Washington hace gala de su política exterior de irrespeto hacia los pueblos soberanos y anuncia que permitirá a la italiana Eni SpA y a la española Repsol SA enviar cargamentos de petróleo venezolano con destino a refinerías europeas.
Estados Unidos (EE.UU) envió cartas a dos empresas petroleras europeas para comenzar los envíos de crudo venezolano hacia Europa a partir del próximo mes, con el objetivo de aliviar la crisis de los combustibles en ese continente producto del reciente embargo al petróleo de Rusia.
En otra jugada del ajedrez político internacional, Washington hace gala de su política exterior de irrespeto hacia los pueblos soberanos y anuncia que permitirá a la italiana Eni SpA y a la española Repsol SA enviar cargamentos de petróleo venezolano con destino a refinerías europeas, revelaron fuentes a la agencia británica Reuters.
Uno de los funcionarios habló en condición de anonimato y advirtió que los envíos no serán grandes, pero permitirán reanudar los canjes de deuda que tiene la industria petrolera de Venezuela con ambas empresas europeas, detenidos hace dos años cuando la Casa Blanca arreció las mal llamadas sanciones contra Caracas bajo el pretexto de máxima presión del expresidente Donald Trump.
Una carta dirigida a Eni y a Repsol firmada por el Departamento de Estado norteamericano, a la que accedieron las fuentes de Reuters, da el visto bueno a las empresas y argumenta que la administración del presidente Joe Biden espera que el petróleo venezolano ayude a disminuir la dependencia del crudo ruso.
El escrito agrega que una condición clave es que el petróleo recibido “tiene que ir a Europa. No se puede revender en otro lugar”.
Crisis de los combustibles
Gran parte del mundo vive en la actualidad una crisis de los combustibles con una escalada sin precedentes de los precios del petróleo y la gasolina, ante las sanciones impuestas contra la industria petrolera rusa por parte de EE.UU. y los países satélites de la Unión Europea.
El bloque de naciones occidentales, que en su mayoría pertenece a la alianza militarista de la OTAN, lleva más de tres meses vulnerando los intereses energéticos de sus pueblos a pedido de EE.UU., bajo el pretexto de presionar a Rusia por la operación militar especial en Ucrania.
A inicios de marzo la Casa Blanca anunció un embargo total al petróleo ruso, aunque siguió con las importaciones de combustibles y ahora los funcionarios estadounidenses se encuentran divididos para aplicar más medidas restrictivas contra Moscú.
La semana pasada, la Unión Europea acordó prohibir la importación de petróleo ruso, aunque con desacuerdos entre sus miembros que llevó a Hungría, República Checa y Eslovaquia a obtener una exención para seguir beneficiándose de los suministros de crudo.
El fervor demostrado por los líderes europeos hacia los planes geopolíticos de EE.UU., los ha llevado a sancionar naciones como Venezuela en el pasado, de la que ahora obtendrá suministros de petróleo para aliviar la crisis causada por sus propias gestiones. Sin embargo, esto parece no importar a Bruselas que continúa con el autoflagelo para cumplir a carta cabal los dictámenes de Washington.
En marzo pasado una comitiva de funcionarios norteamericanos se reunieron en Caracas con el presidente Maduro, para abordar temas de geopolítica mundial y abastecimiento energético, una vez que la administración Biden anunciara un embargo a la industria petrolera de Rusia.
Tras la reunión de alto nivel, en la que el Gobierno de Biden reconoció la administración de Maduro como el poder legítimo del país, se produjo el mes pasado una licencia a la petrolera Chevron, compañia estadounidense que aún opera en Venezuela, aunque solo para mantener una relación mínima con el país suramericano porque no les será permitido restablecer labores de exploración, perforación y extracción de crudo.
El Departamento de Estado envió en secreto cartas a Eni y Repsol diciendo que Washington “no se opondría” si reanudaban los acuerdos de petróleo por deuda y traían el petróleo a Europa.
Las cartas les aseguraban que no enfrentarían sanciones por tomar cargamentos de petróleo venezolano para cobrar una deuda pendiente, agregaron las fuentes de Reuters.