El encuentro del Presidente Nicolás Maduro con 68 alcaldes y 2 gobernadores celebrado ayer en el Palacio de Miraflores, supone un histórico quiebre en el permanente comportamiento arrogante de la oposición venezolana.
Pero es que no tenían más salidas. Atrás dejaron el no reconocimiento al CNE y al Presidente, pues tal actitud les devino en un decreciente rédito político, asimismo hemos de suponer, que quedaron en el pretérito las aberrantes y para muchos “seductoras” llamadas a salidas insurreccionales vía golpe de Estado, de magnicidio o cualquier otra aventura fraguada en un penthouse caraqueño o del norte. Porque es que acudir a la convocatoria al diálogo del ejecutivo nacional, en un contexto de correlación de fuerzas tensa a favor del chavismo, el acercamiento, es en primera instancia, la vía más inteligente y expedita para conseguir la solución a los problemas de los municipios donde fueron electos y electas, que como corolario, les garantizaría su sobrevivencia política.
En consecuencia, no se trata de una genuflexión ante el ejecutivo nacional, se trata de una estrategia política necesaria para la oposición con la cual se pudiera oxigenar ante la debacle electoral y el eventual desmembramiento de la MUD. Maniobra que específicamente pudiera favorecer a las autoridades locales electas o reelectas, dada la legitimidad que le confiere el sufragio popular, y erigirse como los ductores y ductoras de una nueva etapa de la oposición, particularmente quienes parecieran ser los timoneles en el sector opositor vencedor: H. Falcón, G.Blair y A. Ledezma. Deslindando a E. Capriles y a L.G. Aveledo.
Con este quiebre se avizora una recomposición de los liderazgos dentro de la oposición, donde las vocerías de Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo adquieren preponderancia por haber ganado un buen numero de alcaldía el 8D. Esto podría interpretarse como un triunfo de Ramos Allup, quien ha advertido que “la oposición debe ser una propuesta para los sectores más deprimidos”, en una franca crítica a la manera cómo ha sido direccionada. Aunque eso suene contradictorio por las consabidas prácticas anticlasistas-antipueblo del mencionado señor, tal discurso caló en la dirigencia de AD y UNT, y lograron despertar el arraigo acciondemocratista en un sector de la población electoral.
Esta recomposición requiere continuar con el dialogo y acercamiento al chavismo como palanca para la gestiones municipales, que inclusive incluyan gobierno o cogobierno de calle, de acuerdo con solicitudes hechas de Alcaldes adecos a Maduro. Y aunque algunos objetan el Plan de la Patria, deberán apegarse a la planificación del gobierno bolivariano por exigencias del Presidente, pero de forma muy expresa en lo inmediato a los siete objetivos del gobierno de eficiencia en la calle, a saber: 1) Fortalecer la economía popular; 2) Fortalecer el sistema público de salud; 3) Reforzar el acceso al agua; 4) Mejorar la seguridad en todo el país, ampliar el Plan Patria Segura; 5) Garantizar el agua para el pueblo; 6) Impulsar las comuna; y 7) Atender todo lo concerniente a los servicios públicos en general.
Este histórico quiebre de la conducta arrogante de la oposición, junto al primer encuentro de las comunas celebrado el mes pasado, junto al 58,92% de participación popular el 8D (récord venezolano y continental en este tipo de elecciones), junto al 76% de Alcaldías Revolucionarias ganadas en esos comicios, así como también, junto a la valentía y fortaleza del pueblo chavista al mantenernos erguidos ante el legado de Chávez, nos conduce al inexorable quiebre histórico este 2013, que Dios quiera nos permita trascender al Estado Comunal Socialista.