Cuando ya nadie hablaba del Gran Polo Patriótico. Ni el GPP hacia pronunciamiento alguno, ante nada. Ni siquiera ante las loquera de Mari Cori.
Cuando el tema del GPP parecía congelado por los negociados a las elecciones regionales. Aparece ahora el GPP, resucitado como instrumento electoral con sus tareas propias para que la burocracia del PSUV recupere sus vínculos perdidos con el pueblo Chavista, en el carnaval electoral (Octubre, Diciembre y Abril).
El primer gran fallo en la conformación del GPP fue el de irrespetar la democracia. En lugar de constituirse en la voz de los genuinos movimientos sociales y no de las mamparas de la misma burocracia (Un Polo Patriótico de funcionarios del Estado). Los promotores no fueron el resultado de una decisión popular. Se repite lo que se le critica al Psuv. Se han trasladado al GPP, el oportunismo, burocratismo, reformismo y todos los otros vicios presentes en el PSUV y en las instituciones del Estado. Mientras esto siga. Las políticas, ideas, la ética y moral del proceso revolucionario quedan sometidas a los intereses grupales de cada parcela que comparte responsabilidades de partido o Estado. Si no se despeja el camino de estos obstáculos, el proceso bolivariano irá en desaceleración y descenso revolucionario. Aunque se mantenga elevado el liderazgo de Chávez.
Dentro del Polo se excluyen movimientos y partidos de la alianza socialista. Escogen a dedo equipos y vocerías. Esta presente el servilismo, que tanto daño le ha causado a los movimientos sociales y a nuestra revolución. El asunto es que la caja de herramientas ideológicas y teóricas con las cuales trabaja la burocracia del Estado y del Psuv, siguen estando atadas a la cultura del Capital.
Si se quiere de verdad un triunfo convincente de la Misión 7 de Octubre. Se debe entender que nos necesitamos todas y todos (organizaciones sociales y partidos de la revolución en un todo. Y no, en “mecanismos de alianza distintos”). El Polo tiene que ser ese camino a la unidad del pueblo revolucionario. Esta quedando en entredicho la “construcción desde abajo”, la “participación democrática” y la “horizontalidad”. Debemos convertirnos en un reflejo práctico de los cambios que proponemos.
El GPP es una poderosa herramienta política -con la crítica necesaria- que necesita reorientar su construcción con la horizontalidad en las relaciones, humildad en las proposiciones y unidad para “Construir, promover y desarrollar una enorme vanguardia colectiva”. Esto no será posible, con las armas melladas y podridas del capitalismo y del “socialismo burocrático”. Sigamos insistiendo para que no muera este prometedor proyecto.
“El poder constituye un tremendo estigma, una especie de orgullo humano que necesita controlar la personalidad de otros. Es una condición antilógica que produce una sociedad enferma” (Augusto Roa Bastos)
¡Sin pueblo protagonista, manda la burocracia, la derecha endógena y el Capital!
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