“Los Especuladores serán duramente castigados: Aún cuando haya escaseces, los precios de los productos fundamentales para la vida del pueblo no aumentarán en lo más mínimo. Los precios serán fijos, y castigaremos muy rudamente -y todo el mundo sabe que sabemos castigar rudamente-, a todos los especuladores, a todos los que traten de comerciar con el sacrificio del Pueblo”.
Ernesto “Che” Guevara, Ministro de Industria de Cuba,
en un acto de masas el 28 de Marzo de 1961
1.- Consideraciones Generales:
Sobre los recientes anuncios del Gobiernos Nacional en materia económica, concretamente los referidos a la “Devaluación o Ajuste Cambiario” -de 4,30 a 6,30 Bs/Us$-, y la eliminación del SITME, es conveniente compartir algunas ideas, cifras y comentarios, necesarias para comprender -sin tener que ser económista “nos plus ultra”- las causas, efectos y medidas complementarias vitales para generar el menor impacto en la economía nacional y en la población.
En principio, hay que afirmar que las medidas -buenas o malas, según el criterio de cada quién- son independientes y soberanas, ya que no están para nada subyugadas a la exigencia de ningún “paquete neoliberal” impuesto por potencia imperial alguna, o por exigencia de organismos multilaterales (Banco Mundial, FMI, Troika Europea, y otros) que historicamente se convirtieron en brazos ejecutores de las potencias, para saquear y hambrear a los pueblos. Son pues, producto de una revisión y ajuste macoeconómico hecho por el Estado -y sin la intervención del poder popular-, “necesarias” para la salud de la economía nacional.
Teóricamente, una “Devaluación o Ajuste Cambiario” se fundamenta en la necesidad de aumentar la cantidad de moneda nacional (Bolivares.) en la economía interna (liquidez monetaria), financiar el gasto público (presupuesto extraordinario), potenciar la producción del país (inversión local), entre otras, pero consientes de que la medida “encarecerá” las relaciones de intercambio comercial con moneda extranjera. Esta relación suma o resta saldos, de acuerdo con las operaciones internas y externas realizadas por el Estado, y sólamernte en el mediano plazo -6 meses a un año-, podremos ver los efectos de la misma. Cualquier analisis “sesudo” hoy, anticipando debacles, horror, crisis, escacez, -típicos de los economistas de derecha, “meneando” un Whisky- serán desacertados.
Una “Devaluación o Ajuste Cambiario” implica que se moverán los saldos en variables macroeconómicas: inflación, PIB, inversión local, importaciones y exportaciones (petroleras y no petroleras), costos y precios de bienes y servicios, pago de la deuda pública interna y externa, entre otras, y también los manejados por el “mercado” especulativo que supervive reproduciendo -al margen de las leyes- la lógica del capital.
El Programa del Gobierno 2013-2019, el cual establece 5 grandes Objetivos históricos, desarrolla en los Objetivos 3 y 4 las bases programáticas de transición al socialismo: “Convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político dentro de la gran potencia naciente de america latina y el caribe, que garanticen la conformación de una zona de paz en nuestra américa”, y “Contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional en la cual tome cuerpo un mundo multicentrico y pluri-polar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria”.
Partiendo de la siguiente premisa, contenida en el Programa de la Patria (página 1 Párrafo 7): “La formación socioeconómica que todavia prevalece en Venezuela es de carácter capitalista y rentista...”, los citados objetivos establecen las lineas programáticas que orientarán la inversión del Estado para confrontar el modelo capitalista y extractivista: Aumentar la capacidad de producción petrolera y de sus derivados, con énfasis en todas sus fases -estudio, extracción, producción, transporte y comercialización-, potenciar la industria gasifera, eléctrica e hidroelectrica; aumentar la producción mineral, desarrollar la vialidad y el transporte, recuperar la producción de nuestras empresas siderurgicas, de construcción, de elaboración de bienes y servicios, de la industria del plástico, desarrollo de nuevas tecnologías, entre otras, y conformar nuevas industrias y empresas de Propiedad Social, que coadyuven con el desarrollo del país. Es vital la actuación y rol protagónico de la clase obrera y trabajadora revolucionaria, como sujeto histórico y transformador del modo de producción capitalista, a una forma colectiva de producción social y para el país.
Además, proponen el desmontaje de los mecanismos de dominación neocolonial, impuestos en los países de américa latina y el caribe por las potencias imperiales y empresas transnacionales: denunciar los Tratados Bilaterales de Inversión, Tratados contra la Doble Tributación -que evitan el pago de impuestos en Venezuela por las grandes transnacionales, y que merman la recaudación del SENIAT-, y demás leyes que privilegien la inversión extranjera; la eliminación de las cuotas de participación de las instituciones financieras internacionales en los proyectos de desarrollo nacional. Y por otra parte, procurar que el desarrollo industrial y económico nacional, se inserte en las nuevas formas de integración regional (Alba, Petrocaribe, Unasur, Mercosur y la CELAC), de cara a la conformación de la patria grande (ABYA YALA).
De lo anterior, entendemos que una medida de “devaluación o ajuste cambiario”, debe precederse de un nivel de producción interna realizado por la industria nacional, para asumir la carga de la aplicación de la medida. De acuerdo a cifras del Ministerio de Comercio, el Estado Venezolano ha conformado mas de 400 empresas de producción social y de propiedad social, frente a más de 7.000 Empresas “no socialistas”, que abiertamente reproducen la lógica del capitalismo. Esta “desventaja”, obliga a acelarar la conformación de empresas “socialistas” -no sólo de nombre-, necesarias para asumir la producción interna y de exportación, dado el carácter “parasito” de los empresarios “privados”, los cuales reducen su capacidad de producción, por que hoy ven mayor ganancia -especulativa fundamentalmente- en la importación (con dólares baratos, dados por el Estado) y comercialización de bienes y servicios de precaria calidad, fabricados en los miserables centros de trabajo que las potencias imperiales y empresas transnacionales han regado por el mundo.
2.- Las cuentas de la “Devaluación o Ajuste Cambiario”:
La “devaluación o ajuste cambiario” posibilita por el lado de las exportaciones netas (más de 95.000 mm de Us$ en 2012) que el país obtenga mas bolívares para la economía nacional, entendiendo que nuestra principal fuente de ingreso y de financiamiento del gasto público nacional -El Petróleo-, se vende en el mercado internacional en moneda extranjera (dólares). Las exportaciones no petroleras, públicas y privadas -muy ínfimas, por cierto-, generarán también ganancia en bolívares, por incidencia en el propio ajuste. Por el lado de las importaciones netas (más de 60.000 mm de Us$ en 2012), mayormente para satisfacer las necesidades principales de la población -dado que el empresariado privado “parasito” no produce ni producirá convenientemente-, el costo en bolívares de las mismas será mayor. Se requerirá de mayor cantidad de bolívares para acceder a la misma cantidad de bienes y servicios, comprados en moneda extranjera (dólares). Aqui la balanza comienza a inclinarse negativamente en la economía nacional.
Igualmente lo correspondiente a los saldos de la deuda pública interna bruta (más de 200.000 millones de Bs. hasta 2012), la interna extranjerizable, y la externa (estas 2 últimas suman mas de 100.000 mm de Us$ -incluyendo la deuda de PSVSA-) . En el primer tipo, la “devaluación o ajuste cambiario” asegura más bolívares para su pago o refinanciación, pero en el caso de la interna extranjerizable (emitida principalmente en bonos vendidos por el Estado en bolívares, pero exigibles los pagos en doble denominación -bolívares y/o dólares) y la externa propiamente dicha, los costos de pago serán mayores.
La Inflación 2013, seguramente superará la real 2012, dado el comprotamiento del primer mes del año (3,3%, en comparación al 1,5% de enero 2012), la incidencia de la “devaluación o ajuste cambiario” en la economía nacional (aumento del gasto público, balanza comercial, deuda pública, entre otros), y un altisimo grado de especulación -aún incontrolable- impuesto por la burguesia comercial. El Estado, con un ojo visor muy “nublado” y brazo sancionador algo corto, deberá inventar e implementar inmediatamente mecanismos que permitan establecer una ruda política de regulación y control de costos, al estilo “Guevarista”, para evitar que quienes viven de la explotación, la especulación, el acaparamiento y la usura, sientan suprema libertad de imponer sus pretensiones, en cuanto al establecimiento de distorsionantes precios. Es preciso decir, que un alto componente de la variable “inflación”, está excesivamente alimentada por esas desviaciones propias del “mercado” capitalista.
Se hace vital ejercer una ferrea vigilancia a los factores políticos y económicos que promueven el mercado “paralelo” de divisas y precios, e imporner sanciones ejemplarizantes a éstos. Aqui vale destacar que la eliminación del SITME -mecanismo a través del cual la burguesía aseguró una fuga de divisas superior a 7.000 millones de dólares por año-, dará al nuevo Órgano Superior para la Optimización del Sistema Cambiario (integrado por el MPP para Planificación y Finanzas, el BCV y el MPP para Petróleo y Minas) la movilidad necesaria para controlar el flujo de divisas en el mercado nacional. Además, debe estarse “atento” a las ya dencunciadas operaciones fraudulentas de intermediación de la Banca Privada, en cuanto a la “recompra en caliente” de Bonos de la Deuda Pública Nacional a sus tenedores, y el posterior facilitamiento de apertura de cuentas bancarias en el extranjero, para que la burguesia importadora adquiera bienes y servicios foraneos a dolar “barato” y venda los mismos en el país a precio especulativo (mercado paralelo de divisas). Recordemos que esta misma burguesia, logró sacar del país en los gobiernos del Puntofijismo mas de 450.000 millones de dólares.
Asi mismo, la expansión del gasto público, principalmente para atender programas sociales: remuneraciones y pensiones, salud, educación, cultura, recreación, entre otros, y el impulso a la economía que genera la Gran Misión Vivienda Venezuela -todos necesarios para el buen vivir de la población-, se financian con la emisión de deuda pública, convenios entre países y mayormente con los excedentes de la renta petrolera, los cuales se han mantenido uniformes, dada la estabilización del precio del petróleo en el mercado mundial. No ha sido posible -por ahora- aumentar los ingresos por esta vía, dado lo anterior y por el “estancamiento” de la producción petrolera diaria y anual.
3.- Aportes para el equilibrio Político, “Económico” y Social:
Lo anterior nos permite comprender la necesidad de implementar algunas medidas en el corto plazo, para evitar desequilibrios macroeconómicos y fiscales, y que se permita continuar avanzando en nuestra política de soberania, independencia y patria nueva, deslindada de intereses y modos de producción que reproduzcan la lógica del capitalismo mundial -hoy decadente-, a saber.
Rechazar de manera categórica y firme, cualquier pretensión imperial y transnacional, o declaraciones de la Burguesia Nacional, contra la implementación de medidas económicas dictadas por la Revolución Bolivariana, tendentes a garantizar la soberania nacional y la independencia económica de nuestro sistema. Contrarrestar las matrices difundidas por los medios de comunicación privados, nacionales e internacionales, con el uso de nuestro Sistema Nacional de Medios Públicos, así como la promoción de espacios de encuentro para la discusión y entendimiento de temas internos.
Avanzar en la recuperación y control de sectores estratégicos, tales como alimentos, manufactura, textiles, cauchos y plásticos, creación de materia prima, comercialización y redes de transporte de bienes y servicios, hoy mayormente en manos de la burguesia nacional y transnacional. Paralelamente crear en el corto plazo nuevas industrias, y potenciar las existentes, bajo el modo de producción social, con alta participación de la clase obrera y trabajadora, en cuando a su rediseño y administración, atendiendo los lineamientos del Programa de la Patria 2013-2019 (Grandes Objetivos Históricos 3 y 4).
Promover la participación popular, dando atribuciones directas en tareas de supervisión y sanción a Consejos Comunales y Comunas, a la clase obrera y trabajadora de las empresas productoras y comercializadoras, y demás formas de organización político-social, frente a brotes especulativos en el comercio de bienes y servicios.
Priorizar los sectores donde el Estado debe hacer inversiones, en el campo no petrolero, y principalmente las que permitiran reducir con producción nacional la dependencia de importaciones de bienes y servicios necesarios para el consumo de la población.
Crear centrales de Importación por rubros, para garantizar de forma planificada y a menor costo, la adquisición en el mercado internacional de las cantidades de bienes y servicios necesarias a consumir por la población. No deben las instituciones públicas, hacer compras de forma separada y desordenada.
Garantizar que la Banca Privada cumpla con las cuotas de financiamiento al sector productivo social, y se exima de participar en mecanismos fraudulentos de intermediación financiera y cambiaria. El acceso a cualquier divisa debe hacerse exclusivemente a traves de la Banca Pública.
Avanzar en el rediseño del marco jurídico nacional, para romper con la hegemonia imperial y transnacional. Revisión Soberana de los Tratados Bilaterales de Inversión, y los Tratados contra la Doble Tributación, para denunciar aquellos donde las transnacionales repatrien todas sus ganancias a los países de origen.
Avanzar en la implementación de medidas que faciliten el intercambio comercial, a instancia de las nuevas formas de organización regional (ALBA, MERCOSUR, PETROCARIBE y la CELAC), así como, establecer como prioritario u “obligatorio” el intercambio económico a traves del SUCRE y Banco del Sur.
Debemos pues, transcender el modelo de producción capitalista, “parásito” y destructor de pueblos, por un nuevo y amplio modo de producción socialista, en el que la clase obrera y trabajadora asuma el control de los medios de producción, co-gobierne las industrias, para que desde la experiencia de los pueblos, estos sean constructores de su propia felicidad.
Intencionalmente he conceptualizado una de las medidas como “Devaluación o Ajuste Cambiario”, reafirmando que no debemos esconder los términos del capitalismo, o disfrazarlos con nuevos términos mas “socialistas”, cuando en la práxis, las causas y efectos significarán lo mismo para el país y los pueblos. Sugiero buscar en Internet el cuento del Cochino y el Chigüire, puesto como ejemplo por nuestro amigo y Comandante de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, para quienes se empeñan en cambiar los términos y en llamar a todo “socialista”.
Independencia y Patria Socialista, que viva Chavez carajo!!!
Licenciado en Ciencias Fiscales – Especialista en Finanzas y Gasto Público
Activista del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM-Venezuela)
*Comunista
jiacuna@gmail.com