales clientes están Alfonzo Rivas y Cía., (no dije CIA), y Globovisión. Pan y circo respectivamente.
ARS publicidad con toda esa historia y con todas esas relaciones y sociedades, tenía todos los méritos para encarar la nueva campaña 2007: “Hagamos un Golpe, otra vez”. Cuyo primer borrador se llamaba “Sigamos haciendo un golpe”; pero fue desechado porque denotaba fracaso. Era mucho esfuerzo continuado sin resultados. Peor aún, con resultados muy adversos.
Como toda agencia subsidiaria, sus lineamientos siempre vienen del norte. La nueva campaña (muy creativa) es una franquicia, tipo “Quién quiere ser millonario”, algo ya ensayado previamente en otros pueblos. Primer paso, asunto resuelto: tenemos campaña (rosa, naranja o uva).
Segundo paso. Encontrar los actores. Por descarte llegamos a “los muchachos” (The kids). Caras nuevas. Nada de Ledezmas, Ramos Allupes, Radonskynes. Y lo mejor de todo: hacen caso. Asunto resuelto.
Tercer paso, lo más difícil: hacer que parezcan espontáneos. Lo segundo más difícil: hacer que parezcan inteligentes, o por lo menos, algo coherentes. Ya lo intentaron una vez con Rosales con resultados sorprendentes (Rosales es peor de lo que aparenta). Asunto resuelto. Modo de empleo: guiones teledirigidos.
El objetivo central de ARS publicidad es tumbar a Chávez. Sin embargo, en caso de fracasar, siempre son buenos algunas ganancias parciales: acumular fuerzas, generar nuevos liderazgos, ir desgastando al gobierno, no dejarlo trabajar tranquilamente.
En cuanto a los nuevos liderazgos, es bueno decir que su objetivo está logrado. Una lástima que los nuevos líderes no son los que ellos pensaron. Asimismo, sus muchachos (The Kids) aparentaron ser inteligentes (mientras leían el guión). Una lástima que siempre hay que hacer contacto con la realidad, con lo cual volvió a quedar en evidencia de qué están hechos los muchachos (The Kids). Sobre todo da mucho dolor ver a esos chicos tan jóvenes mintiendo tan descaradamente. Ya envejecieron prematuramente.
Los muchachos (The Kids) desperdiciaron más que la oportunidad de hablarle al pueblo venezolano. Desperdiciaron la posibilidad de confirmar lo que sus mentores ya reconocieron al ponerlos a ellos al frente: que son cadáveres políticos (sus mentores). De todas formas iban a ser derrotados por nuestros muchachos (Carajitos y carajitas de los buenos) pero pudieron desplazar a sus titiriteros y ponerse ellos mismos , con autenticidad, al frente de sus luchas, así esten equivocados; pero al menos serían auténticos. Ahora van a tener que calarse lo peor: la mamadera de gallo.
Lo que más me llamó la atención fue una línea del guión olvidado en el atril. Aquella línea que rezaba: “estamos dispuestos a empezar desde cero”. A cualquier desprevenido le puede parecer que se trata de un impulso de gran decisión y empuje. A mí, modestamente, viniendo el guion de donde viene, que se trata de arrasar con todo lo que nuestra revolución ha construido. Tal vez, incluyéndonos. Zape, fascismo.
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