Los procesos de alta complejidad contenidos, envueltos y trascendidos por la actividad universal se rigen, entre otras, por la ley en razón de la cual éstos operan tras el propósito de alcanzar el estado de estabilidad dinámica surgido de la oscilación- en torno a la postura en el que se deshace- del desbalance del influjo de los factores opuestos y complementarios que juegan un papel cardinal en el terreno de su quehacer.
Como ejemplo de este comportamiento nos encontramos con nuestros procesos de respiración y circulación. Actividad respiratoria que aporta el oxígeno a la sangre y expulsa los gases de desecho mediante la inhalación y la exhalación generada por la expansión y contracción de la cavidad torácica que se produce por la oscilación del influjo de la tensión y distensión del diafragma y de los músculos abdominales e intercostales en torno al punto de inflexión dado por la paridad cuantitativa de estas opuestas y complementarias influencias y. diligencia circulatoria que continuamente transporta nutrientes y oxígeno, elimina dióxido de carbono y producto de desecho de los tejidos periféricos y recoge el fluido intersticial para devolverlo a la sangre a través de la propulsión del corazón de sangre oxigenada desde los pulmones a todas las partes del cuerpo a través de una red de arterias y arteriolas, así como también devuelve la sangre al corazón mediante pequeñas venas que desembocan en venas más grandes como producto de la fluctuación del efecto de la tirantez y blandura del músculo cardíaco alrededor del punto de torcimiento dado por la coincidencia cuantitativa de estos opuestos y complementarios empujes.
El indudable proceder complejo de la sociedad nos permite afirmar que ésta no está exenta de la observancia de las pautas de esta ley, aún cuando la bajísima cuantía de la frecuencia oscilatoria, al dificultar su transparencia, facilita la ideologización política conservadora según la cual el capitalismo tiene un carácter perpetuo.
Ahora bien, si edificamos una analogía entre la dinámica social y el proceso respiratorio arriba señalado, es válido afirmar que el Ser Social está cercano al punto de inflexión en razón del cual la exhalación, entre otros, de los desechos capitalistas identificados con la democracia representativa y los valores de la explotación, la dependencia, la guerra, el egoísmo, el mal común, el fraccionamiento territorial, la intolerancia y el imperio del mercado para esta y las futuras generaciones, cederá su paso, por ejemplo, a la inhalación de los nutrientes socialistas identificados con la democracia participativa y los valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley.
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