Si se lee detenidamente las señales que nos envía Marcel Granier con la salida nuevamente de RCTV por cable el 16 de los corrientes, luego de haberse hecho ellos mismos un autocierre con el propósito de calentar las calles, como si esa transmisión no la hubieran estado haciendo durante la última década, y, con el discurso dado en una rueda de prensa el 11 de los corrientes a las 11 de las mañana en la que vendieron este acontecimiento como la inauguración de un canal internacional con bombos y platillos, este empresario de la comunicación, firmante del Acta de Carmona, se erige en el adalid de la democracia y se enfrenta abiertamente al Presidente Chávez, tratando de asociar a él la palabra libertad y a Chávez el vocablo dictadura, con la intención de lanzar su candidatura presidencial, anticipándose casi seis años a las elecciones nacionales para al mismo tiempo abrir una nueva etapa en esa extraña política de la rosa y el garrote donde esta planta televisiva se erija en vanguardia de la oposición tanto en las duras como en las maduras.
Tan esto es cierto, que precisamente a las 8:00 p.m. de ese mismo día, Gustavo Cisneros, su competidor, quien pagara gruesas sumas de dinero en todos estos años para que su imagen NO se visualizara por ningún medio de comunicación impreso o televisivo, decide aparecer a través de su canal en horario estelar para contradecir a su colega Granier sin nombrarlo, oponiéndose abiertamente al uso de los medios de comunicación como partidos y partícipes en el conflicto político en Venezuela, mientras en Aló Ciudadano ya se le preparaba una respuesta al dueños de DirecTV insinuándole la venta de sus principios. Para buen entendedor pocas palabras bastan. Y por si fuera poco ese mismo día un pequeño grupo de estudiantes de la UCAB salía por las pantallas de televisión a las 11:30 a.m. en otra rueda de prensa para anunciar nuevas movilizaciones en vacaciones y en una muestra lamentable de disociación insólita, se atrevieron a comparar al gobierno bolivariano con el de la dictadura militar fascista de Rafael Videla en Argentina. El mismo guión publicitario de su jefe Granier: Chávez = Dictadura. ¡Qué casualidad!
Felizmente ya dentro del movimiento estudiantil de la oposición venezolana hay jóvenes sensatos y honestos que se respetan a sí mismos y quieren moverse dentro de los parámetros de la verdad. No quieren ser tontos útiles, movidos como marionetas por los medios de comunicación y tomar decisiones dentro del mismo seno del movimiento a partir de sus propios análisis. Están aprendiendo a reconocer que no todo es blanco y negro, que existen los grises, y que se pueden equivocar. Para muchos de ellos el auge que tuvieron les permitió paradójicamente conocer aspectos positivos de la realidad de la Revolución Bolivariana que antes desconocían. Ahora tratan de mantenerse informados de manera más objetiva, sin creer a pie juntilla en Globovisión, Noticiero Digital ó El Nacional. El espíritu crítico ha ido madurando no sólo ante el gobierno sino ante ellos mismos.
Para ellos constituirá un gran reto el regreso a clases cuando se conseguirán una Iglesia Católica alzada, un RCTV más beligerante políticamente, unas autoridades universitarias decididas a aumentar su poder, una oposición política más alineadas con el gobierno de EEUU y una conspiración andando, vivita y coleando. Ojalá la sindéresis, el espíritu de búsqueda que todo joven tiene en el fondo de su alma, la intuición y otras muchas virtudes los lleve a querer conocer más profundamente la historia de Venezuela, la verdad de la IV República, el sentimiento popular, para que Cronos, el Dios del Tiempo no se apodere de esa fuerza juvenil y la vejez les llegue prematuramente.