Los acontecimientos ocurridos en PDVSA en el 2002, permitieron desenmascarar un sinnúmero de actores que estuvieron en sintonía con el golpe de abril, los cuales se plantearon no reconocer la Junta Directiva nombrada por el Comandante Chávez, presidida por Sr Gastón Parra. Después de la cruz y el perdón, a finales de ese mismo año llegó el sabotaje petrolero, el cual sumó, para poner en evidencia esa falta de probidad a la cual se refería Bolívar respecto a talentos que no se ponen del lado de la patria. El rescate de la industria, nace con el calificativo de LA NUEVA PDVSA, la cual en términos concretos infiere una subordinación en el orden estratégico por pate de esta empresa, a la política revolucionaria impulsada por el Comandante Supremo.
Más allá de orden estratégico, en el paso del tiempo luego del 2002, queriendo alcanzar el control en lo táctico y en lo operativo, se escuchó en muchos eventos la consigna “LIMPIEZA, LIMPIEZA, LIMPIEZA EN PDVSA”, en la cual como es obvio para el imaginario colectivo, se alude a la presencia de reaccionarios y agentes de la derecha, contrarrevolucionarios en sí, en altos cargos de dirección. También se llegó a escuchar, “NO VOLVERÁN, NO VOLVERÁN”, la cual es valorada entre pesimistas o realistas, con el hecho de que si bien muchos abandonaron sus puestos de trabajo en el sabotaje petrolero, otros nunca se fueron. De los que dirigen hoy la industria en 2016, a 14 años de sabotaje petrolero, no son pocos los que asistieron como simpatizantes o militantes, a las reuniones que convocaba el grupo servil proimperialista autodenominado “la gente del petróleo”. También están los que llegaron a firmar a favor del referéndum en contra del Comandante Chávez. En tal sentido, hubo claramente de parte de estos actores, una profunda identificación ideológica con “la gente del petróleo” en aquel momento, aunque no faltará quien pretenda justificar su participación de aquel lado en plena crisis de 2002, haciéndoles ver como infiltrados revolucionarios, y además que se pueda creer esa posibilidad.
Desprenderse ideológicamente de la concepción burguesa no es cosa fácil, y más aún con la escuela profundamente reaccionaria que definía a la PDVSA de aquel entonces. No sólo se trató de incorporar al trabajo a aquellos que simpatizaron y militaron con “la gente del petróleo”, donde puede decirse que fueron susceptiblemente tentados, confundidos, a razón de falta de formación revolucionaria de izquierda, sino que además, les dieron cargos de dirección y de toma de decisiones. Bajo la premisa de sobredimensionar capacidades de varios de estos actores, se dijo muchas veces con los hechos, que había que darles oportunidad ya que estaban arrepentidos de sus pecados. Para completar el argumento anterior, también brillo la argumentación basada en la ausencia de cuadros de izquierda preparados técnicamente para ocupar tales responsabilidades, sobre lo cual aparentemente hicieron el mejor esfuerzo en la búsqueda.
Nuevamente, en presencia de la actual Junta Directiva de PDVSA, y en pleno programa de televisión dirigido por D Cabello, se vuelve a gritar, “LIMPIEZA, LIMPIEZA, LIMPIEZA EN PDVSA”, y muchos lo vimos por la TV este 22 de septiembre. Más allá del eco televisivo, este tal parece ser un sentir de militantes revolucionarios dentro y sobre todo fuera de PDVSA. Hay mucha tela que cortar y no muy fácil de cortar, más aún cuando se ha impuesto la cultura corporativamente la concepción reaccionaria basada en establecer antagonismo entre tener una formación política revolucionaria, con el hecho de contar con calidad en el trabajo técnico y su ejercicio de dirección. Lejos de verse antagónico, dentro de la concepción revolucionaria el cuadro militante debe ser un sujeto integral, y claro que si los hay así dentro de la corporación.
Creen algunos que la limitación en el liderazgo y en la capacidad política, pueden ser sustituidos por alguna envestidura de algún cargo de gerente o director, por el contrario sin estas cualidades no se puede manejar la dialéctica entre los planteamientos de la clase trabajadora frente la dirección institucional. Con esas limitaciones en la conducción, puede molestar un discurso encendido y más aún cuando se expresa preocupación y se exponen evidencias, debilidades estructurales que tiene PDVSA actualmente dentro de los procesos medulares y no medulares. Esa falta de liderazgo y capacidad política tampoco puede ser sustituida, por aparente organizaciones de trabajadores carentes de autonomía las cuales, fueron impulsadas por una dirigencia institucional de la corporación. A falta de capacidad política de manejo de conflictos, ¿se pretende tener trabajadores sumisos?
Bajo esta lógica, ya se han venido posicionando en estos años sujetos con el perfil que históricamente caracterizó al meritócrata pdvérico, de esos que no les gusta hablar de “política”. Así se ha venido materializando, es de esperarse que cada quien promueva a los actores con las cuales se identifique ideológicamente, cada reaccionario desde el poder exaltará a su reaccionarios para así dar continuidad a esa manera de entender su entorno. En tal sentido, aquellos profesionales en la industria, con formación de izquierda para la comprensión de momento histórico y con competencias en los procesos de la industria, representan hoy una amenaza para los reaccionarios que hoy ostentan el poder.
El avance en la política estratégica de PDVSA al servicio de la revolución, ha evidenciado su mayor impacto sobre todo en el ámbito de la geopolítica internacional. En contraposición, se evidencia hoy en una PDVSA cada día más desmejorada, se ha descuidado la política doméstica de la corporación y el mayor responsable es la dirigencia institucional a lo largo de este tiempo que ha gobernado con concepción ideológica propia. No se ha contado con los cuadros suficientes para materializar lo táctico y lo operativo en la dirección revolucionaria. Hoy se sigue ascendiendo y promocionando actores a cargos de toma de decisiones, reproduciendo los clichés en contra de los cuadros de izquierda. Pues hoy…aparentes perfiles bajos, silenciosos, inexpresivos, moderados pocos conflictivos y sobretodo, opositores y reaccionarios, son la primera opción en la conducción de la principal industria nacional.
Desde la alta dirigencia se dice que una revolución debe ser conducida por revolucionarios, ya se alertó de los funcionarios en cargos 99 que pendejamente firmaron a favor del revocatorio. Pues en PDVSA hay quienes protegen a los firmantes de hoy y los de ayer, y sobre todo se protege a los que no son tan pendejos para firmar, pero militan activamente con el capital transnacional.